Manos de colores para cantar y bailar a la paz en Valladolid

«¿Os sabéis la canción?», preguntaba el vocalista del grupo vallisoletano Happening, Sergio Aparicio. «¡Sí!», gritaban todos los niños al unísono. El patio del colegio Isabel La Católica se llenó de pancartas, banderines, pajaritas y un gran mural colaborativo que habían preparado todos los alumnos estos días atrás. Los niños eran los protagonistas. Era su día. Todos lucían las camisetas decoradas con cientos de manos de colores para celebrar el Día Escolar de la No Violencia y la Paz.

Estaban nerviosos. Y no era para menos. Ensayos y más ensayos para presentar la canción compuesta por el grupo Happening titulada 'Vivan las manos de colores'. Una melodía que hoy sonará en más de 300 colegios por todo el mundo. «¿En México?», dudaba una niña. «¿En Rabat?», se extrañaba su amiga. Pues sí. Cristian Perucho y Carlota San José, alumnos de sexto de primaria, tomaron las riendas de la «gala» y de la presentación del baile que «han ensayado durante toda la semana», recordaba Carlota.

Los familiares y los profesores los miraban con atención para no perder detalle. «Sois capaces de inculcar a los niños valores tan importantes como el diálogo y la educación en la paz y la solidaridad», apuntaba Victoria Soto, concejala de Educación, Infancia, Juventud e Igualdad. Alumnos de todos los cursos mencionaron frases de Mahatma Ghandi y otros pensadores como «no hay camino para la paz, la paz es el camino» o «la paz no es quedarse todo para mí, es compartir». Diego Rodríguez, alumno de quinto de primaria, recitó el 'Poema al no' de Gloria Fuertes: «No a la tristeza. No al dolor. No a la pereza. No a la usura. No a la envidia. No a la incultura. No a la violencia. No a la injusticia. No a la guerra. Sí a la paz. Sí a la alegría. Sí a la amistad».

Los 188 niños del colegio Isabel La Católica unieron sus voces «para gritarle al mundo que no haya injusticias» y presumir de «la buena convivencia». «Es un orgullo tener tan buenos músicos como Happening y que los colegios sean además punteros en materia educativa», señalaba la edil. Y la lluvia respetó que todos los alumnos cantasen y bailasen al ritmo de rock. Lola de la Torre, con tan solo 9 años, se subió al escenario del patio del colegio y se atrevió a dirigir la coreografía junto cinco niños más. «Los profesores nos han ayudado mucho y en tan solo tres días ya nos sabíamos la coreografía», evocaba Lola. Y es por eso que durante unas horas al día cambiaban los papeles a los profesores e impartían una clase de baile digna de admirar. «Los pequeños nos hacían mucho caso», declaraba Carlota.

Padres, alumnos y profesores terminaron la jornada cantando y bailando a la paz. «Aplausos para los valientes» y «gestos con valores» son algunas de las frases que repitieron para colorear el día que amaneció gris.