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Así luce Valladolid en 'Memento mori', del túnel de Delicias a Pepe RojoSerie de televisión
Así luce Valladolid en 'Memento mori', del túnel de Delicias a Pepe RojoPara empezar, el final. Tranquilidad, en este artículo no hay 'spoilers'. No hay destripes de la trama. Este reportaje se puede leer con la absoluta seguridad de que no se cuenta nada que no se deba contar. Pero así termina 'Memento mori': una moto circula ... por López Gómez. El espectador sigue su recorrido a vista de pájaro, como si estuviera metido en las tripas de un dron que recorre el centro, desde la plaza de la Universidad hasta la de España.
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La cámara coge cada vez más altura, gira un poco a la derecha, y entonces puede verse Miguel Íscar, la mancha verde del Campo Grande, la Academia de Caballería. Una vista privilegiada de Valladolid antes de que salten los títulos de crédito. Una estampa preciosa para poner fin a los seis capítulos de 'Memento mori', la serie que este viernes, 27 de octubre, ve la luz en Amazon Prime. Y sí, Valladolid es escenario y protagonista. Desde el primero hasta el último de los episodios de esta historia de crímenes ideada por César Pérez Gellida y protagonizada por Yon González, Francisco Ortiz, Juan Echanove y Manuela Vellés.
En la pantalla llueve. Llueve mucho. Valladolid parece una ciudad de eternos paraguas. Gran parte de la acción transcurre de noche. Y la fotografía alimenta un ambiente grisáceo, un puntito sórdido, a lo 'Seven' (donde la lluvia también es perenne). Hasta llegar a ese final en López Gómez, el espectador vallisoletano podrá reconocer muchos escenarios de la ciudad (pero muchos) y también sonreír con las múltiples referencias que hay a lugares y hábitos pucelanos. De la cerveza en El Farolito a la consulta a la web de El Norte de Castilla.
En los primeros minutos del primer capítulo, el puente de Santa Teresa. Hasta allí se ha desplazado la policía. En el río, junto al parque Ribera de Castilla, han hallado el cadáver de una mujer. María Fernanda Sánchez. La autopsia dirá después que le aplastaron la tráquea, que le sajaron los párpados, que alguien le metió en la boca un papel con versos. Y a partir de aquí, comienza una historia de asesinos en serie y policías (apasionados al rugby) que lo persiguen.
Valladolid se convirtió durante dos meses en escenario del rodaje de 'Memento mori'. Y eso se nota en la producción. Los exteriores regalan muchos planos de calles y plazas de la capital. Una de las mejores escenas del primer capítulo es una persecución que discurre por la calle Estación (con ese muro gris del ferrocarril) hasta llegar al túnel de las Delicias, con sus paredes embadurnadas de grafitis y aquí vagabundos en el interior. Antes, por la pantalla han desfilado los campos de Pepe Rojo, el Pisuerga visto desde una piragua (hasta los puentes del Cabildo), un recorrido en coche por Cebadería, Especería y Fuente Dorada. Y también, claro, la plaza de San Pablo (aunque apenas se vea la iglesia).
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Allí está el colegio del Salvador, que la producción de la serie convirtió en comisaría (de las Delicias, dicen en un momento de la serie). El interior del edificio se reconvirtió en set policial, con sus paredes desconchadas y viejos interruptores de la luz. De vez en cuando, los agentes salen a la calle y entonces puede verse el instituto Zorrilla y los jardines de la plaza.
Los dos capítulos siguientes muestran momentos en la calle Imperial, San Benito o Ramón y Cajal (con la facultad de Medicina al fondo). Hay un recorrido en coche por López Gómez (con una vista estupenda luego del García Quintana) y una escena rodada en Disconautas, la tienda musical de la calle Torrecilla. Y le siguen conversaciones en el Viejo Coso o uno de los momentos clave de la serie, con un coche abandonado en mitad del puente de Poniente. La cámara ofrece una vista cenital, con su carril bici, su carril bus, su carril para el tráfico privado.
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El catálogo de escenarios pucelanos en el capítulo cuatro insiste en el Viejo Coso y suma la calle San Antonio de Padua. Este es el episodio en el que mejor brilla Valladolid. Lo hace en una escena intensa, una larga persecución que discurre por Fuente Dorada, la calle Sierpes (es preciosa la imagen aérea de la serpiente en el suelo), el pasaje Gutiérrez y la plaza de España, con su bola del mundo y la mastodóntica iglesia de María Reina de la Paz.
En los dos últimos capítulos, la atención puede dirigirse a la plaza de los Arces y de San Miguel, el café Lion D'or, los soportales de la Plaza Mayor o la plaza de la Universidad.
Pero junto a los escenarios, están las continuas referencias a la ciudad. «Estamos en Valladolid, aquí no hay colgados de esos», dice uno de los agentes inmerso en la búsqueda de un asesino en serie. Su investigación les lleva a buscar en almacenes del polígono de San Cristóbal y revisar el trapicheo en Las Viudas. Dicen los policías que van a quedar a tomar algo en El farolito y luego cantan el 'Vallisoletana' de la tuna en una cena del equipo. Cuando piden algo en un bar es un Ribera. Y en los agradecimientos de los títulos de crédito hay referencias a numerosos locales e instituciones vallisoletanas.
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Ahí va un listado: la policía municipal, el servicio de alumbrado público, los bomberos y protección civil, Auvasa, la Fundación Municipal de Deportes, el servicio de limpieza, la facultad de Derecho, los hoteles Olid y Catedral, las comunidades de propietarios de San Antonio de Padua 2 y plaza de España 11, la librería Re-Read, los bares The Bowie, La Banqué, Café Nacional, o los comercios Pasaje Royal, Pasaje Fotógrafos y Latahona del Arte, entre otros. Y junto a esto, varios puntos de Canarias, donde también se ha rodado la serie.
Los lectores de El Norte de Castilla pudieron seguir de primera mano los crímenes de Augusto Ledesma y la investigación encabezada por Ramiro Sancho, policía preocupado por que los detalles de su persecución no trascendieran a la prensa. Sin éxito. En varios capítulos, hay escenas en las que los personajes consultan la web de El Norte para informarse de los crímenes que sacuden la ciudad. Incluso, una reportera (una actriz, no es una redactora real) informa en un vídeo de El Norte de Castilla de ese coche hallado solo en mitad del puente de Poniente.
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