Dos voluntarios, en las naves del Banco de Alimentos. Carlos Espeso

Valladolid

Así lucha el Banco de Alimentos contra la inflación: «Necesitamos más ayuda que nunca»

La entidad organiza hasta el 3 de diciembre una macrorrecogida de fondos en los supermercados de la provincia

Víctor Vela

Valladolid

Miércoles, 22 de noviembre 2023, 14:22

El lunes llegaron a las naves del Banco de Alimentos los víveres conseguidos en la última operación kilo organizada en un colegio de Valladolid. Había ... paquetes de pasta, bolsas de garbanzos y alubias, cajas de arroz, algún bote de tomate frito, pocos brick de caldo. Pero ni una botella de aceite. Ni un solo cartón de leche. Los alimentos cuyo precio más ha subido durante los últimos meses se han borrado de los productos que las familias de Valladolid donan para los hogares más desfavorecidos. Es otro más de los efectos perversos de la inflación, que también afecta a la solidaridad vallisoletana.

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El Banco de Alimentos ha tenido que rearmarse en los últimos meses para hacer frente a una inflación que les afecta en una doble vía. Por un lado, el alza de la cesta de la compra ha provocado un descenso en la donación de víveres. «Las familias han tenido que destinar más presupuesto a comida, hay menos ahorro y por eso han bajado las aportaciones», dice Jesús Mediavilla, presidente del Banco de Alimentos. Y además, de forma paralela, este aumento de los tiques en el súper ha llevado a que más hogares tengan que apretarse el cinturón y reclamar ayuda a la ONG. O sea, menos donaciones, más necesidades. La tormenta perfecta.

Un voluntario coloca botellas de aceite. Carlos Espeso

A lo largo de este 2023, la entidad ha atendido a más de 12.900 personas a través de 124 entidades que se encargan de distribuir los alimentos. «Los efectos de la crisis económica y de precios en que continuamos inmersos han puesto en serias dificultades a muchas nuevas familias vallisoletanas, que se ven obligadas a pedir ayuda para poder comer y nutrir sus despensas y neveras con lo alimentos más básicos», dice Mediavilla, quien augura que la «incertidumbre actual será sin duda al alza».

«Ha sido un año complicado», añade el presidente de una entidad que ya tuvo que hacer frente a la crisis financiera de 2008, a los récords de paro en 2013, a la pandemia en 2020. Y ahora, esto. Entre octubre de 2022 y octubre de 2023, el aceite de oliva ha subido el 73,5%. En el mismo periodo, la leche se ha disparado el 10,4%. Y estos son dos de los 29 productos básicos que suministra el Banco de Alimentos en Valladolid. En un mes, reparten 35.000 litros de leche, 4.000 litros de aceite. Dos productos, además, que no entran dentro de los víveres que reciben de los fondos europeos. Y que, por lo tanto, han de gestionar con recursos propios de la ONG. «En los últimos meses se han adquirido diferentes productos como leche, cereales… por importe de 40.000 euros la mes, pero estos fondos también se van terminando».

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Por eso, insiste Mediavilla, es tan importante la gran recogida que este viernes comienza en los supermercados de la provincia. «Necesitamos, más que nunca, de la solidaridad de todos los que puedan aportar su granito de arena para salvar lo mejor posible la situación en que nos encontramos y poder ir resistiendo hasta la próxima primavera», apuntan desde el Banco de Alimentos.

Jesús Mediavilla, en el centro, junto a representantes de las cadenas de supermercados. Carlos Espeso

La fundación celebra del 24 de noviembre al 3 de diciembre la novena edición de la Gran Recogida, con la implicación de las cadenas de supermercados Mercadona, Gadis, Carrefour, Alimerka, El Corte Inglés, Dia, Makro, Alcampo, Lidl, Eroski, Lupa y Froiz. La pandemia dijo adiós a la recogida física de alimentos. Como alternativa, se apostó por las aportaciones económicas en caja. Esto ha supuesto una importante revolución para la entidad benéfica. Ya no tiene que almacenar toneladas de alimentos que, tal vez, en realidad no necesita. Ahora puede adquirir, directamente y de forma escalonada (para evitar las fechas de consumo preferente) aquellos productos que precisan en cada momento. Y esto es relevante para comprar esos litros de leche y aceite que, de otro modo, no llegarían al Banco de Alimentos.

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Junto a esto, dice Mediavilla, está la intensa labor de los voluntarios de la fundación para contactar con proveedores e industrias agroalimentarias que ofrezcan precios más competitivos o, directamente, hagan donaciones de sus productos. «Y también están aquellas otras empresas que colaboran con ayudas o aportaciones». Esta vía se ha incrementado en los últimos meses, para dotar de más fondos a unos Bancos de Alimentos que ven cómo la inflación también afecta a su día a día.

Además de la campaña en los supermercados, también se pueden hacer aportaciones 'on line' en la web de la entidad, bancodealimentosdevalladolid.es.

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