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La premisa es muy sencilla: tengo treinta euros en el bolsillo, un regalo por hacer y un montón de ideas sugestivas y apetecibles en la Plaza Mayor. ¿Qué puedo comprar? ¿Qué debería llevarme a casa para luego envolver? El mercado navideño (instalado desde el 28 de noviembre y con sus 63 casetas abiertas hasta el 5 de enero) ofrece un amplio catálogo de propuestas artesanas. De joyas a bolsos, de productos de belleza a moda textil. Con esa idea, varios artesanos ofrecen en esta página pistas de regalos con un tope máximo de 30 euros. Los hay más baratos y también de mayor valor, pero ese es el límite fijado.
Y con ese dinero se pueden adquirir camisetas de diseño, gorros y cuellos de abrigo, cuadernos personalizados, pendientes creativos, productos de belleza o juguetes para poner junto al árbol de Navidad. Los Reyes Magos yPapá Noel tienen aquí un aliado para los próximos días.
El horario de apertura es de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas, salvo los días 24 y 31 de diciembre (cuando solo estará abierto por la mañana)y en Navidad y Año Nuevo, que cerrará.
En la edición de este año, las compras tienen además posibilidad de regalo, ya que todas las semanas habrá sorteos. Las cabañas blancas tienen además una nueva disposición en hilera, frente a las islas en las que se repartieron la pasada Navidad.
Unos pendientes por veinte euros y un broche por diez. Es el regalo propuesto en 'Pipa paper', un taller vallisoletano especializado en la bisutería de papel reciclado. Lo que ahora son zarcillos o colgantes (con enganches de plata) fueron hasta hace no mucho cuadernos, libretas o invitaciones de boda. «Muchas de esas tarjetas para invitados se han reciclado así», desvela María Rodríguez, responsable de esta iniciativa de eco-joyas con laboratorio en la calle Nicasio Pérez y ahora escaparate en el mercado navideño de la Plaza Mayor. El proceso artesano que siguen les permite cortar el papel «con la forma que quieras» para que, después de prensado, encolado y barnizado, se convierta en un colorido pendiente. «Utilizamos productos resistentes al agua, para darle consistencia al papel», cuenta María. En su puesto hay calendarios, belenes, imanes con monumentos de Valladolid. Todos, realizados con esta técnica. Para regalar por treinta euros, María elige unos pendientes y un broche de su colección.
No pasamos página y seguimos con el papel como principal materia prima. «Todo lo que ves aquí fue antes una hoja de papel», cuenta Juan Ángel Cantalapiedra, quien invita al visitante de su puesto a que se acerque para ver de cerca sus creaciones. «Mira, este pendiente antes fue un billete de lotería (no premiado). Esto de aquí fue el sobre de una infusión». Hay también hojas de viejas enciclopedias o páginas arrancadas de una Guía Michelin. «Todo es papel, doblado o recortado», cuenta el artesano vallisoletano, quien mantiene una doble línea de productos. Por un lado, papel doblado en el que, con la mirada puesta en la papiroflexia, elabora pendientes y broches. Por otro lado, papel recortado con el que diseña libros decorativos o cuadros en los que, con papel, recrea la silueta de personajes celebres ('Mary Poppins', 'El principito') o edificios famosos de Valladolid, como «la catedral vista desde Cascajares o el edificio de La Unión y el Fénix». Como regalo por 30 euros sugiere uno de estos cuadros de papel recortado, donde se recrea la portada original (año 1906) del libro 'Soy un gato', del japonés Natsume Soseki.
El papel es la base de las libretas y cuadernos que encuadernados en piel proponen como regalo en Hieros, un taller artesano con sede en Burgos y atendido por la vallisoletana Myriam Martínez y su pareja gaditana. En su puesto pueden comprarse cinturones («hechos a la medida en el momento»), bolsos exclusivos («el patrón es común, pero el resultado final siempre es diferente, en función de la piel»), carteras y cuadernos, libros o agendas. «Utilizamos piel de cerdo y de vaca. Y nos caracterizan los diseños, variados y difrentes, así como una técnica parecida al pirograbado que permite que el dibujo no se borre de la piel. Es más, a medida que pasa el tiempo, cuando la piel se ablanda, el dibujo se hace todavía más destacado», indica Myriam. Si la pregunta es qué me puedo llevar por treinta euros, su respuesta es un cuaderno en piel. Los hay a partir de 20 euros, pero para apurar el presupuesto, podemos llevarnos uno de mayor tamaño por 28. El diseño elegido, 'El grito', de Munch.
Gonzalo ha sido siempre un enamorado de la música. Tocaba la batería (y a veces también el bajo) en un grupo musical en el que también desarrollaba otras vetas de su creatividad. «Nos hacíamos los videoclips con un programa de animación. Y luego, diseñaba las portadas de los discos, los carteles de los conciertos». Fue así como Gonzalo de la Osa empezó a hacer dibujos y 'collages' que se han convertido en la fuente de inspiración para su trabajo textil. 'Little Quincy' (el homenaje musical a Quincy Jones está ahí) es una marca segoviana que ofrece camisetas de algodón orgánico por 25 euros. Ahí está el regalo. Hay varias líneas de diseño en función de la temática (música, vehículos, animales, con muchos peces y avestruces). Pero en su mostrador también se pueden encontrar bolsas de algodón por 15 euros (de diseño y estampación propia), libretas y sudaderas a partir de 40. Tiene también línea de productos infantiles.
El regalo para niños (y no solo) es especial protagonista en 'Maguetes', el puesto que atiende Katarina Steinberg, una alemana que encontró en las Batuecas salmatinas un nido para su talento. En su taller de Herguijuela de la Sierra fabrica una línea de juguetes que apuesta por los materiales tradicionales y sostenibles (la madera) frente a la excesiva e invasora presencia del plástico. Por 30 euros ofrece una serie de figuras que remiten a cuentos clásicos ('Caperucita roja' o 'Los tres cerditos') o bien un pentamino, un juego de lógica y destreza «para niños de cuatro a cien años». Se trata de unas piezas de madera (con distintas formas y colores) con las que se pueden elaborar figuras y modelos en 3D. La creatividad puede hacer maravillas pero, si es necesario, el regalo va acompañado de una chuleta con ideas y propuestas de un 'set' que evoca al tetris. En su puesto hay muchos otros juguetes de madera (como trenes, tiovivos y puzles), elaborados sobre todo con pino, pero también con nogal, olivo, cerezo y castaño. Además, venden una serie de figuras de la fauna ibérica y animales autóctonos de Castilla y León, como la cabra, el ciervo, la garza, el lobo o la cigüeña negra.
Hay varios volúmenes para niños (cinco títulos autoeditados, para un público desde bebés hasta lectores de 12 años) en la caseta blanca de '89 grados libros', la propuesta de María Gómez Forte. Esta escritora vallisoletana acude al mercado navideño con sus libros, pero también con su propuesta de encuadernación artesanal, para cuadernos, portafolios o álbumes de fotos. La curiosidad es que estas piezas se han cosido de acuerdo con dos técnicas históricas. La primera se remonta al siglo V y aquí se adapta a cuadernos de tapa dura, forrados con tela o papel con inspiraciones africanas u orientales (de la India o Japón). En el interior, las páginas son de papel italiano con tres tipos de gramaje. De 90 gramos para escritura. De 120 gramos para dibujo y de 280 para acuarelas. Uno de estos últimos cuadernos (40 páginas, decorado con motivos de la India) es la propuesta elegida para un regalo de 30 euros. La otra técnica es la costura del siglo XVI, empleada para cuadernos y libros de tapa blanda, encuadernados con piel de cabra o vaca.
Eulalia Mateos tiene tienda en Las Francesas. Se llama Utópicca. Allí ofrece una amplia colección de prendas y complementos que van desde los jerséis hasta los vestidos de fiesta. Es diseñadora y artesana, por lo que todos los procesos pasan por sus manos. Desde el diseño de la pieza y su patronaje hasta la confección. «Utilizo materiales 100% españoles, de proveedores locales», explica Eulalia, antes de comenzar con la enumeración: «Nylon y cuero reciclado, algodón egipcio y cien por cien, lana merina, tejidos encerados...». Hasta la Plaza Mayor ha acercado un muestrario de su creatividad. Mandan los bolsos, las mochilas, las carteras y riñoneras. Hay también una pequeña muestra de suéteres y pañuelos. Como regalo, propone un gorro de lana merina por 24 euros. Y no duda en ponérselo para la foto.
«Ancha es Castilla y poderosas las castellanas», dice la camiseta, dedicada a Juana la Cuerda, que por 29 euros vende Amaya Barahona en su puesto. 'Manojito de claveles' es un proyecto de camisetas e ilustración sobre textil que juega con el folclore y un «activismo templado» que, a través del humor, ofrece mensajes de empoderamiento femenino. «Se nos rompió el patriarcado de tanto usarlo», dice otro de los lemas de esta iniciativa que también ofrece consignas musicales: «Alabaré el rock and roll». Junto a esta línea de trabajo, la burgalesa Amaya Barahona, gestora patrimonial, ofrece además sus trabajos e investigaciones sobre antopología del símbolo, el poder de lo silvestre o una historia del feminicio ('Las brujas y su caza'). Junto a los libros, hay láminas, cuadernos estampados o barajas de cartas.
Eva Gutiérrez trabaja la seda en su taller vallisoletano. Este noble material (en distintos colores y motivos) es el ingrediente principal de un menú artesano que sirve abanicos, bolsos o fulares. El hijo de Eva, Hugo Alonso, ofrece una propuesta de regalo. En la blanca cabaña instalada en la Plaza Mayor hay gorros y guantes, pero la elección (por 25 euros) es un forro para el cuello.
«Para manejar una marioneta hace falta muy poca vergüenza y mucha imaginación», dice Óscar Velasco, quien junto a Ana Díaz (la artesana) regenta 'Lanita creaciones', un taller de muñecas y marionetas con sede en Valladolid. El regalo aquí nos costará 25 euros. Una marioneta naranja con su propia personalidad. «No hacemos personajes televisivos ni de cuento. Es nuestra premisa». Esto permite que los niños desplieguen su creatividad, porque no hay nada que determine de antemano el comportamiento del muñeco. Los chavales pueden convertirlo en lo que quieren que sea. «La marioneta no es un juguete. O no solo es un juguete», dice Óscar, quien recuerda que se trata de propuestas didácticas, terapéuticas, educativas. «Ayudan a vencer la timidez, mejoran la psicomotricidad. Un niño puede decir a través de una marioneta lo que no se atreve a decir por sí mismo. Y puede despertar muchos recuerdos en las personas mayores», indica Óscar. Sus marionetas son «fáciles de manejar» y, además, tienen una particularidad. Las pinzas para manejar el brazo del muñeco son desmontables, por lo que se pueden colocar de forma indistinta en el lado izquierdo como el derecho (para facilitar el juego por parte de los zurdos).
Hay un idea que impulsa la acción creativa de Margarita Muñoz. «Tenemos que colaborar con el medio ambiente, por eso mi trabajo se basa en un principio de reciclaje y reutilización», asegura la responsable de 'El taller DMay', un proyecto que, desde Pajarillos, ofrece tres grandes líneas de productos en la Plaza Mayor. En primer lugar están los bolsos y riñoneras elaborados con antiguos pantalones vaqueros. «Fabricar un vaquero lleva muchísimo gasto de agua, de tinte, de energía... así que cuando ya no nos los ponemos, tenemos que pensar en darles otro uso», dice Margarita, quien como regalo recomienda uno de estos bolsos (28 euros). En su puesto también es posible encontrar productos elaborados con corcho (como copas, portabotellas, mochilas) o paraguas personalizados, que ella misma se encarga de decorar. Para ello, utiliza una pintura especial que se impregna mejor en el textil gracias a la lluvia.
Hay un puesto lleno de flores en el mercado navideño de la Plaza Mayor. Son flores preservadas. «Cuando están frescas, se les hace un tratamiento especial que permite que se conserven mejor, que tengan elasticidad». Parece la flor todavía en su plenitud. A partir de ahí, Susana Cobos, en su taller de Mojados, prepara centros de mesa, jarrones, ramos de novia, detalles para regalar, coronas y tocados... «Hay también opciones de decoración para comercio y hostelería», asegura Susana, quien recuerda que estos productos no requieren un cuidado especial. «Basta con pasarles de vez en cuando un secador a baja potencia, para quitarles el polvo». Eso sí, son flores que tienen que evitar la humedad. No hay que regarlas ni tampoco mantenerlas al aire libre. En muchos casos, completa su trabajo con flores secas decorativas. Su idea para regalar es una gardenia decorativa, por 28 euros.
Existe en Cabezón de Pisuerga un laboratorio de belleza que elabora productos cosméticos ecológicos y naturales. «Esto quiere decir que no utilizamos derivados del petróleo ni tampoco de animales. Son totalmente veganos. Y ni siquiera se han testado en animales», asegura Laura Hernández, una veterana de este mercado navideño, al que vuelve con su catálogo de productos. Tiene líneas para mascotas y bebés (con cremas especiales para dermatitis y pieles atópicas). Una de las gandes bases de sus productos es el aloe vera. Para regalar, propone un bodegón que incluye un bálsamo contra la congestión nasal (10 euros), un desodorante de lavanda (cinco), un jabón (cuatro), un labial (cuatro) y una crema de manos (siete). Pero también hay desmaquillantes, contorno de ojos, limpieza facial... «Todo lo necesario para el 'skin care'».
Por 27 euros hay un molino de gran tamaño que puede servir para ambientar desde este año el belén tradicional. Totsuro es una marca con sede en Cataluña que elabora de forma artesanal (con corcho y madera) estructuras y complementos para montar el nacimiento. Por ejemplo, portales, molinos, pozos, fuentes, lagunas. En esta cabaña es posible comprar también figuras de resina que representan a los principales protagonistas del belén, así como detalles que enriquezan el montaje, como diversos tipos de fruta para los puestos de mercados.
Una camiseta por 15 euros. Un cartel de mensaje inspirador por diez. Y un imán de nevera por cuatro. Es el regalo sugerido por Teresa Ariza, madrileña que junto al argentino Uriel Calierno sopla 'Un viento sur', taller creativo con sede en Málaga y presencia en el mercado de Valladolid. «Nos encantan venir, pasar unos días en la ciudad y, cuando podemos, pasear por el Campo Grande». Teresa suele dedicarse al diseño y Uriel a la serigrafía y estampación en diferentes soportes. Hay carteles decorativos de varios tamaños, con frases inspiradoras y «de buen rollo». También camisetas («siempre con diseños propios») e imanes de nevera que proponen «mensajes divertidos y algo más picantes».
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