Valladolid

El mercado de Las Delicias fía parte de su supervivencia al túnel de Padre Claret

Una de las plazas de abastos que se apaga lentamente es el mercado municipal del barrio del este. Inaugurado en 2002 con 37 puestos disponibles, en la actualidad solo realizan su actividad ocho. Una escasez de oferta a la que hay que sumar la ausencia de frutería o tan solo dos pescaderías. Los propietarios de los pocos puestos abiertos en el Mercado de Las Delicias coinciden en que este espacio está «muriendo lentamente» y en que las ayudas, mejoras e inversiones que se están realizando llegan diez años tarde dejando «un panorama difícil de remontar y que se ve nada más entrar. Si continuamos funcionando es porque muchos llevamos aquí más de veinte años y tenemos nuestros clientes de siempre».

Pedro Pastor, secretario de la asociación del mercado de las Delicias, asegura que están «muy jorobados». «Estamos luchando, a la mayoría de los vecinos no les gusta el túnel, hablan de que tiene muchas rampas. En mi opinión, no me parece tan malo, creo que esto, junto al parking, que lleva muchos problemas de obra e igual en Navidad lo podemos abrir, significa futuro para el centro y para nosotros». A priori, el paso que une la plaza de abastos con la Circular en tan solo dos minutos y 57 segundos, podría atraer nuevos clientes hasta la zona. «Es demasiado pronto para hacer una valoración, hasta que no llegue septiembre y se llene la ciudad no sabremos si supone un aumento de clientes».

Pastor aprovecha para realizar un llamamiento a todos aquellos que quieran montar un negocio. «Los locales ya están montados, es prácticamente llenarlos de género y empezar a funcionar. Las opciones están abiertas, pero la gente no se anima. Es muy sencillo, antes era necesario más de un año para realizar los trámites, ahora en menos de un mes está todo listo».

Una de las posibilidades que se lanzó desde el consistorio hace años -pero que se diluyó por la pandemia- es abrir en horario de tarde, algo que desde el Ayuntamiento se consideraba que facilitaría la conciliación con todos los clientes. Pero Pastor no lo ve tan claro: «Hace años, unos cuarenta o así, los mercados se abrían por la mañana y por la tarde, pero ahora realmente solo se abre por la mañana porque la gente no tiene esa conciencia de ir por las tardes». 

Aunque Pastor focaliza el problema en la poca variedad que tiene el recinto. «Son solo ocho puestos y llevamos tres años sin frutería. Cuando va al mercado, la gente quiere realizar compras grandes. Si en un mismo edificio no puede adquirir toda la compra, no viene».

Cándido Rodríguez, regente de una carnicería, explica que «las ventas han caído. Se han realizado inversiones, pero no en prioridades. Por ejemplo, con el parking seguimos esperando y es algo muy importante porque la gente que podría venir desde los pueblos si no tiene opción de dejar el coche, no va a venir». Rodríguez afirma, con rotundidad, que «el comercio pequeño es como la España vaciada, a todo el mundo le gusta, todo el mundo habla de ella y todos la quieren ayudar, pero luego, a la hora de la verdad, nada». Cree que el túnel no es la solución. «Lo que hace falta son más tiendas, se ha prometido que se van a licitar nuevos negocios siguiendo el modelo del Mercado del Val, con un formato mixto con hostelería». Otro de los problemas que señala Cándido -junto al retraso en el parking y la falta de variedad- es el coste de mantener la infraestructura (la comunidad), porque «el precio es siempre el mismo, pero no es igual pagarlo entre treinta comerciantes que entre ocho». 

En un pasillo solitario, con tan solo una carnicería abierta, José Domínguez asegura que es muy pronto para valorar la eficacia del paso. «No tenemos ni los clientes habituales como para pensar en más. Pero sí, creo que el paso llega muy tarde, eso debería estar hecho desde hace veinte años, cuando esto estaba boyante. Ahora entras y no es atractivo, está vacío, lo ves y piensas que está abandonado y no vuelves. Así es muy difícil, es casi imposible 'quitar' un cliente a otro mercado, solo lo puedes conseguir con muy buen género a precios bajos». Domínguez define la situación como «dejadez, se ha subido la renta, la comunidad es casi el doble que la renta -con un canon de licitación de 195 euros anuales por metro cuadrado- y no parece que nadie quiera abrir nuevos puestos. Así qué el paso me parece muy bien que esté, pero milagros no va a hacer». 

Desde el Ayuntamiento consideran que aún es pronto para hacer valoraciones sobre la repercusión que el túnel de Padre Clarer, abierto al público el pasado 7 de agosto, tendrá en la actividad del mercado. «Hay que esperar a que el paso coja fama, se debe tener en cuenta que se ha abierto en una época en la que no hay mucha gente en la ciudad e incluso alguno de los comerciantes también están en su periodo vacacional. Sí está previsto que mejore la afluencia, pero de forma limitada. Al final sigue existiendo una barrera que no estaría con el soterramiento, a lo que se suma que no tiene ascensor, lo que dificulta su vuelta si la gente va cargada con bolsas», explica Víctor Martín, concejal de Comercio, Mercados y Consumo.