Los cinco mejores restaurantes para celiacos de Valladolid

Vivimos en un país de bares y de restaurantes. Comer fuera de casa es una práctica que forma parte de nuestro ADN, ya que la mayoría de las celebraciones sociales las hacemos en torno a la mesa. Sin embargo, para el colectivo de celiacos, probar comida fuera del ambiente doméstico, puede generar miedo y desconfianza. Afortunadamente, en Valladolid cada vez hay más opciones, conocimiento y facilidades para las personas intolerantes al gluten.

Según datos de la Federación de Asociaciones de Celiacos para España (FACE), en nuestro país hay aproximadamente medio millón de personas que padecen esta enfermedad. El Norte se ha propuesto que estas personas y sus acompañantes, puedan disfrutar de una oferta gastronómica sin riesgos. Para ello, se ha recorrido cinco establecimientos de la ciudad que están incluidos en el Proyecto de Restauración Sin Gluten, de la Asociación Celiaca de Castilla y León, ACECALE. Aquí presentamos sus propuestas más sabrosas y seguras para su salud.

La primera parada la hacemos en el Restaurante Niza, uno de los buques insignia de la gastronomía libre de gluten del país. Este negocio familiar abrió sus puertas en 1989 y fue el primero en Castilla y León, hace 25 años, en apostar por una carta pensada para todos y especialmente para el público celiaco. Recientemente ha sido galardonado como el mejor establecimiento para celiacos de España. Una distinción que ya consiguió también en el año 2017. Lo capitanean los hermanos Gonzalo y Eva Soriano, cuya pasión y esmero con los clientes se nota y se contagia.

El 80% de su carta es libre de gluten. En ella encontramos ensaladas, crepes, pastas clásicas y delicatessen, lasañas, carnes a la parrilla y distintas especialidades gourmet. Pero sus pizzas son otra cosa. Son capaces de conquistar a los foodies más exigentes. Conseguir esa masa fina y crujiente con harinas sin gluten es todo un arte. Gonzalo Soriano, su gerente, tiene su favorita. La 'Margarita Rúcula' por 13 euros, que lleva tomate, queso de cabra, mozzarella, tomate cherry y rúcula, con opción de incluir jamón ibérico. Toda ella regada con aliño y orégano. Recién salida del horno, su aroma evoca los recuerdos de la pizza de toda la vida y al morderla, se confirman las expectativas: increíble. «La masa sin gluten la hacemos con harina de arroz, almidón de tapioca y almidón de maíz», informa este hostelero concienciado con las alergias y las intolerancias.

En su opinión, Valladolid es todo un referente en la hostelería para celiacos, aunque considera que «las instituciones deberían explotar más su potencial como destino turístico sin gluten, ya que el cliente celiaco organiza sus vacaciones en función de los sitios donde puede comer. Aquí tenemos la suerte de contar con ACECALE que hace una grandísima labor, gracias a la cual, la hostelería está mucho más receptiva a este tema que en otras ciudades», prosigue Soriano. «Para los hosteleros tener una carta apta para celiacos supone un esfuerzo añadido y estar siempre alerta. Los protocolos que tenemos en cocina y en sala son muy estrictos para evitar la contaminación cruzada, como por ejemplo, poner la comida en platos diferentes al del resto de comensales. Trabajamos mucho la empatía y eso quizá ha influido en que nos hayan concedido dos veces el premio al mejor restaurante celiaco de España. La formación del personal es importantísima para que sepan transmitir seguridad al comensal y que pueda comer tranquilo. El personal de hostelería debe tener claro que la comida sin gluten es la medicina de los celiacos», concluye este reconocido hostelero.

Eh Voilà! es un crêpstaurante casual, 'hermano' del restaurante del Niza. De hecho, su propietario, Mario Soriano, es hermano de Gonzalo y Eva. Se trata de un negocio diverso y accesible que ofrece una cocina internacional, casera y natural con opciones para personas vegetarianas, celiacas y con intolerancias alimentarias. Su amplia carta incluye platos internacionales, especialmente franceses y mediterráneos, raclettes, postres caseros, numerosas propuestas sin gluten y sus inigualables crepes. «Llevamos más de 15 años trabajando para ofrecer cantidad, calidad y, lo más importante, confianza a nuestros clientes celíacos. El 80% de nuestros platos se pueden adaptar a una dieta sin gluten, el porcentaje de clientes que demandan estas propuestas ronda entre el 5 y el 10%», asegura Mario.

Uno de los platos que más éxito tienen entre el colectivo celiaco es el Pollo Tikka Masala (14,25 euros). Se trata de una receta que mezcla los sabores exóticos y los más tradicionales de la India. Consta de dados de pollo salteados con una deliciosa salsa tikka masala (curry suave poco picante), leche de coco, nata, helado de coco y coco rallado, con arroz basmati y sésamo. «Lo original de este plato es que en el centro lleva una bola de helado. Cuando se lo presentamos al cliente le aconsejamos que mezcle todos los ingredientes y así se encontrará un interesante contraste del frío y del calor, y la mezcla del sabor dulce y del guiso», aconseja.

A lo largo de estos años, Mario se ha preocupado de formar a su equipo para garantizar las buenas prácticas en la manipulación de alimentos. «No se trata de un tema de gustos o preferencias por parte del cliente, es un tema de salud y por eso, el compromiso que tenemos con ellos es absoluto. Nuestro punto fuerte es el gran conocimiento de la enfermedad por parte de todo el personal y la estricta aplicación de los procedimientos. Con voluntad, con cuidado y con información se puede cuidar al 100% la salud de los clientes celiacos», asegura Mario «En sala la atención al cliente celiaco es total, pues su confianza en nosotros se puede convertir en una relajación en cuanto a la alerta y una fidelidad por parte del cliente en el futuro», opina.

Pide por esa boquita es un restaurante que apuesta por una cocina 100% libre de gluten donde el celiaco se siente más seguro y disfruta sin riesgos. Allí los ingredientes naturales son los auténticos protagonistas. De su cocina y de su gestión se encarga Fermín Cabreros, un hostelero con 25 años de trayectoria, que en 2017 abrió este local en el que es posible tapear y comer sin miedo a la contaminación cruzada. Su carta incluye 27 referencias, todas ellas 'gluten free', entre las que destacan platos que abanderan la corriente de la cocina sin fuego como el carpaccio, el tataky, el ceviche o el tartar. La propuesta gastronómica que este chef hace a los lectores de El Norte, consiste en una tempura de verduras y langostinos, con salsa de soja y salsa de yogurt, con una original presentación «Consta de calabacín, pimiento rojo, pimiento verde, cebolla roja, esparrago triguero, zanahoria y langostinos. Utilizamos una técnica japonesa de cocinado de tempura, que se hace con una harina especial mezclada con agua muy fría. Al freírlo a 200º se produce una costra muy crujiente y apetecible», recomienda. «Valladolid cuenta con un colectivo de gente intolerante al gluten muy alto. Son personas que sufren cuando salen a comer fuera porque no encuentran locales que les den garantías. Y cuando encuentran un restaurante como el nuestro, en el que ningún alimento o producto tiene gluten, les da la confianza para salir y disfrutar como cualquier persona», explica este chef. «También hay que prestar atención a aquellos que son intolerantes a la lactosa, a la proteína de la leche, a los frutos secos, al marisco… Lo cierto es que no existe ninguna diferencia a la hora de cocinar una receta con gluten a otra sin gluten. Sólo hay que ser muy respetuoso con la elección de los productos, que deben estar certificados», informa.

Aquellos celiacos que busquen experiencias gastronómicas verdaderamente placenteras en Valladolid, no deben dejar de ir a La Viña de Patxi. Es un acierto seguro. Es un templo para los amantes de los pescados y las carnes rojas y su ubicación, junto a la Plaza Mayor, es un aliciente añadido.

Sus gerentes Patxi Irisarri y Maika Espinilla llevan 20 años alegrando los días a los paladares más exquisitos. Bordan el besugo, las kokotxas, el rodaballo, la merluza o el rape con elaboraciones tradicionales, pero con toques vanguardistas, llenas de sabor y siempre con productazo. Su propuesta para esta ruta gastronómica libre de gluten se basa en 'Los Txiki´s', (6,5 euros) que son raciones más pequeñas de lo habitual, para aquellos que les gusta probar nuevas elaboraciones por un módico precio. Destaca el Txiki de Salmón marinado casero, aliñado con guacamole y mahonesa de humo. También el de carpaccio de chuletón con vinagreta de nueces y queso Idiazábal. El Txiki de matrimonio de anchoas en salazón y en vinagre. El de mejillones en salsa alegre o en vinagreta o el de steak tartar, aliñado con cebolleta, pepinillo, mostaza y tabasco. Son opciones deliciosas que pueden ser maridadas con una cerveza sin gluten de las que aparecen en su carta. «Son platos muy especiales que a todo el mundo le encantan. Llevamos 15 años apostando por este tipo de cocina y asesorándonos con ACECALE. Aquí no nos la jugamos con los clientes y cuando éstos se sientan a la mesa y nos dicen que son celiacos, estamos absolutamente pendientes de ellos. Nuestro punto fuerte es que todo lo hacemos al momento y en cuanto nos comunican una alergia, nos volcamos con esa comanda. El público quiere garantías y cuando viene a nuestro local las encuentra», dicen Maika y Patxi.

Otro 100% sin gluten que sorprende y engancha es el restaurante Caroba. Tiene la cocina mediterránea como punto de partida y los arroces como guía. Su excelente materia prima libre de gluten, su experiencia desde 2010 y un punto de locura, hacen de cada plato, una sorpresa para el cliente. Su gerente Alfonso Manzano, presume de haber sido el primer restaurante de Castilla y León en certificarse como 100% libre de gluten por FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España). Su coqueto local siempre está lleno de clientes satisfechos y los que prefieran disfrutar de sus manjares, pueden solicitar el servicio de entrega a domicilio y recogida en local.

Su maitre, Jesús Magaña propone como menú unos deliciosos ñoquis (12,50 euros). Se trata de una de las últimas incorporaciones a su carta y que deleita a celiacos y no celiacos. «Están rellenos de queso azul, llevan una salsa de mantequilla. Incorporan trufa laminada y almendra y están rematados con pesto de brócoli», invita.

En este restaurante todo está pensado y planificado para atender al cliente con total seguridad, incluso hacen y hornean ellos mismos el pan con una receta que han ido mejorando con los años y que les ha hecho famosos. «Cuando abrimos, la mayoría de nuestra carta era apta para celiacos. Llegó un momento en el que venían tantos clientes intolerantes al gluten que no queríamos correr ningún riesgo, por ello decidimos dar el paso y convertirnos en un restaurante 100% libre de gluten», explica su gerente. «En el 70% de nuestras mesas siempre hay algún comensal celiaco. Para ellos, comer unas croquetas fuera de casa es un auténtico lujo. Las nuestras son exquisitas, y la única diferencia es el tipo de harina que empleamos», prosigue.

Los postres son también una delicia para el paladar y especialmente interesante es su tarta de manzana 'a nuestro estilo' que no contiene gluten, ni lactosa, ni proteína de la leche, ni huevo, ni frutos secos. «Es apta para todo el mundo», remata este hostelero.

Además de estas recomendaciones sobre dónde disfrutar de las mejores propuestas sin gluten en Valladolid, aquí puedes encontrar una ruta con algunas de los mejores panes de la provincia o donde tomar un caé por menos de 1 euro. Todo ello en nuestro espacio dedicado a los mejores sitios para comer y beber en Valladolid.

• Temas
• Comer y beber en Valladolid