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Era un pleno que, a priori, no debía demorarse. De trámite, para dar cuenta de los acuerdos adoptados por el grupo de trabajo –formado por PSOE, PP, Ciudadanos y Toma la Palabra– para la recuperación social y económica de la ciudad por la crisis sanitaria ... de la covid-19, cuya inversión llega a 13 millones de euros. También para oficializar la designación de Alberto Palomino al frente de la Concejalía de Salud Pública y Seguridad Ciudadana. Pero lo cierto es que se prolongó cuatro horas. El propio alcalde, Óscar Puente, advirtió que los debates se estaban «prolongando en exceso».
Por ejemplo, con la propuesta de Cs de paralizar, de forma temporal, las obras de peatonalización del casco histórico al haberlo llevado a cabo «a espaldas de muchos de los afectados», defendió el portavoz de la formación naranja, Martín Fernández Antolín. Ante ello, el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, afirmó que el modelo de ciudad que defienden «no es nuevo y está basado en criterios técnicos y objetivos». Ante las críticas de la oposición por la «falta de diálogo», como calificaron, el edil evidenció su predisposición de «buscar el mayor consenso posible» e instó a los grupos a reunirse para abordar cuestiones relacionadas con el nuevo Plan de Movilidad, aunque rechazó la paralización de los trabajos.
«No tendríamos problemas en aprobar un presupuesto para 2021 que tenga en cuenta las necesidades actuales de la ciudad». Así manifestó la presidenta del Grupo municipal Popular, Pilar del Olmo, las intenciones de su partido en caso de que las cuentas del próximo año «se adapten a las necesidades reales». «Hay que dejar a un lado las ideologías; vamos a seguir trabajando y consensuando como hasta ahora», aseveró la líder de la oposición, al tiempo que consideró que es momento de «dejar al lado el modelo de ciudad que todos pretendemos». «La ciudad es de los vecinos; no debemos ni podemos imponer en estos momentos nuestros modelos ideológicos de ciudad. No es el momento».
Vélez anticipó que, según las previsiones, las calles Claudio Moyano y Menéndez Pelayo serán «peatonales y transitables» a finales de julio, mientras que las obras en Duque de la Victoria estarán concluidas esta misma semana. En Constitución y Doctrinos, por su parte, las acometidas se prolongarán «un tiempo más». Lo relativo al segundo trazado del plan, que incorpora el eje María de Molina-San Lorenzo, no se abordará hasta 2021.
Ninguna de las tres mociones planteadas por la oposición (dos relacionadas con el sector de la automoción y otra con la peatonalización) salió adelante de forma íntegra. Pero el debate sobre cada una de ellas dilató un pleno en el que los partidos que forman parte del citado grupo de trabajo recriminaron al edil de Vox, Javier García Bartolomé, su actitud no solo por el hecho de no secundar el plan, sino por las propuestas que planteaba, que consideraron insuficientes. «La ideología no es excusa para no llegar a acuerdos», coincidieron los líderes de PP y Cs.
Asimismo, García solicitó al Ayuntamiento que «restaure la legalidad» y le brinden la «oportunidad de reconducir la desagradable e ilegal expulsión» del grupo para la reconstrucción de la ciudad, una petición a la que el regidor se negó porque, dijo, lo «razonable es esperar» al recurso de reposición que la formación verde ha presentado. «Estamos al servicio de Valladolid por encima de cualquier otra cosa, y teniendo una oportunidad preciosa para aprovecharlo, todos lo hemos hecho menos usted», sentenció Puente instantes antes de finalizar la sesión.
No llevará, por el momento, el sello de 'Ciudad Amiga del Automóvil'. Tampoco será reconocida como 'Ciudad Industrial del Automóvil', pero los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de la capital –PSOE, PP, Toma la Palabra, Ciudadanos y Vox– aprobaron ayer por unanimidad que Valladolid reconozca y ponga en valor el «esfuerzo» llevado a cabo por Renault, tanto por la dirección, sindicatos, administraciones y trabajadores, en su «vuelta a la plena capacidad productiva».
Lo hizo gracias a una moción conjunta presentada por Partido Popular y Ciudadanos con el objetivo de «subrayar su importancia». No incorporaron, a juicio del edil popular José Antonio de Santiago-Juárez, «ningún apartado que pueda molestar a alguien por cuestiones ideológicas», pero los partidos tan solo respaldaron tres de las cinco propuestas de la proposición. Las otras dos a las que dieron luz verde fueron ofrecer a la ciudad como «cooperador» de la compañía francesa en lo relativo a proyectos de innovación, movilidad eléctrica, conectada, autónoma y el desarrollo de nuevos servicios e impulsar una colaboración entre las universidades vallisoletanas para constituir un «campus de excelencia» vinculado con el sector.
Vox respaldó «sin fisuras» el planteamiento, mientras que el PSOE rechazó la posibilidad de incorporar la «etiqueta» 'Ciudad Industrial del Automóvil' porque, según justificó su portavoz, Pedro Herrero, «esta condición tiene que estar regulada». «No podemos ser ciudad de todo; Si nos ponemos a calificar todo con 'Amiga de' no habría fin. Podría ser, ahora que viene a cuento, hasta ciudad amiga del cocodrilo», bromeó el edil. El concejal de Participación Ciudadana y Deporte, Alberto Bustos, aseguró que Renault ya obtuvo el año pasado «el mayor reconocimiento posible», cuando recibió con la Medalla de Oro de la ciudad. Por último, el equipo de Gobierno rechazó instar al Gobierno a que apruebe de forma urgente un plan de apoyo a la automoción porque, tal y como afirmó el alcalde, Óscar Puente, «no puedo decir más pero me consta que será pronto».
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