Abigail, Merche y Cristina, tres mamás influencers de Valladolid ALBERTO MINGUEZA

Ser mamá e influencer en Valladolid

Cristina, Merche y Abigail son tres supermamás, que comparten su día a día, trucos, consejos y experiencias a través de las redes sociales

Laura Negro

Valladolid

Domingo, 26 de marzo 2023, 19:39

Estamos muy acostumbrados a ver en redes sociales la glamurosa vida de las influencers más famosas, que presumen de sus impresionantes casas y minimalistas decoraciones, de sus looks diarios, de sus trucos de belleza y rutinas de gimnasio, de viajes de ensueño y hasta de ... sus dietas 'healthy'. Usan y abusan de filtros para mostrar lo que parece una vida idílica y perfecta. Sin embargo, la vida real, la naturalidad y el caos, también vende en TikTok e Instagram. Buena prueba de ello, son Cristina, Merche y Abigail, tres 'influmamis'» vallisoletanas cuyos perfiles, muy dispares entre sí, muestran una maternidad más cercana a la realidad y un estilo de vida de mujeres que no se detienen ante nada y a las que no les asusta mostrar sus hogares normales, en los que a veces también reina el desorden. Ellas son mamás reales y naturales que inspiran y motivan con sus experiencias diarias. Lo hacen sin artificios y así, consiguen que sus seguidores se sientan identificados con su realidad.

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Actualmente, España es el país europeo con mayor número de influencers. Según el estudio 'Crecimiento de la Marca a través de Influencer Marketing', elaborado por IAB Spain y Nielsen, de los 10,5 millones de influencers activos en Instagram, TikTok y Youtube de Europa, el 15% son españoles. Aquí, 2 de cada 100 habitantes cuentan con más de 1.000 seguidores en Instagram. De este informe también se extrae que Instagram es la plataforma con mayor número de usuarios, y que Madrid es la ciudad española con más influencers activos en Instagram, TikTok y YouTube, con el 37% de los más de 1,56M que hay en España. Las siguientes en la lista son Barcelona, Sevilla y Valencia.

En cuanto al perfil del influencer, este mismo estudio muestra un claro predominio de mujeres en TikTok y de hombres en YouTube, mientras que en Instagram hay más más paridad en cuanto a género. En relación a la edad, los influencers de TikTok son mayoritariamente de la Generación Z, mientras que Instagram está plagada de Millennials y los YouTubers son de muy diferentes rangos de edad. La mayoría de estos expertos en redes sociales, basan su contenido en moda (más del 26%). Eso explica que cada vez más marcas inviertan en marketing de influencers.

El 3,72% de los influencers tratan de temas relacionados con juguetes, niños y bebés. Tal y como hacen Merche, Cristina y Abigail, que llevan años en las redes sociales. Para ellas, más que un trabajo es un hobby, que las entretiene, les gusta, les sirve de desahogo y además, les reporta unos ingresos extra. Las tres tratan de diferentes temáticas en sus publicaciones, aunque la principal es la maternidad. Su día a día con sus hijos, sus problemas, dudas y consejos, los exponen sin tapujos ni vergüenzas en las redes sociales. Eso les ayuda y sirve también para ayudar a su ingente comunidad de seguidores. Son felices haciendo lo que hacen, aunque reconocen que su trabajo no es tan bonito como lo pintan. El mito de que el dinero les entra a espuertas por el mero hecho de crear contenido y recibir visitas, es sólo eso: un mito que sólo se hace realidad para unos cuantos. «Para mí esto es un hobby. Hago colaboraciones con numerosas marcas de Valladolid de hostelería, moda, productos de belleza… y me encanta ser embajadora en mi ciudad. Pero además, sigo con mi trabajo de siempre, como teleoperadora», dice Cristina, cuyas publicaciones son vistas por más de 43.000 seguidores.

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Para estas 'influmamis', cualquier momento y lugar es perfecto para publicar en redes A. MINGUEZA

Coinciden en que la parte más negativa de su trabajo son los 'haters', gente que desde el anonimato se dirige a ellas para cuestionar su trabajo, sus decisiones como madres e incluso, y lo que es peor, para insultarlas. «A mí ya no me afecta. Es más, yo les contesto. Los mensajes que me envían dicen más de ellos que de mí», sentencia Merche Gutiérrez, una tiktoker cacereña afincada en Valladolid, con una legión de más de 700.000 seguidores. «A mí me llamaron 'mala madre' cuando comenté que iba a empezar a trabajar tras tener a los niños. Me dijeron que por qué no me quedaba cuidando de ellos. Hay gente que lo cuestiona todo. Pero a mí, en realidad, me encanta ser una mala madre, porque la perfección no existe», dice Abigail, a la que le gusta presumir de sus dos hijos pequeños, ante las más de 31.400 personas adictas a sus publicaciones.

Detrás de cada post de estas tres influencers, hay un enorme trabajo detrás de creación de contenido, fotografía, vídeo, edición, selección de músicas, fondos… todo para destacar en esta jungla digital que son las redes sociales. Tienen la habilidad de conectar con su público y para ellas las redes, más que un trabajo, es un estilo de vida marcado por los algoritmos, las tendencias, los likes y los filtros.

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Cristina - @make_baby_up

«Las futuras mamás buscan referentes que hayan pasado por lo mismo que ellas»

La herramienta de trabajo de esta influencer vallisoletana es el móvil ALBERTO MINGUEZA

«¡Hola mis piñis!» Ese es el grito de guerra de esta vallisoletana de 39 años. Cristina derrocha energía y optimismo en cada post, en los que habla de la crianza de los hijos y también de moda o belleza, temas que le apasionan. Empezó usando las redes para tener archivadas todas sus opiniones sobre los productos de belleza que utilizaba. «En 2017 trabajaba en una perfumería y recibía muestras de productos. Tenía Facebook y me abrí Instagram como base de datos de lo que me gustaba y lo que no. Escribía reseñas y la gente me empezó a comentar», recuerda esta vallisoletana. El punto de inflexión fue cuando un día, por casualidad, colocó una piña como atrezzo de una publicación y llamó a sus seguidores «Piñis». «Fue la hecatombe. Todo el mundo me comentaba y me empezó a seguir un montón de gente y cuando me quedé embarazada, ya fue el no va más. Creo que las futuras mamás, buscan referentes que hayan pasado por lo mismo que ellas», prosigue esta joven, que cuenta con 43.500 seguidores.

Compagina las redes sociales con su trabajo de teleoperadora. «Lo hago para divertirme. Muchos sólo ven que te invitan a comer o te regalan cosas, pero también, tiene su parte mala, ya que muchos se creen con derecho a criticar todo, pero yo sólo muestro lo que quiero mostrar. A mí me han llegado a cuestionar por dar el biberón a mi hijo. Mi filosofía es animar a las madres a que hagan aquello con lo que se sientan cómodas, sin importarles las directrices establecidas por la sociedad y las modas. El problema es que la gente se piensa que nos conoce por haber visto unos vídeos nuestros de un par de minutos, pero realmente no saben lo que pasa en nuestras vidas», subraya. Para ella, la perfección está en mostrarse imperfecta. «No tengo la casa impoluta y divina que tienen las influencers famosas. Soy una persona normal, con una vida normal, una familia normal y una casa normal», resalta.

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Merche - @mercheegutierrez86

«Siento la responsabilidad de seguir haciendo lo que hago. La gente me dice que le ayuda»

El humor es la tónica general de las publicaciones de esta influencer vallisoletana de origen cacereño A. M.

Merche es cacereña de nacimiento y vallisoletana de adopción. Su punto fuerte es TikTok, donde su gran comunidad de 700.700 seguidores es adicta a sus historias, ocurrencias, monólogos y bromas. Su carisma, su adorable familia, que se presta a salir en sus post, su agudo sentido del humor y su historia de superación, cautiva cada día a más gente. Se inició en las redes sociales tras perder a una hija a los 9 meses de gestación. Ese duelo perinatal, fue más llevadero gracias a su desahogo en los vídeos y directos de TikTok. «Me esfuerzo visibilizar las muertes fetales, un tema que no se suele abordar y que marca a las familias», dice Merche, que es madre de tres niños (como ella misma dice, dos en la tierra, otra en el cielo y otra más que viene en camino). «Yo abogo por ser una mala madre y perfectamente imperfecta. A veces sientes que lo estás haciendo fatal como los niños, o que no vas a favor de lo estipulado, pero la gente con sus mensajes, me hace ver que estoy en el camino correcto y que simplemente tienes días buenos y días malos», prosigue. «Siento la responsabilidad de seguir haciendo lo que hago porque mis seguidores me dicen que les hace mucho bien, que empatizan conmigo y que necesitan mis vídeos. No hago colaboraciones. Esto sólo lo hago por mí y si puedo ayudar a visibilizar algún problema, lo hago y eso me llena por completo», dice esta tiktoker a la que le encanta contestar a los haters haciendo gala de altas dosis de ironía y un discurso buenrollista.

Ha encontrado en su marido a su mejor cómplice en esta aventura que es el TikTok. En pijama, bata y con un moño improvisado. Así hace la mayoría de sus publicaciones, en las que habla sobre temas de actualidad, ocurrencias, vídeos con sus hijos y bromas con el humor por bandera. «Me gusta sonreír y hacer reír a los demás», dice Merche, quien asegura que en su trabajo, lo bueno supera a lo malo «por goleada».

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Abigail - @elcaosdeunabimami

«A través de las redes sociales he conocido gente maravillosa»

Abigail muestra en todos sus post, su caos diario como mami de dos peques ALBERTO MINGUEZA

Desde su Instagram, esta alicantina afincada en Valladolid desde hace 6 años, muestra su día a día como mamá todoterreno de dos peques. Su perfil ha evolucionado con el paso del tiempo. Lo inauguró en 2015, cuando añadió a su estilo de vida, una dieta estricta y el fitness. «En redes sociales comentaba mis avances con la pérdida de peso y también mis recaídas. Aquello a la gente le gustaba y fueron subiendo los seguidores», cuenta esta joven de 34 años. «Cuando falleció mi padre hice un parón y lo retomé al quedarme embarazada. Fue entonces cuando me empezaron a considerar una 'influmami' y las marcas empezaron a contactar conmigo para hacer colaboraciones», cuenta esta influencer de 34 años que se caracteriza por su estilo simple, carismático y jovial.

En el 2021, con su segundo embarazo, el número de seguidores se disparó hasta los 31.400 que tiene en la actualidad. Para ella, las redes sociales son un canal de comunicación con su gente, que está a más de 600 kilómetros de distancia. «Cuando hago un vídeo o cualquier publicación, lo hago dirigiéndome a mi familia. Me desahogo contándoles todo lo que me ocurre. Realmente siento que los que me ven, son mi gente también. La semana pasada, falleció mi abuela, y recibí cientos de mensajes increíbles dándome ánimos. A través de las redes he conocido gente maravillosa», afirma. «Mi vida es un caos, como el de cualquier 'bimami', de ahí el nombre de mi cuenta, en la que se puede encontrar muchas risas, lloros, enfados, humor, recetas, productos… como en la vida misma. Me encanta esto y soy consciente de que yo no soy Dulceida, ni María Pombo, ni Laura Escanes, por ejemplo. Ellas fueron pioneras en este mundo de las redes sociales. Yo lo tengo como un entretenimiento que me aporta unos ingresos y que me da la oportunidad de colaborar con ciertas marcas», dice esta joven afincada en Valladolid y que trabaja en una tienda de mascotas.

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