Las lluvias regarán Valladolid hasta mediados de junio

De manera que va a continuar lloviendo. Y no vendrá mal para paliar el acuciante déficit hídrico que aún arrastra el presente año y que se sitúa aún en el 57%. Los aguaceros puntuales de los últimos días, que han causado inundaciones en municipios de la provincia como Laguna de Duero o La Seca, solo han sido eso. En Valladolid, por ejemplo, solo han dejado poco más de veinte litros por metro cuadrado, eso sí, en siete días consecutivos (los últimos de mayo) con precipitaciones.

Mayo, en este sentido, continuó la senda marcada por los cuatro meses anteriores y concluyó con 24 litros por metro cuadrado, prácticamente la mitad de lo esperado (46,4 es la media de referencia para este mes). De manera que en lo que va de año tan solo se han registrado 85,2 litros por metro cuadrado en Valladolid, el 57% menos de lo habitual (198,8) para estos cinco meses. Todos ellos, sin excepción, dejaron menos precipitaciones de lo normal, encabezados por abril, en el que tan solo se recogieron 4,6 litros (lo normal son 48,5).

Las previsiones de la Aemet apuntan, al menos, a que las lluvias, bien en forma de tormentas de cara a los próximos días o bien en forma de chubascos más generalizados a partir de la semana que viene, continuarán regando Valladolid y el conjunto de la comunidad, en principio, durante las próximas dos semanas. Después «no hay una tendencia definida en cuanto a lluvias y sí en cuanto a que las temperaturas serán ligeramente más frías de lo habitual para ir remontando a medida que avance el final del mes», apunta el meteorólogo y delegado territorial de la agencia, Manuel Mora.

Las tormentas, por ahora, protagonizarán los próximos días, con el aviso amarillo activado en adelante ante el riesgo de reventones puntuales que pueden dejar hasta veinte litros por metro cuadrado en una hora, en algunos casos, acompañados de granizo.

La responsable de esta situación es una «masa fría en niveles medios de la atmósfera que da lugar a inestabilidad y, por tanto, a nubosidad de evolución diurna con chubascos y tormentas durante la tarde, irregularmente repartidos y algunos de intensidad fuerte», apunta el meteorólogo antes de concretar que «se trata de una situación de bloqueo por un anticiclón inusualmente desplazado hacia el norte, en las Islas Británicas» y de anticipar que «es una situación estacionaria que continuará durante varios días, al menos, hasta el lunes de la próxima semana».

Después, en principio, a partir del miércoles de la próxima semana se espera que «cambie el patrón sinóptico con una borrasca en las Azores que traerá de nuevo lluvias a Castilla y León, en principio, de forma más generalizada y persistente». Esta situación podría prolongarse a toda la primera quincena de junio.

Las temperaturas, en paralelo, serán suaves, con máximas que rozarán los 25 grados y mínimas en torno a los 10 y puntualmente superiores.

Atrás queda un mayo, que en la línea de los dos meses anteriores, fue más cálido de lo habitual, con una temperatura media de 15,9 grados, 0,7 por encima de lo habitual para el periodo de referencia 1992-2020 (15,7). Enero concluyó con las temperaturas normales para la época y febrero fue ligeramente más frío. Marzo y abril, y especialmente este último, fueron notablemente más calurosos de lo normal.

Las previsiones estacionales de la Aemet vatician que el próximo trimestre (junio, julio y agosto), coincidiendo con el verano meteorológico, será más cálido y de lo habitual y más húmedo.