«Pensó que si no entraba por el balcón pagábamos 120 euros al cerrajero»
Los compañeros de piso del hombre rescatado de un tercer piso explican que se había dejado las llaves puestas por dentro
«Fue una locura y una imprudencia», reconocen de entrada los compañeros de piso del hombre de 54 años que el jueves por la tarde ... fue rescatado cuando estaba encaramado al balcón de su vivienda, en un tercer piso a catorce metros de altura, cuando intentaba entrar a su propio domicilio. ¿Por qué lo hizo? Pues sus compañeros aclaran que no es que saliera de casa sin llaves, que también, sino que se dejó «las llaves puestas por dentro de la cerradura y era imposible entrar». Así que optó por la temeridad de salir a la fachada del inmueble de la calle Pedro Muñoz Seca, en la esquina con la calle Amor de Dios, por uno de los ventanucos del hueco de las escaleras de la comunidad e intentar entrar por el balcón.
«No es la primera vez que le pasa y, aunque ninguno de nosotros lo hubiéramos hecho, lo cierto es que pensó que si no entraba por el balcón le pagábamos 120 euros al cerrajero», apuntan los compañeros de un modesto piso compartido en el que dichos honorarios parecían más que excesivos. El caso es el hombre optó por la solución más imprudente y acabó colgado del balcón, con los pies sujetos en un viejo soporte metálico de la galería del piso inferior y sin poder entrar a su casa al estar las ventanas cerradas.
«Era imposible abrirla por fuera con las llaves y, al final, lo logramos con un plástico»
La escena, registrada al filo de las dos de la tarde del jueves, fue vista por un testigo desde la calle, que avisó a los servicios de emergencia. Los policías locales que acudieron al lugar, ya en compañía de los compañeros de piso del hombre, intentaron inicialmente abrir la puerta con sus llaves. «Fue imposible abrirla desde fuera y, al final, entre todos logramos abrir el pestillo metiendo un plástico gracias a que no estaba cerrada del todo», resumen antes de confirmar que el hombre, al que los agentes ayudaron desde la galería a entrar a la casa, salió ileso de su aventura por la fachada del inmueble de la calle Pedro Muñoz Seca.
«Fue una locura y gracias a Dios no pasó nada», suspiran antes de apuntar a que en un primer momento hubo quien pudo pensar que «era un intento de robo». No lo fue. Solo unas llaves olvidadas por dentro de la cerradura motivaron una imprudencia y un singular rescate que salió bien. «Se lo hemos dicho mil veces que tenga cuidado y esperemos que no nos vuelva a pasar una de estas», sentencian.
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