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Medio siglo de amistad y vocación sanitariaEste sábado los integrantes la promoción de ATS de 1974 vivieron una jornada muy especial al celebrar sus bodas de oro con un emotivo reencuentro. Después de cinco décadas, estos antiguos compañeros se reunieron para recordar viejos tiempos y celebrar tantos años de amistad y ... carrera profesional. La jornada comenzó con un cálido recibimiento en el Colegio Mayor Santa Cruz, antigua Escuela Universitaria de Enfermería. Las risas y abrazos, marcaron el inicio de un día cargado de emociones. Los rostros de estos sanitarios, ya todos jubilados, reflejaban la misma alegría que hace 50 años.
Allí estaba Luis Fernando Gregorio, uno de los pocos enfermeros de la promoción. «Nos ganaban las chicas por goleada», comenta entre risas. «Fue la mejor época de mi vida. Fue entonces cuando los enfermeros empezamos a ser más accesibles y a implicarnos más con el paciente», añadió este profesional con 42 años de trayectoria, la mayor parte de ellos en el centro de salud Huerta del Rey.
Como detalle de bienvenida recibieron una banda en la que se podía leer: «Promoción 1971-74» y una tarjeta de identificación con su foto de la orla. «¡Qué curioso!», comentaba Ana María de Inés. «En la orla de entonces me cambiaron el nombre con el de otra compañera y... 50 años después, me lo han vuelto a cambiar», prosigue. «Lo mío fue totalmente vocacional. Tuve que esperar hasta que cumplí los 17 años para matricularme. Entonces no sabía ni mirar un termómetro», comenta con emoción. Su colega Mariam Aragón fue una de las organizadoras de la cita. Lleva meses de preparativos que le han merecido mucho la pena al ver tan felices a sus antiguos compañeros de estudios. »Nuestras profesoras nos lo enseñaron todo. Desde barrer hasta operar. Desde coger puntos a asistir partos. Somos una promoción que no le tenemos miedo a nada«, apuntó y se acordó de los 10 compañeros ya fallecidos a los que «llevamos en nuestros corazones».
Con la música de fondo del himno internacional de enfermería, tuvo lugar el discurso de bienvenida y de felicitación, a cargo del catedrático de Microbiología de la UVa y jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Río Hortega, José María Eiros Bouza, quien animó a los festejantes a «hacer repaso de las personas que han influido a lo largo de sus vidas para que pudieran desarrollar su profesión». Hizo también una llamada a la esperanza porque «estamos creados para hacer el bien y para infundir una actitud optimista, que es algo que se espera de los enfermeros» y les recordó que «no hay nada que reconforte más que una sonrisa sincera y una mirada compasiva».
Las risas y comentarios nostálgicos fueron la tónica de la jornada. También las lágrimas de emoción. Isabel Gutiérrez, natural de Torrelavega, recordó con cariño aquella época, una de las mejores de su vida. «Trabajamos y aprendimos muchísimo», señaló esta enfermera que ha trabajado durante 40 años en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. «Ha sido fabuloso volver a reencontrarnos». Lo mismo opinaba Rosario Torre, quien estudió enfermería como religiosa Hija de la Caridad. «Yo era una de las cinco monjas de la promoción. Tenía 20 años y tenía que cuidar a mis compañeras que estaban internas. Fueron años estupendos», recuerda. «Lo nuestro es algo vocacional, si no, no hubiéramos podido ejercer porque mientras atiendes a los enfermos también te cargas con su sufrimiento», añade esta enfermera que, aunque ya está jubilada, es voluntaria en el hospital San Juan de Dios en Burgos.
Esta promoción de ATS (Ayudantes Técnicos Sanitarios) fue de las primeras que luchó para convertirse en diplomados. Desde 1977 las escuelas de enfermería se integraron en la Universidad. «Pasamos de ser ATS a ser DUE, Diplomados Universitarios de Enfermería, y ahora se nos denomina enfermeros. La mayoría hicimos la convalidación a la diplomatura», cuenta Gloria Calzada.
Además del intercambio de recuerdos hubo también momento para el esparcimiento y diversión. Juntos visitaron una bodega y compartieron una comida de hermandad. Y entre brindis compartieron anécdotas poniéndose al día sobre sus vidas actuales, lo que generó un ambiente de alegría por estar juntos de nuevo.
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