Los mejores souvenires artísticos para llevarse como recuerdo de Valladolid

Por ejemplo, el mapa pucelano diseñado por Laufer (Laura Fernández), una cuidada ilustración con guiños a los principales edificios y emblemas vallisoletanos. Y no solo del casco histórico. También está recogido el parque de la Paz, la iglesia del Carmen, la chimenea de Silió o la niña que lee en la plaza de Batallas. Para su diseño, Laufer eligió una paleta de colores que remite al verde de los pinares, al crema tostado de los campos, al color teja del ladrillo de tantos barrios de la capital. La lámina es un recuerdo (no solo para turistas) que también honra a personajes ilustres (de Miguel Delibes a Lola Herrera o Concha Velasco) y emblemas como el Tragaldabas, el rugby o las tapas.

Otra de las propuestas es la baraja de cartas diseñada por Alberto Sobrino, donde los palos tradicionales del naipe (oros, copas, espadas y bastos) se han sustituido por esculturas, monumentos, personajes históricos y citas culturales de Valladolid. Así, hay cartas dedicadas a San Pablo, La Antigua, Beatriz Bernal, Rosa Chacel… Cada una de estas series tiene un color identificativo, lo que permite que se pueda usar la baraja para echar una partida a la brisa o el tute, mientras se aprende un poco más sobre la historia y el patrimonio cultural de Valladolid.

La oferta de souvenirs incluye también dos series de postales del ilustrador Jorge Consuegra, que bajo el título 'Cachos de Valladolid' reproduce varios rincones de la ciudad. Una primera entrega está dedicada a la catedral y sus alrededores, donde se incluyen láminas de la plaza de la Libertad, Portugalete, la Colegiata o casas en la calle Solanilla. Y hay una segunda colección con escenarios del extrarradio.

Henar Bayón (gaditana asentada en Valladolid) contribuye a esta idea con 'De la mañana a la noche', un álbum ilustrado en el que, a lo largo de una jornada, se repasan varias tradiciones y costumbres de la provincia. «Este libro y sus ilustraciones dan a conocer Valladolid un poco mejor a los más pequeños de forma divertida, puede traer nostalgia a las personas adultas naturales de la provincia de Valladolid, pero también de provincias cercanas, que comparten el mismo tipo de geografía, tradiciones e historia», explica la autora en su página web, donde se puede adquirir este álbum, de 36 páginas, que también funciona como un juego para buscar pistas ocultas. Entre los recuerdos, incluye la eterna barca en el estanque del Campo Grande.

Y junto a estas propuestas, está también la obra de Pati Duque, una pintora que ha elegido estampas cotidianas de la ciudad como inspiración para sus cuadros. Así, en su serie 'Bombillas y neones' pueden disfrutarse imágenes de los letreros luminosos de Bus Stop (el bar de la estación de autobuses), la cafetería Patton o el Bingo Reggio.

«Todas ellas son producciones de artistas locales susceptibles de ser comercializadas como elementos promocionales de la ciudad», explica Casado, quien recuerda que los artistas ya ofrecen sus creaciones a través de su página web o de contados comercios de Valladolid. «El reto sería que también estuvieran presentes en tiendas de souvenires o en las oficinas de información turística», añade Casado, quien a estas creaciones une los llaveros en 3D con el caracol de la fachada del Museo de Escultura. «Dicen que, como la rana en Salamanca, hay que encontrarlo para que te de suerte. Y es un símbolo que se puede utilizar para promocionar el turismo en Valladolid», concluye.