Valladolid

Un libro y una exposición reúnen los corazones inesperados que esconde la vida cotidiana

Recuerda Henar Sastre que pasaba sus veraneos infantiles en San Sebastián, donde vivían las hermanas de su madre. «Como soy muy blanca de piel, en vez de ponerme al sol me entretenía entre las rocas». Y allí buscaba piedras que luego mostraba a su familia. «Mis primos me decían: 'Henar, fíjate que siempre nos traes alguna con la forma de un corazón'. Y era verdad. Con el tiempo me di cuenta que me pasaba más a menudo de lo que era consciente». Trozos de cristal como corazones. Desconchones en la pared con sus ventrículos y sus aurículas. «Nunca me planteé el porqué me pasaba eso, la razón de que hubiera tantos corazones a mi alrededor». Pero llegó un momento en el que encontró una respuesta a la pregunta que nunca se hizo. «Mis padres fallecieron de una cardiopatía. Los dos. El día que enterramos a mi madre, ya los dos juntos, levanté la vista y, por encima de los cipreses, vi una nube con forma de corazón. Y fue entonces cuando le di un sentido a todo esto: el corazón es el símbolo del amor en el más amplio sentido. Y estaba ahí, frente a mí, junto a las personas que más me han influido en la vida».

Dice María Jesús Pascual, compañera de Henar durante años en El Norte, que siempre supo de la ligazón de la fotógrafa con los corazones, pero nunca pensó que esto fuera algo tan evidente. «Un día, mientras las dos comíamos en El Llantén, lo vi claro», dice Pascual. Henar pidió virrey, un pescado que le sirvieron «churruscadito». «Le quitó el ojo y, de pronto, se había convertido en un corazón. Si me lo dicen y no lo veo, no me lo creo», cuenta Pascual. Pero ahí estaba el ojo-corazón.

Fue la señal, dicen, para encauzar este proyecto. 'Cardiografías' es un libro de fotos que reúne muchas de las instantáneas que, a lo largo de su vida, Henar ha tomado de esos corazones de piedra, de vidrio, de nubes, de papel. Hay corazones hallados en México, en Marruecos, en Francia, Estados Unidos, muchos de ellos en Valladolid.

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En el libro, las fotografías se acompañan de una veintena de relatos escritos por María Jesús Pascual. «Son pequeños textos sobre lo que me sugieren esas imágenes. Lanzo guiños al lector, con referencias a Poe, a los cuentos de Andersen, a la copla. Pero lo más bonito es que cada foto le puede sugerir a cualquiera otras cosas diferentes». Esas fotos y esos textos forman parte de la exposición que desde este sábado y hasta el 17 de noviembre acoge la Fundación Segundo y Santiago Montes (en la calle Núñez de Arce, 9). El horario es los viernes, de 19:00 a 21:00 horas y los sábados y domingos, de 12:00 a 14:00. La muestra se completa con una 'banda sonora': una grabación con los latidos de las tres autoras del libro, que ya puede comprarse en librerías al precio de 19 euros.