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Alrededor del recinto de la Feria de Muestras de Valladolid se ha producido esta mañana un fenómeno que desafía toda lógica: cientos de jóvenes hacen cola ansiosos, desde las primeras luces. ¿El motivo? Conseguir el mejor sitio para disfrutar del concierto del carismático cantante Quevedo, ... que esta noche actuará en Valladolid. Un artista de carrera meteórica, que ha despertado sueños, ilusiones y al parecer también paciencia infinita, para aguantar tantas horas haciendo cola.
Todos están deseando disfrutar de su flow en el escenario, de su voz rota y grave, de sus pegadizas melodías y de sus letras impregnadas de poesía urbana. A las 7:00 horas de la mañana ya se divisaban las primeras siluetas de jóvenes dispuestos a pasar horas y horas en la calle con tal de estar cerca de su ídolo. Grupos de amigos se turnan para ir al baño, comprar agua y chucherías y por supuesto, mantener el sitio de los compañeros. La solidaridad entre desconocidos se convierte en una tónica común, como si el simple hecho de compartir esta experiencia los convertirá en una gran familia. «No nos conocíamos de nada, pero ya somos amigos», dice una joven situada en los primeros puestos de esta gran fila que crece y crece.
Sus rostros son una mezcla de emoción y cansancio por el madrugón. Es el caso de Dani Peñín, de Valladolid, que ha venido acompañar a su amiga Patricia. Han sido los primeros en llegar. «Yo iba a venir a acampar anoche, pero como no había gente, finalmente decidí venir por la mañana», dice él. A su lado está Alejandro Muñoz de 18 años, que llegó el jueves desde Marbella con su amigo Iker, de 17. «Yo he venido casi obligado, porque a mi amigo le encanta», dice casi con resignación. Ellos llevan en su mano un número, el '4'. Al grupo que encabeza la fila se les ha ocurrido irse numerando según llegan, «para evitar problemas», dicen. «De momento todo el mundo lo está respetando. Les estamos marcando con un rotulador. Hemos pensado que era buena idea y de momento, el orden se mantiene. Veremos cuando abran las puertas», señalan.
Al inicio de esta larga fila también está Alejandro. Para él será su segundo concierto de Quevedo. «Es el mejor cantante que hay ahora mismo. Ha 'pegao' un boom muy drástico. Ha pasado de no conocerle nadie a conocerle todo el mundo. Me encanta el flow que lleva», señala. Junto a él, están sus nuevas amigas Paulina Tamayo y Lucía Galindo, ambas de 18 años y de Laguna de Duero. Se acaban de conocer. «Nos hemos traído el desayuno, la comida y la cena. Todo sea por estar en primera fila. Yo empecé el martes las clases, pero hoy no he ido porque tenía que ver a mi artista favorito», dice la primera. «Tenemos que amortizar los 40 euros de la entrada. Cuando voy a conciertos o firmas de discos siempre voy con mucho tiempo. Hoy nos hemos traído sillas y mantas y luego vendrán nuestros padres a recogerlas. Menos mal que les tenemos a ellos, que nos apoyan muchísimo, y en esta locura del concierto también», apunta Lucía. Estas dos amigas de Laguna están especialmente emocionadas ante la idea de que Quevedo cante hoy en Valladolid con otro ídolo de masas, Saiko. «Anoche sacaron juntos una nueva canción, 'Buenas', y nos han dicho que hoy en el escenario la cantarán juntos. Cuando nos hemos enterado, casi nos volvemos locas», dicen ante la posibilidad de que el rumor se convierta en realidad.
Emma y Paula son otras dos fans de Quevedo, que aseguran que «casi hacen una fiesta» cuando supieron que el cantante vendría a Valladolid. «Hoy nos hemos saltado la clase. Hemos tenido que sacrificarnos por verle», comentan entre risas. Con ellas está Aitor, de 18 años y estudiante de un ciclo de Robótica. «Hoy en clase iban a explicar las integrales. Veremos el lunes, cuando no me entere de nada… pero todo sea por ver a Quevedo», se consuela.
Padres, tíos, hermanos… muchos hacen cola para otros. También abuelos. Jesús López, de 69 años, está acompañando a su nieto Gabriel, de 14 años. También está la tía de éste, Bárbara López. «Se quién es Quevedo y lo que canta, aunque no me gusta mucho. Yo he venido a traerles mantas y ropa y para irnos turnando la familia, y así no hacer tantas horas. El niño entrará al concierto con un amigo y con su padre», dice Jesús mientras espera paciente. «Hemos traído muchas provisiones y chucherías para que la espera se haga más corta», señala la tía Bárbara.
Más atrás en la cola están Clara, Paula y Asier. Ellos lucen en su mano el número 30 y están pasando la espera jugando a las cartas, comiendo pipas y escuchando música. «Yo estoy obsesionada con Quevedo. Me encanta. Es el primer concierto suyo al que voy y eso que le sigo desde hace dos años. Mi canción favorita es 'Rimmel', aunque no creo que la cante», comenta Clara. «Yo he venido al concierto sobre todo por mi hermana de 13 años. Ella está en el colegio y le estoy guardando el sitio», dice su amigo Asier.
Irene Pérez se ha llevado el ordenador para aprovechar la espera. Estudia Derecho y durante las dos horas que ya lleva haciendo cola, ha tenido tiempo para hacer un trabajo de clase. «Lo tenía que entregar a las 12 y lo he hecho aquí. Ya lo he enviado y ahora ya estoy más tranquila. Espero pasármelo bien. Hemos venido un grupo de amigas, porque una de ellas, Elisa, es 'superfan'. Ella ahora está en clase y le estamos guardando el sitio», señala esta joven de 19 años.
En general todos van muy bien preparados. Con mesa, sombrilla y altavoces se han presentado Carmen, Sandra y Víctor. «Hemos traído un montón de bocadillos, empanada, nevera con hielos… todo para pasar el día a gusto. Tenemos el coche cerca y cuando llegue la hora del concierto lo llevaremos todo al maletero», dicen. «Nos gusta mucho Quevedo y es una suerte que un artista como él venga a Valladolid, donde tenemos pocas oportunidades de ver cantantes de su talla. La espera está siendo amena y estamos conociendo gente. Nuestra intención es estar lo más cerca posible del escenario», añaden.
A las 9:00 las amigas Nerea y María, de 22 años, cogían un autobús con destino a Valladolid. Iban derechas a ver a su ídolo y los kilómetros de distancia eran lo de menos. «Queremos que el concierto sea algo especial. Nos hace mucha ilusión y ojalá cante la canción 'Buenas' que estrenó anoche con Saiko. Y si la cantan los dos, eso sería lo más», apuntan.
Todos en esta fila, cada vez más larga, comparten su pasión por Quevedo, que no sólo es un cantante, es todo un fenómeno cultural. Los mensajes profundos y universales que lanza en las letras de sus canciones, son el reflejo de una generación que busca respuestas en la música. Por eso, todos esperan ansiosos que se abran las puertas del recinto ferial y que el famoso estribillo de Quevedo, «Quédateeee», empiece a sonar.
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