Habría sido el primer juicio con jurado del año 2022 en la Audiencia de Valladolid pero al final no ha sido necesario seleccionar a los miembros del tribunal popular. Jacinto Alonso San Segundo, de 45 años, el indigente cargado de antecedentes por robo y maltrato ... acusado de asfixiar hasta la muerte a Priscilla Ivonne Rodríguez Barichivich, de 42 años, de origen chileno y afincada desde hacía tiempo en España y sin hogar como él mismo, ha reconocido su crimen y aceptado la pena por homicidio que solicitaba el fiscal Manuel Javato con el beneplácito también de la acusación popular ejercida por el letrado Luis Antonio Calvo en nombre de la Asociación Clara Campoamor.
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El indigente, que lleva en prisión provisional por estos hechos desde su detención en marzo de 2021, ha preferido no someterse al veredicto de un jurado para no arriesgarse a una condena por asesinato. La sentencia que ratificará el acuerdo y firmará el magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Miguel Ángel de la Torre, le castiga con 10 años de prisión por matar a la mujer con la que apenas acababa de iniciar una relación sentimental por razones que solo él conoce y se guarda para sí. Además se le impone el pago de unas indemnizaciones para los herederos de la víctima (un hermano y un hijo) que suman 110.000 euros y que serán de difícil cobro, dada la insovencia del reo.
Jacinto residía desde el 6 de enero de 2021 en el albergue municipal del Paseo de Extremadura. Cinco días después recaló allí Priscilla y comenzaron una relación de pareja «sin convivencia», puntualiza el escrito de hechos probados de la acusación pública. El 28 de ese mismo mes deciden marcharse del albergue y se registran en la Pensión Vianesa, un modesto hostal que ocupa la primera planta del edificio número 1 de la calle Montero Calvo. La mujer adelantó los 250 euros de los 350 que costaba la habitación que iba a ser el escenario del crimen, la número 12.
El 3 de febrero, cuando ya llevaban unos días instalados en su nuevo alojamiento, Jacinto fue a comer al comedor social y recogió la cena para la noche. La pareja pasó toda la tarde viendo la televisión y sobre las 20:34 horas deciden salir a dar un paseo y acercarse al Carrefour Market de la calle Santiago, donde Priscilla compró con su tarjeta una botella de cava y fuet. Regresaron a la pensión en torno a las 20:50 horas y consumieron parte de los productos que habían adquirido. Nadie sabe, excepto ellos, qué fue lo que desencadenó la discusión. Según el fiscal, ambos habrían forcejeado y, en determinado momento, Jacinto agarró una almohada y la presionó con fuerza sobre la cara de Priscilla, tapándole la boca y los orificios nasales, hasta que la mujer dejó de respirar para siempre.
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Pero la causa de la muerte de Priscilla no estuvo tan clara al principio. De hecho, el caso estuvo a punto de terminar en el archivo, como recordó el letrado de la Asociación Clara Campoamor, porque el cadáver fue descubierto casi un mes más tarde y el proceso de descomposición estaba muy avanzado. Incluso se llegó a plantear la hipótesis de que podría haberse debido a un juego sexual de asfixia que se les fue de las manos. Hicieron falta tres autopsias para determinar que la muerte había sido violenta, que no fue un accidente y que alguien le había inducido la asfixia. ¿El arma? La almohada. Resultaron decisivos los restos de maquillaje y lápiz de labios de la víctima incrustados en su interior para corroborar que, efectivamente, fue el arma del crimen y que Priscilla, que estaba en tratamiento por depresión y sufría de varias patologías agravadas por su alcoholismo, murió por asfixia.
Jacinto dejó la almohada sobre la cabeza de su víctima, la arropó con una sábana y una manta y, poco antes de las doce y media de la noche se marchó de la habitación, llevándose el teléfono móvil y el cargador de la mujer y una mochila enorme. Cerró la puerta con llave desde fuera y se llevó el juego. Poco después de abandonar la pensión cambió la tarjeta telefónica.
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5 de febrero de 2021 Ávila-Vitoria-Palencia
7 de febrero Palencia-Valladolid-Ávila
8 de febrero Ávila-Palencia
9 de febrero Palencia-Valladolid.
10 de febrero Valladolid-Avilés-Oviedo
11 de febrero Oviedo-León-Palencia-Valladolid. El acusado regresa al albergue pero no hay sitio y duerme al raso.
27 de febrero El cadáver ya se ha descubierto y Jacinto vuelve a huir con otra pareja y recala en Palencia, Ávila y León. En abril es detenido en Tudela (Navarra)
Tras el crimen, en torno a las 00:27 horas del 4 de febrero, el asesino sacó 320 euros de un cajero en Zorrilla y dejó su cuenta tan solo con 5,84 euros. Pasadas las seis de la mañana abandonó Valladolid en dirección a Ávila, donde cambió de teléfono y contrató una tarjeta prepago. A partir de entonces inició una huida «errática» de más de 1.700 kilómetros hasta el 11 de febrero que regresa a Valladolid. El cadáver de Priscilla no se descubrió hasta el 21 de febrero y dos días más tarde el caso saltó a los medios de comunicación. Mientras, su asesino había retomado una antigua relación con otra mujer, con la que estuvo viajando y alojándose en hoteles de Valladolid, Palencia y Ávila. En marzo, en León, vende el móvil con el fin de despistar a la Policía Judicial. Finalmente, Jacinto fue detenido en abril en Tudela (Navarra).
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