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El mercurio ha vuelto a superar este lunes los 35 grados en Valladolid (con un pico de 37,2 a las 17:30 horas) en lo que parece solo el ecuador de esta inusual ola de calor que azota a la península y que, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se prolongará, al menos, hasta el próximo viernes. La irrupción de una masa de aire abrasador procedente del sur de África, que viene acompañada de nuevo por partículas de polvo en suspensión procedente del desierto (la calima en esta ocasión se mantendrá en capas altas de la atmósfera), incrementará aún más la sensación de calor durante las próximas jornadas, en las que los termómetros permanecerán anclados por encima de los 35 grados con mínimas nocturnas que apuntan a superar los veinte grados y que dejarán una sucesión de noches tropicales de aquí al fin de semana.
La Aemet mantiene activado el aviso amarillo por altas temperaturas, de entre 35 y 39 grados, en el conjunto de Castilla y León, por ahora, hasta miércoles, aunque sus previsiones apuntan a que esta situación continuará, como mínimo, dos días más (hasta el viernes), con visos de que este «episodio extraordinario de calor» comience a remitir de manera paulatina durante el fin de semana. Para entonces puede, incluso, que se escape alguna precipitación en la jornada del sábado para dar paso el domingo a una normalización del tiempo. Será entonces, en principio, cuando el mercurio baje por fin de los treinta grados y refresque, a su vez, por las noches.
Pero hasta entonces habrá que continuar soportando un calor extremo para la época del año, cuando aún no ha comenzado el verano astronómico (21 de junio), que tiene visos de dejar una situación histórica en cuanto a su duración. Este episodio comenzó el viernes, cuando el mercurio superó por vez primera este mes los 35 grados, para permanecer en torno a este registro sin apenas variaciones. Las causas de esta ola de calor hay que buscarlas en una situación propia de pleno verano, con «una baja térmica peninsular y un anticiclón atlántico de bloqueo», según apuntan desde la Agencia Estatal de Meteorología. A ello se suma la cálima que enturbia los cielos fruto de una masa de aire muy cálido procedente del sur y que puede dejar rachas puntualmente fuertes de viento abrasador.
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Lo que no se esperán, por ahora, son precipitaciones significativas después de las tormentas secas que en las noches del viernes y el sábado iluminaron los cielos de la capital y que apenas dejaron cuatro gotas. Y todo en ello en un mes en el que tan solo se han recogido 10 litros por metro cuadrado en una sola tormenta, la registrada el día 4, cuando lo habitual para junio con 27 litros.
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