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«Al principio, cuando iba a empezar el confinamiento por el coronavirus, la gente sí se volvió loca y empezó a comprar tabaco a ... tutiplén, pero luego se ha ido calmando poco a poco, aunque se sigue comprando bastante tabaco. No como al principio, pero sí bastante, y se llevan cartones, que es lo menos habitual. Hasta ahora se llevaban la cajetilla del día a día, pero ahora se siguen llevando cartones. Lo habitual de la gente se ha llevado un poco más allá», incide Franklin Vargas, del estanco situado en el número 115-117 de la Avenida de Segovia, que confirma esa alza en el consumo de tabaco durante el confinamiento y también el cambio de tendencia en las ventas.
«Lo que ha cambiado es la forma de llevarse el tabaco, que ahora se llevan el cartón. Y eso continúa al día de hoy. Nosotros vendemos más, es verdad que ha venido gente de otros sitios, que no teníamos del día a día, y por eso ha subido también un poco. Estamos vendiendo bastante bien. La gente se lleva los cartones. Por ejemplo, el que se lleva tabaco de la marca Austin, en vez de llevarse una cajetilla como antes, se lleva el cartón, y en vez de venir todos los días, viene cada cuatro días, más o menos», añade Franklin Vargas, que no aprecia diferencia en ese alza en las ventas en ninguna marca o tipo de tabaco en concreto.
Coronavirus en Valladolid
«Dicen que se está vendiendo mucho el tabaco de liar, pero nosotros estamos vendiendo por igual. Nosotros llevamos una continuidad buena, por la tarde hay algunos estancos cerrados y eso también influye un poco en nuestro establecimiento. Nosotros, por ejemplo, estamos abriendo igual por la mañana, aunque por la tarde lo hacemos de 18:00 a 20:30 horas», añade Franklin Vargas, que ahora trabaja un poco más seguro que en los primeros días del confinamiento por el estado de alarma con las mamparas que han puesto en el estanco.
«Las hemos puesto por nosotros y por los clientes, para estar tranquilos, porque al principio cuando empezamos, era un poco agobiante, porque no sabes quien viene enfermo. Nosotros, desde el principio, hemos estado al pie del cañón, así que hemos intentado protegernos lo mejor posible», añade desde el estanco del número 115-117 de la Avenida de Segovia.
«La gente entra de uno en uno en el estanco, pero cuando veo que alguien entra y no guarda la distancia de seguridad, al final se lo tengo que decir. Lo que veo es que está entrando muchísima gente sin mascarilla ni guantes, y no lo tienen en cuenta», concluye Franklin Vargas.
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