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Luis Argüello, durante la ceremonia.

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Luis Argüello, durante la ceremonia. Carlos Espeso

Luis Argüello se convierte en nuevo arzobispo de Valladolid ante más de medio centenar de obispos

La Catedral acogió la imposición del palio por parte del nuncio del Papa en España en una emocionante celebración con muchos momentos especiales

Luis Amo

Valladolid

Sábado, 30 de julio 2022, 14:54

La pasión y el sentimiento con los que desarrolla su labor cotidiana de pastor de la Iglesia se han puesto de manifiesto durante la eucaristía de inicio de su nuevo ministerio episcopal. En su gran día como sucesor de los apóstoles, monseñor Luis Argüello ha vuelto esta mañana a poner de manifiesto su compromiso social, su conocimiento de la Iglesia de Valladolid y su capacidad de diálogo «para vivir y edificar la Iglesia como la mejor manera de humanizar a cada persona».

La Catedral de Santa María de la Asunción se ha llenado aunque había sillas vacías como consecuencia de las fechas, pleno tiempo estival, para asistir al histórico momento en que el sacerdote palentino de nacimiento pero vallisoletano de adopción, Luis Javier Argüello García, recibía el palio, anillo y mitra que le acredita como nuevo arzobispo de Valladolid convirtiéndose así en el número 41 desde la creación de la Diócesis en 1596. Y precisamente fueron varios cientos de personas las que acudieron a su llamada a la Iglesia Mayor de Valladolid porque el nuevo prelado siempre se ha caracterizado «por ser una persona cercana y con gran capacidad de saber leer el momento», tal y como coincidían en comentar sacerdotes y monjas en los corrillos previos a la celebración. Y esta dimensión afectiva, además de la pastoral, es la que propició que monseñor estuviera arropado por una comitiva de más de medio centenar de obispos, arzobispos, administradores apostólicos, arzobispos eméritos y cardenales, además de decenas de presbíteros diocesanos y numerosas personas de multitud de movimientos eclesiales que asistieron con especial atención al nuevo nombramiento junto con las también destacables autoridades civiles y militares de Valladolid, de Castilla y León y de España.

La celebración empezaba minutos antes de las 11 de la mañana con una procesión por el exterior de la Seo Metropolitana integrada por todos los representantes de la Iglesia española y vaticana presidida por el propio Argüello que estuvo acompañado por el cardenal y ya oficial arzobispo emérito de Valladolid, Ricardo Blázquez, y el nuncio del Papa Francisco en España, Bernardito Cleopas Auza. Desde este momento fueron muchos los instantes especialmente sentidos tanto por el nuevo prelado como por todos los asistentes destacando cuando unos minutos antes del comienzo del ceremonial, Luis Argüello se acercó a la capilla de la Virgen del Sagrario de la Catedral para orar ante el Santísimo Sacramento, un rezo que también elevó al difunto arzobispo de Valladolid, José Delicado Baeza, que está enterrado en ese mismo lugar y que fue quien le ordenó como sacerdote en 1986.

A partir de aquí, sin duda, fue una eucaristía de momentos, de ritos y de mucha atención a la par que de reflexión. Momentos de confraternización con los suyos y consigo mismo, como él mismo revelaba días antes de esta convocatoria. Momentos como las propias palabras de hasta ese momento el administrador apostólico de Valladolid, Ricardo Blázquez, quien dando la bienvenida a Argüello se despedía de sus fieles, de sus compañeros y de las autoridades tras una prolífica labor como pastor diocesano entre el 13 de marzo de 2010 y el 17 de junio de 2022, día de la comunicación pública del arzobispo entrante. Fue un saludo que más bien significó una pequeña lección del acontecimiento que estaba por llegar, pidiendo a los presentes recibir a Argüello «con gratitud al Señor y con gozosa comunión eclesial» al tiempo que apeló «a la unidad» en el Señor y reclamó pedir «que nunca falte a la grey la dedicación del pastor ni al obispo la obediencia de la comunidad cristiana».

«Esta eucaristía es signo y sello de la comunión de la Iglesia en el Señor», subrayó Blázquez calificando la convocatoria como «luminosa», en su más amplio sentido, para así «estrechar lazos de la fe en Dios nuestro Señor». «Pedimos a Dios que al recibir este sublime encargo sostenga a monseñor Argüello en la misión confiada», concluyó.

Imposición del palio

El gran momento fue la solemnidad de recibir la imposición del palio arzobispal «para su utilización dentro de los límites de la provincia eclesiástica de Valladolid» y que le fue entregado previamente al propio Argüello el pasado 29 de junio de manos del Papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano tras la solemne misa festiva de San Pedro y San Pablo solicitándole en aquel momento que este palio «se convierta en vínculo de caridad y estímulo de fortaleza».

El nuncio de Su Santidad el Papa en España fue el encargado de imponer el palio arzobispal, «una sencilla vestidura, confeccionada con lana de ovejas, puesta sobre los hombros del arzobispo, no es sino el signo de quien lo porta es un sacramento de Cristo pastor, que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida y herida». Se trata de un atributo eclesiástico que tiene a la vez el significado «de la comunión con el Santo Padre y la unidad, en él, de las Iglesias, en este caso pertenecientes a la provincia eclesiástica de Valladolid».

Tras este emocionante rito, como se apreciaba en su rostro, monseñor Luis Argüello tomó asiento en la cátedra, en su cátedra a partir de hoy sábado, y recibió el abrazo de comunión de los obispos de la provincia eclesiástica: Ávila, Zamora y Segovia, justificando su ausencia por convalecencia el obispo de Salamanca-Ciudad Rodrigo. A continuación recibió el abrazo y felicitaciones de sacerdotes, religiosas y religiosos, así como familias y laicos asociados, además de miembros de las cofradías vallisoletanas, movimiento de religiosidad popular tan admirado, apreciado y seguido por el nuevo prelado.

Iglesia diocesana y universal

Seguidamente dio comienzo la eucaristía de esta toma de posesión continuó con normalidad aún con el desarrollo destacado de la homilía, el primer discurso de Argüello ya como nuevo arzobispo, donde quiso recordar y subrayar con un fuerte tono de voz a los presentes que «somos la Iglesia universal y particular: una, santa, católica y apostólica» ante la atenta mirada de autoridades eclesiásticas como Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid; Aquilino Bocos, cardenal de Santa Lucía del Gonfalone; Julián Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela; José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla; Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid; o Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo emérito de Toledo que presidió la sede vallisoletana justamente antes que Blázquez, junto con otros conocidos y queridos vallisoletanos como Aurelio García Macías, subsecretario de la Congregación para el Culto Divino de San Pedro del Vaticano, o Francisco Cerro Chaves, actual arzobispo de Toledo y Primado de España.

En la parte institucional, el alcalde de la ciudad, Óscar Puente Santiago, presidía la zona de autoridades y sentado junto al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, junto con el presidente de la Diputación Provincial, Conrado Íscar, el consejero de la Presidencia del Gobierno Autonómico, Jesús Julio Carnero, el anterior alcalde de Valladolid, Francisco Javier de la Riva, o representantes militares como el teniente coronel Miguel Alberto Torres, de la delegación de Defensa en Castilla y León, y el teniente coronel jefe de Operaciones de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, Javier Peña de Aro. Como representantes de la provincia, un ámbito sobre el que Argüello ya ha trabajado mucho durante sus anteriores cargos y dijo seguir en la línea en los próximos años, estuvo presente el alcalde de Medina de Rioseco, David Esteban, y su homólogos de Medina del Campo, Guzmán Gómez. Junto a ellos, el regidor de Meneses de Campos (Palencia), Alberto José Blanco, localidad natal de Argüello

Con todo, Luis Javier Argüello García es desde este 30 de julio de 2022, el titular número 41 desde la constitución de la Diócesis de Valladolid en 1596 y el número 15 desde la creación en 1857 de la archidiócesis de Valladolid. Y desde hoy juró «salir al camino» para trabajar «en la misión prioritaria de mi oficio de Pastor de esta Iglesia en favor de quienes están mal alimentados en su cuerpo o en su alma».

La también llamada misa estacional se ha prolongado durante dos horas, hasta la una de la tarde, momento en el cual el repique constante de las campanas de la Catedral anunciaban a la ciudad la buena noticia. En el interior, autoridades eclesiásticas, civiles y militares, además de toda la curia diocesana, representantes de la Iglesia Ortodoxa en Valladolid así como otros movimientos y asambleas le saludaron y abrazaron en lo que significó otro de los grandes momentos de esta toma de posesión que tanto Argüello como los presentes a buen seguro se llevarán para siempre en un buen lugar.

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