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Llegaron a media mañana a la Plaza Mayor de La Cistérniga. Aparcaron su furgoneta junto a la Casa de Cultura y accedieron a un abarrotado auditorio: 417 butacas completas para disfrutar de un concierto acústico. Pocos minutos después, la banda de folk metal Mägo de ... Oz, que cosecha seguidores por todo el país, salía al escenario del espacio cultural de La Cistérniga en una actuación con acceso gratuito pero con la condición de que los asistentes tuvieran entre 3 y 11 años y estuvieran matriculados en el colegio público Félix Cuadrado Lomas de Valladolid. Era una actividad escolar del centro educativo, que este año, durante todo el curso, desarrollará multitud de actividades vinculadas con la música. «Es el año de la música, igual que hace dos años lo hicimos con el cine y decoramos todo el colegio como un plató. Contamos con un padre que trabaja en una agencia de representación y que pudo contactar con ellos. Éramos conscientes de que este grupo podía despertar mucho interés entre sus seguidores, y como solo con los alumnos ya llenábamos el aforo, no quisimos hacer publicidad de la actividad para evitar que los niños al final no pudieran disfrutar de la actuación tranquilamente», especifica el director del centro, Miguel Ángel Pastor.
Durante algo más de una hora, los componentes del grupo Mägo de Oz interpretaron varias de sus canciones, algunas de las más conocidas como La rosa de los vientos o la Fiesta Pagana. También algunas de componente celta, interpretadas por los ocho músicos (a excepción del batería). Entre canción y canción, tuvieron tiempo de charlas con los alumnos del centro y de lanzar algunos de los mensajes en los que la música les ha aleccionado. «La música es un lenguaje tan importante como el oral y el escrito, te ayuda en los momentos bajos y también los altos», comentaron. Eso sí, recordaron que si alguno de los alumnos quisiera ser músico «no se puede conseguir sin estudiar».
Los niños, según explicó el director del centro, vivieron la actividad «entusiasmados». Incluso alguno de ellos, muy seguidores del grupo, tuvieron después la oportunidad de charlar con ellos y fotografiarse.
Tras la actividad escolar, la banda se desplazó desde La Cistérniga a la cercana localidad de Traspinedo, donde pudo degustar en uno de sus restaurantes del afamado pincho de lechazo, el plato típico del municipio y uno de los distintivos de la provincia de Valladolid.
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