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Las miradas se volvían de reojo cada dos por tres hacia la plaza de Zorrilla. Lo hacían desde la Acera de Recoletos, en la cabecera de la Marcha Contra el Cáncer, donde voluntarios de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) mostraban su entusiasmo por ... la masiva respuesta de Valladolid a la convocatoria, que este año, en su regreso a la calle tras el parón por la covid, ha logrado 44.036 inscripciones. «Qué pasada, no deja de llegar gente», celebraba una de ellas poco antes de arrancar la comitiva.
Con ese ánimo por todo lo alto, con la «enorme alegría» –como se refirió el presidente de la AECC en la provincia, Artemio Domínguez– de ver a tanta gente reunida por una misma causa, una ciudad entera teñida de verde para batallar contra la enfermedad, llegaban las primeras arengas. «Vamos, Valladolid, que se nos oiga, que somos solidarios, que unidos contra el cáncer somos más fuertes que nadie», animaba el 'speaker' entre aplausos y ovaciones de los asistentes.
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Rodrigo Jiménez
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Y así, con la certeza de que la marcha era un «éxito» desde el principio, como lo calificó Domínguez, una enorme marea verde encabezada por los corredores salió puntual, a las diez y media de la mañana de este domingo, de las tripas de Recoletos para recorrer las principales calles de la ciudad. Para demostrar, una vez más, que no hay reto que se les resista a los vallisoletanos, que la lucha contra el cáncer tiene en la provincia su mejor aliado.
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«Estamos llenos de emoción, Valladolid ha vuelto a la calle y está expresando un orgullo de pertenencia, que pertenece a una sociedad donde el valor de la solidaridad lo coloca en primer lugar», señaló el presidente de la AECC, al tiempo que reconoció que cuando diseñaron la marcha, cuando decidieron que este año sería presencial, se fijaron como objetivo los 25.000 inscritos. «Casi lo hemos duplicado, esto es muy grande, es algo extraordinario, y solo nos queda dar las inmensas gracias a toda la sociedad que apuesta por la solidaridad», añadió.
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Carlos Espeso
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Aún suenan lejanos los 58.000 inscritos que se lograron en 2019, pero Artemio Domínguez se mostró confiado en que «pronto» se alcance de nuevo ese nivel de participación. «Todo el mundo nos pregunta que qué pasa en Valladolid para conseguir este éxito, es una referencia en todo el país», apuntó. Y es que la solidaridad en Valladolid no va por barrios. Abarca toda la provincia. Porque hasta allí, hasta el centro de la capital, se desplazaron autobuses y delegaciones de Simancas, La Cistérniga, Medina de Rioseco, Olmedo, Pedrajas de San Esteban, Matapozuelos o Montemayor de Pililla.
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Carlos Espeso
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Desde Tudela de Duero llegó Alicia Cobos acompañada de un grupo de amigos. Son habituales en la marcha, acuden desde hace años, pero esta vez era más especial. Era la primera que se ponía las deportivas para caminar los cinco kilómetros del recorrido. Lo hizo por sus padres, ambos fallecidos víctimas de la enfermedad (ella cáncer de mama y él tuvo «varios»). «Por ellos y por todos los que lo están sufriendo; solo podemos ganar esta batalla con la investigación», consideró.
De Pedrajas llegaron los Santos para disfrutar de un día de deporte y solidaridad en familia. Es para ellos una cita «imprescindible», no porque algún ser querido padezca la enfermedad, sino porque lo sufrieron en primera persona hace años. «Mi padre tuvo cáncer y se pasa mal. Hay que seguir apoyando», sentenció Mario Pérez.
A la vallisoletana Rosa Martín le diagnosticaron cáncer de mama «hace poco», en febrero de este año. Tiene 61 años y «toda la fuerza del mundo» para derrotar al «bicho», como se refirió. «Al principio es un palo, pero luego te recompones y sigues adelante por los tuyos, por lo que te quieren ver animada», admitía.
A la investigación oncológica irá destinado de forma íntegra la recaudación. Persigue «sin descanso» la AECC en Valladolid «cambiar la historia del cáncer» –tal y como afirmó su presidente– y, por ello, decidieron renovar, por tercer año consecutivo, su apoyo al proyecto 'VAV1, ¿Amigo o enemigo del cáncer?', liderado por el investigador Javier Robles, también presente en la marcha. «Recientemente hemos catalogado las alteraciones que hacen que las células del sistema inmune a veces sufran cambios que provoquen un cáncer; estamos hablando de que en un corto plazo podremos tratar a los pacientes de una manera un poco más personalizada, con fármacos más concretos», reveló el investigador.
La décima edición de la Marcha Contra el Cáncer contó con el patrocinio principal de Iberdrola, así como de El Norte de Castilla, el Ayuntamiento de Valladolid, la Fundación Municipal de Deportes, la Diputación de Valladolid y El Corte Inglés.
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