Valladolid

El mapa de las franquicias, distrito a distrito: el 46,4% de las tiendas del centro son cadenas

Para muestra, un porcentaje: el 46,4% de los establecimientos comerciales de la zona centro -que comprende el entorno entre Paseo de Isabel la Católica, la calle Miguel Íscar, Duque de la Victoria, Francisco Zarandona y la plaza de Poniente-, son franquicias: 110 de un total de 239 comercios. Predominan además los establecimientos de equipamiento personal, esto es moda, calzado y complementos (56,5%), seguidos por los negocios dedicados a los bienes del hogar, que abarcan desde tiendas de muebles, electrodomésticos, ropa de cama, bazares o almacenes de materiales.

Por vías, las calles Constitución y Santiago no arrojan sorpresas: la conocida como la 'milla de oro comercial' de Valladolid es la que concentra el mayor número de franquicias, con más del 86% de sus establecimientos. Son, a su vez, la arterias con menos locales vacíos, con una tasa ocupación superior al 92%, pese al precio de los alquileres, que en la zona centro se sitúan en una media de 12,93 euros el metro cuadrado, según datos de los principales portales inmobiliarios.

Le sigue de cerca Plaza de España, con un 71,4% de franquicias. Por detrás, María de Molina, Veinte de Febrero y Santa Ana albergan un 66,7% de cadenas comerciales. Y en Menéndez Pelayo, Zúñiga y Héroes de Alcantara las grandes marcas aglutinan más de la mitad de la actividad comercial. Mientras que las calles Mantería y Teresa Gil son zona de resiliencia de los establecimientos de proximidad, que aún representan el 60% de su tejido comercial.

El sector inmobiliario achaca estos datos a la caída de precios en los alquileres de los locales tras la pandemia, lo que ha favorecido que las cadenas se lancen a conquistar las arterias principales de Valladolid y otras ciudades.

«Las franquicias y la hostelería pueden pagar mucha más renta, incluso hay tiendas que cierran para que abran cadenas porque ganan más dinero de cobrar el alquiler», apunta también José Antonio Salvador Insúa, decano de la facultad de Comercio y director de la cátedra, que lamenta la falta de apuestas por salvar el comercio de proximidad, lo que supone una «perdida de identidad» para las ciudades. «Si fuera por los comercios todas las ciudades serían como dos gotas de agua, menos mal que nos quedan los monumentos», bromea, con cierta resignación.

El afán por el centro de las ciudades lo explica también el turismo y la imagen de marca. «Posicionarse en el centro es glamour», detalla Salvador, que señala el otro factor determinante: «La gente que hace turismo no pasea por el barrio, pasea por el centro de las ciudades».

El decano señala también una nueva tendencia: la reconversión de locales en viviendas. Precisamente, el anterior equipo de Gobierno local impulsó una flexibilización del Plan general de Ordenación Urbana para permitir el cambio de uso en tiendas con pocas opciones de acoger nuevos negocios. «El centro de las ciudades sin comercio para mí sería horrible», asegura el decano, que destaca la importancia de los escaparates en la vida de barrio: «Dan vida a la ciudad, en las zonas donde no hay comercio no apetece pasear, provoca una sensación de inseguridad, de lucar inhóspito».

En total en la zona censada, que comprende la almendra central, el Paseo de Zorrilla y las afueras de Delicias, incluyendo Arco de Ladrillo y Paseo de Farnesio, hay datadas 306 franquicias comerciales, que representan el 20,8% de todo el tejido comercial, sin incluir hostelería y sector servicios. Por especialidades, el 37,9% de estos negocios se dedican a la venta moda, calzado y complementos, entre otros equipamientos personales.

Fuera de la almendra central destaca el distrito seis, que comprende los barrios de Circular, Vadillos, Pajarillos, San Isidro y el antiguo Poblado de la Esperanza. Allí las franquicias representan el 15,9% de un total de 157 establecimientos. La implantación de estos negocios es mayor que en otras zonas céntricas, como la zona baja del Paseo de Zorilla y Campo Grande y los barrios de San Miguel, San Pablo y San Nicolás, en torno al 14% y con una menor actividad comercial.

No es una zona turística, pero si un área residencial con una «densidad de poblacón grande y alquileres más bajos que en el centro», explica Salvador. El experto detalla que se trata de una zona con una particularidad, por la alta de concentración extranjera, que hace que proliferen comercios ligados a estas poblaciones, como tiendas de alimentación y algunos locutorios, que también son franquicias.