Una llamarada solar provoca una aurora boreal visible desde Valladolid

La Agencia Estatal de Meteorología ha explicado el porqué de este inusual fenómeno. «Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra», explica en sus redes sociales. Y ese viento solar es más intenso en los momentos en que se produce una actividad solar más alta, algo que sucede, señala, de forma cíclica. Mar Gómez, de Eltiempo.es, ha añadido que una mancha solar emitió el pasado jueves «una llamarada de clase X, la más potente de todas ellas», lo que motivó la alerta por posibles tormentas electromagnéticas importantes. Tanto, dice Gómez, que «se ha emitido esta alerta de tormenta geomagnética severa (G4) por primera vez desde comienzos de 2005».

La propia Aemet cuenta que si la actividad solar es muy intensa «las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra», lo que provoca esa tormenta geomagnética.

«La actividad solar va a seguir estas próximas horas aunque no esperamos que sea tan fuerte. En las próximas horas -para la noche del sábado al domingo podría ser, según las explicaciones de Mar Gómez- hay prevista tormenta geomagnética G3 y mañana, G2. Todavía [existe la ]posibilidad de ver auroras aunque más restringidas a latitudes más altas», señala la física de Eltiempo.es.

Concluye la Aemet que esas tormentas severas «permiten observar auroras boreales desde España, algo muy poco habitual».

Tanta actividad recuerda a los científicos la que se registró hace casi dos siglos, en 1859, que derivó en el conocido como «evento Carrington». Una gran tormenta electromagnética que causó problemas en las comunicaciones a través del telégrafo, por ejemplo. En las páginas de El Norte de Castilla, entonces, se publicaron algunas notas ese año sobre la aparición de auroras boreales en España debido a esa alta actividad solar. Así, el 28 de abril de aquel año se reseñaba que «pocos minutos antes de las ocho de la noche de antes de ayer, llamó la atención del público la aparición de una hermosa aurora boreal que se extendía considerablemente en dirección noroeste» en Santander. «Cortos momentos fueron los que estuvo visible, y durante ellos, admiramos las vistosas ráfagas que en forma de arco iris, se prolongaban con dirección al sur».

El 1 de octubre del mismo año se contaba que a las «doce menos cuarto de la noche pudo observarse en Burgos una hermosa aurora boreal. Extendíase en la región nordeste con ráfaga, bastante extensa, de un color vivo de púrpura, que se perdía en un dilatado fondo morado. Duró un cuarto de hora este fenómeno y al desaparecer dejó tan el limpio todo el cielo que parecían brillar las estrellas con duplicada luz».

Más allá de las literarias explicaciones de los periodistas de la época, lo cierto es que una tormenta solar severa como la del evento Carrington puede tener efectos importantes en las comunicaciones terráqueas. «Estamos camino del máximo de actividad solar y esta se incrementa cada vez más», advierte Mar Gómez. «De ocurrir algo similar a Carrington, pondría en peligro a los astronautas de la Estación Espacial Internacional, así como alteraría las comunicaciones de radio de alta frecuencia y GPS», concluye.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Valladolid ha informado de la activación de la 'Situación 1 Preventiva por un episodio de contaminación por ozono' en la ciudad, donde las estaciones de medida de la Red de Control de la Contaminación Atmosférica del Consistorio han registrado valores por encima de los 100 miligramos (µg)/m3 de ozono durante varias horas en tres días consecutivos, en concreto, el 8, 9 y 10 de mayo, según los datos facilitados por el Servicio de Medio Ambiente.

Con la previsión de altas temperaturas durante el fin de semana, advierten, las concentraciones continuarán siendo altas y, aunque se confía en que «la calidad del aire probablemente no afecte a la población general», se recuerda que «puede conllevar un riesgo moderado para los grupos vulnerables».