
Una de las empleadas de la panadería Capriz, en la Plaza de San Juan, María Krasenova, asegura tener «miedo por todo lo que pueda venir». Son autónomos y aún desconocen si podrán llegar a final de mes. Considera, además, que «será difícil remontar». «Los ingresos han disminuido muchísimo. Estamos esperando a que acabe el mes para determinar cuánto, pero estimamos que igual han caído a la mitad; antes teníamos unos 300 clientes y ahora no sé si llegaremos a los cien», relata.
Publicidad
Más testimonios
En su caso, ni tan siquiera se plantean echar el cierre porque, justifica, «sería peor». «Intentaremos aguantar todo lo que podamos para que, cuando todo acabe, podamos volver con la misma fuerza», apostilla. El hombre es un ser de costumbres. De ello está convencida Krasenova. La «mejor prueba», asevera, es que en tan solo dos semanas se ha «acostumbrado a una situación insólita». «Los primeros días fueron súper raros, pero ahora nos hemos adecuado y estimamos que esta semana será igual que las anteriores», prosigue.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.