La Escolanía del Colegio de Lourdes, en Televisión Española, en abril de 1960.

Memoria de la Escolanía del Colegio de Lourdes de Valladolid

La Asociación de Antiguos Alumnos va a distinguir a aquellos 'niños del coro' vallisoletanos que brillaron en la segunda mitad del siglo pasado, el homenaje será el 28 de mayo a las 11:00 horas

jAVIER bURRIEZA

Domingo, 22 de mayo 2022, 00:15

El Colegio de Lourdes podía haber sido el escenario de 'Los Niños del Coro' aunque mucho más estudiosos que los de la versión cinematográfica. La Asociación de Antiguos Alumnos va a homenajear el día 28 de mayo, desde las 11:00 horas, a aquella mítica ... escolanía que tuvo el centro, plagada de constantes éxitos. Al mismo tiempo entregará la insignia de Asociado de Honor al obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, que antes fue alumno e incluso profesor de Constitución en sus aulas. Todo ello en el marco del Día del Antiguo Alumno, con asistencia libre.

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Aquellos niños del Lourdes que disfrutaron de la Escolanía hoy tienen 60 y 70 años. Algunos se han dedicado a la música, como ha ocurrido con Joaquín Díaz. El alcalde Javier León de la Riva tampoco ha olvidado aquella experiencia colegial. La música había formado parte, desde siempre, de la metodología pedagógica de los Hermanos de La Salle, instituto al que pertenece el centro desde su fundación en 1884. Los festivales en honor a la patrona de la música, los de Santa Cecilia, conformaban una cantera para un coro que inició el hermano Jorge Rodríguez, tal y como lo recuerda hoy a sus más de 90 años desde su retiro del monasterio de Bujedo. Él fue la primera piedra que se complementó muy bien cuando, desde el Colegio de La Salle de Burgos, llegó el hermano Julián Velasco, con su experiencia de música coral. Ambos fueron encargados por el director del centro, junto con otros hermanos que ensayaban las distintas voces, de la organización formal de la que se llamó Escolanía La Salle desde 1954. Su época dorada se habría de prolongar hasta los primeros años sesenta.

Fueron escolanos el músico e investigador Joaquín Díaz y el alcalde Javier León de la Riva

Indicaba el hermano Julián Velasco –un hombre pionero, como demostró en Burgos con el hockey– que la música era maestra en la formación de un carácter, «cincel de sentimientos, de caracteres, con el cotidiano esfuerzo del ensayo que cansa, que molesta, pero se acepta y realiza con espíritu alegre y elevado […] Las vidas se fortifican cuando la voluntad manda y el espíritu se afina en la palestra del sacrificio».

La escolanía, en el patio del colegio.
Los escolanos, en la procesión del Domingo de Ramos.

Los escolanos se dedicaban a educar su voz en los tiempos libres, después de las clases. Pero además de servir para solemnizar la vida colegial, la escolanía fue un medio privilegiado para la proyección del Lourdes hacia la ciudad. Cuando el éxito fue clamoroso y superó lo cotidiano, algunos superiores lo limitaron y consiguieron acabar con el sueño. Creían peligroso que la escolanía se hubiese convertido en una entidad en sí misma.

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La consagración del conjunto vino por sus actuaciones en el Teatro Calderón, pero sobre todo por las victorias en los concursos de villancicos convocados por la conocida emisora 'La Voz de Valladolid'. En este certamen se proclamaron pentacampeones. Los medios de comunicación locales empezaron a dar cuenta de sus éxitos. El repertorio era muy variado, desde lo meramente litúrgico y devocional hasta lo popular, entre las que se encontraban la famosa canción del 'Menú', 'La Bamba' o 'Guadalajara', coronado todo ello por el inolvidable 'Aleluya' del oratorio 'El Mesías'. Uniformados por un hábito blanco con una cruz para las actuaciones religiosas —los pueri cantores— o con un pantalón blanco, chaqueta azul marino, camisa blanca y pajarita, la vida del escolano estaba plagada de pruebas y superaciones. No faltaban tampoco en la Semana Santa, con la cofradía de la Vera Cruz, en novenas y procesiones. A menudo, a los asistentes a los conciertos, les «dolían las manos de tanto aplaudir».

Los alumnos de la Escolanía del Colegio de Lourdes en el patio del Museo de Escultura.

La culminación de esa trayectoria fue su actuación en el programa 'Fiesta Mayor' de TVE, el 4 de abril de 1960. En su interpretación no faltó el 'Himno a Castilla', compuesto por el organista de la Catedral de Valladolid, el canónigo Alejandro Onrubia. León de la Riva recuerda muy bien los fragmentos de la zarzuela Gigantes y Cabezudos. Junto a ellos actuó la bailarina Mariemma en el Auditorio del Fomento de las Artes Españolas. Muchas otras páginas habrían de escribirse y esto es lo que pretende rememorar este homenaje que se va a celebrar en el Colegio de Lourdes, sin olvidar la presencia de sus «jóvenes» protagonistas.

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