Valladolid
Lágrimas para una iglesia de la Vera Cruz «desnuda»Secciones
Servicios
Destacamos
Valladolid
Lágrimas para una iglesia de la Vera Cruz «desnuda»Las miradas no faltaban. Al suelo, alrededores, y por supuesto, en lo más alto, en el hueco que antes ocupaba la linterna y parte de la cúpula de la Iglesia de la Vera Cruz que se desplomaba a primera hora de la tarde del martes ... 25 de junio. «Mira como ha quedado, irreconocible», se escuchaba comentar a una pareja que no tardó en sacar su móvil para capturar la imagen. Ocurría con al menos seis trabajadores operando en el tejadillo del templo. Sin embargo, los vallisoletanos seguían mirando hacia arriba como si hubiese ocurrido hace tan solo unos minutos. Verla impresiona, la sensación es parecida a la que ocurre cuando hace mucho tiempo que no ves a alguien y ha cambiado demasiado. Tanto que está irreconocible.
Los viandantes que merodeaban por la zona a esa hora, y sobre todo, los vecinos que ya acogían a la iglesia como parte del paisaje y paisanaje urbano, no se van a olvidar de este hecho. «Era mediodía y tenía puesta la radio, me enteré por ahí», señala Lola de Pando, una colaboradora de la parroquia a la que la caída de la cúpula no fue lo único que la sorprendió. «Esa misma tarde me llamó una novia desesperada porque se iba a casar ahí».
Y es que de lo que más se alegra Lola de Pando, como muchos otros, es «que no haya pillado a nadie debajo». Lo que produce tristeza es «que la iglesia vaya a tener esa apariencia durante un tiempo», sobre todo por los turistas, según apunta la colaboradora de la parroquia. «Que vean lo de dentro que también es lo importante», termina antes de continuar con la vista embobada hacia los andamios de la parte superior.
Lo que ayer eran seis operarios trabajando en la estructura superior de la iglesia, hoy eran unos cuantos más. Todos ellos con una misma función, limpiar los escombros y los restos de lo que fueron la linterna y la cúpula. Las dos partes esenciales de la iglesia cayeron desde 24 metros de altura formando un estruendo que provocó una llamada al teléfono de Desiderio Esteban.
Ana María Fernández
Cofrade de la Vera Cruz
«Me llamó mi hija diciéndome que la iglesia se había hundido. Vivimos a la vuelta de la esquina de Platerías, lo vió al instante», asegura. Esteban había salido poco antes de casa, justo media hora antes del desplome que no escuchó. «No me di cuenta, al haber una obra al lado y situarnos en una calle de mucho ruido no lo escuché», afirma con asombro. Sin embargo , lo que sí que escuchó fueron los sollozos de una mujer que iba a casarse en la iglesia al ver todo lleno de andamios. «Tendrían que haberlo arreglado antes, no sé si hacía falta llegar a este punto», añade.
Alguna lágrima también se le ha escapado a Ana María Fernández, cofrade desde hace más de 30 años de la Vera Cruz, a la que hoy le temblaba la mano al sujetar el móvil para captar una imagen de su segunda casa. «Solo tengo ganas de llorar. Ahora lo único que puedo hacer es rezar y agradecer que a nadie le ha pasado nada», comenta emocionada.
Bajar por la calle Platerías y no ver en lo alto la cúpula «es extraño», apunta Julián Benito un vecino que siempre realizaba sus paseos matutinos por la zona. Al igual que él piensa Gonzalo Hoyuelos, que guardaba buenos recuerdos del templo en donde se casaron sus padres. «Estamos muy ligados a la Vera Cruz, tanto como cofrades como de asistencia a misa. Verla así me produce tristeza, le falta algo, está desnuda», concluye el vecino. Y es que si, claro que le falta algo, una parte esencial que ayer causaba miedo, hoy tristeza, mañana incertidumbre y quién sabe qué más durante los próximos años.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.