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Andar y ser solidario van de la mano cuando se trata de la Marcha Asprona de Valladolid. Este 2022 se ha celebrado la 45ª edición con más de 3.000 andarines inscritos que han vuelto a apostar por uno de los eventos solidarios más importantes ... de la ciudad. Pero los protagonistas han sido los voluntarios que animaban a los participantes en la caminata, quienes han aplaudido a la salida y a la llegada de estos mientras se dejaban llevar por el ritmo de la música.
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Los voluntarios de la organización han madrugado este sábado para, poco antes de las nueve de la mañana y con el termómetro rozando los seis grados, preparar los puestos en la Plaza del Milenio, desde donde ha tenido lugar la salida de los caminantes. Juan, Chelo, Javi e Irene, entre muchos otros, comenzaban a colocarse en la línea de salida para aplaudir a los participantes. Allí, se habilitó un puesto de Aquavall para proporcionar agua a los andarines, otro con frutos secos para reponer fuerzas al terminar la marcha y otro donde, a su llegada, iban sellando la inscripción y recibían una planta de lavanda como obsequio.
Antes de que se produjera la salida, rozando las nueve de la mañana y ya con 7 grados de temperatura en un soleado sábado, varios voluntarios, como Juan de Torre, explicaban que su labor era «guiar a las personas que iban a realizar la marcha, así como animar a la gente a que inicie la caminata». Su compañera, Irene Carbajal, reconocía que este era su primer año «pero que da mucha ilusión poder estar aquí ayudando». Ambos se posicionaban bajo el arco hinchable, preparados para iniciar los aplausos de agradecimiento a los andarines.
Entre los participantes en la marcha, José Luis García Domínguez acudía con su familia y su perro de nueve meses. Este vallisoletano explicaba haber hecho otros años la marcha larga pero «este año toca la corta porque vamos con el niño, la bebé y el perro, pero estamos encantados de poder haber venido». Entre el mogollón y antes de la salida, Raquel Murillo y Sonia Viloria reconocían llevar «15 años haciéndola y este se nota menos gente, pero nos gusta venir para colaborar con la causa solidaria, que es muy importante para nuestra sociedad».
A la cita también han acudido varios políticos locales y regionales, como el presidente de la Diputación de la Valladolid, Conrado Íscar, quien explicaba que «es un evento totalmente consolidado propio de Valladolid y lo importante es que lo podamos celebrar y acompañar a la fundación». En este sentido, María Ángeles García, presidenta de Asprona y Fundación Personas, agradeció la presencia de los vallisoletanos en la marcha. «Estamos muy contentos de volver a salir a la calle y sentir la solidaridad de los andarines», reflejaba.
También el líder del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, ha querido remarcar que «es una magnífica noticia que podamos volver a encontrarnos y un buen síntoma de que la normalidad está llegando».
Pasadas las nueve de la mañana se producía la salida desde la Plaza del Milenio y a los primeros pasos les acompañaban los aplausos de Chelo, Javier, Irene o Juan, quienes se mostraban «ilusionados por poder estar aquí y ayudar». Los andarines recorrían el puente sobre el Pisuerga para descender a la senda del río y continuar la caminata. Grupos de amigos, familias con niños y bebés, parejas y algún que otro solitario agradecían el buen tiempo y reconocían la importancia de un evento de esta magnitud en la ciudad.
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Cada voluntario ocupaba su puesto y en la línea de salida, convertida en la de meta, continuaban Chelo y Javier, pero alguno, como Enrique, se escabullía a las sillas bajo la carpa principal mientras explicaba sus motivos: al sol comenzaba a hacer calor. La música que amenizaba la llegada de los primeros caminantes les hacía bailar y a ellos se unían otros voluntarios. Todos ellos, con una sonrisa en la cara y rebosantes de alegría aseguraban haber seguido las recomendaciones. «Nos hemos puesto crema del sol y también la gorra, porque hoy hace calor y no queremos quemarnos, que ya hace diez grados y el sol calienta», comentaban en corrillo varios chavales.
A partir de las once de la mañana comenzaron a llegar los más rápidos tras realizar la micro-marcha de 6 kilómetros hasta la desembocadura del Pisuerga. El grupo de Niobe, Jaime, Zhinelia, Rubén y Kiara, acompañados por su galgo Serendi, comentaban que «pensábamos que iba a ser desafiante por ir con la bebé pero nos ha encantado pasear al lado del río y poder colaborar con esta preciosa iniciativa en un día con temperaturas tan estupendas«. Otros de los primeros en llegar eran varios miembros de la Asociación Indisvall con sus vehículos de ruedas. Cristina Rodríguez, que portaba una de las sillas, explicaba que este año han hecho la marcha corta pero no descartan realizar la extensa para el próximo.
El ambiente en la Plaza del Milenio se iba animando cada vez más y las temperaturas subían hasta los 12 grados al llegar las doce del mediodía. La llegada de los que se atrevieron con el recorrido de 22 kilómetros hasta el Valle de los Seis Sentidos de Renedo contaba con los incesantes aplausos y permanentes sonrisas de los voluntarios, quienes portaban sellos para colaborar con sus compañeros de la carpa y evitar que se apelotonase la gente en ella. Les recordaban también que por haber realizado la marcha podían llevarse a casa una pequeña planta de lavanda. Uno de los caminantes que se atrevió con el recorrido largo es Andrés Castrodeza, quien reconocía haber realizado la marcha desde que empezó. «Empecé a hacerla yendo a Palencia y luego se hacía hasta Venta de Baños, Venta de Geria, Simancas… he ido haciendo todas», reconocía orgulloso. Luis, otro de los voluntarios de Asprona, se acercaba para señalarle que cogiera agua y la planta, a lo que el jubilado contestaba agradecido. «Es fantástico que contemos con esta marcha después de tantos años y con la enorme implicación de los chavales de la asociación», concluía antes de hidratarse.
Cada vez más animados y con ganas de bailar, los voluntarios continuaban en la línea de meta sin dejar que el ánimo decayera. Su cometido, por el momento, era continuar aplaudiendo y agradeciendo a los andarines su participación en la 45 Marcha Asprona.
El grupo de música 'Los Síntomas' comenzaba su actuación a las 12 de la mañana y el espacio frente al escenario permitía a los más atrevidos disfrutar de la música en directo. Y no solo en ese espacio, porque Irene, Javi y Chelo no paraban de bailar mientras aplaudían. A los bailes les acompañaban las fotos de grupo y Mario se animaba con algunos pasos que imitaban los demás. Tampoco faltaron las carreras y persecuciones entre ellos mientras esperaban la llegada de los siguientes andarines para ver quién era más rápido poniendo un sello en el brazo a los demás. A su vez, continuaban llegando andarines y algunos que habían realizado la marcha en bicicleta.
El ambiente festivo continuará hasta pasadas las cuatro de la tarde, cuando está prevista le llegada de los últimos caminantes. Los voluntarios aseguran que permanecerán en sus puestos hasta esa hora. «Aunque haga mucho calor nos quedaremos aquí porque hoy es nuestra labor y estamos encantados», comentaban Chelo y Javi.
Por el momento, la organización avanza que el número de inscritos ha rondado los 3.000, cifra alejada de los 5.600 que participaron en 2019, pero que da «buenas sensaciones tras los dos años de parón por la pandemia». Asprona y la Fundación Personas recuerdan que «la cifra da igual, lo importante es que la solidaridad de la gente llegue a los más vulnerables y con esta marcha lo conseguimos año tras año».
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