Pivote ubicado en el camino de las Berzosas, junto al Camino Viejo de Simancas, para indicar un gasoducto en la provincia de Valladolid. Ramón Gómez

Los 158 kilómetros de gasoductos en Valladolid, claves para el suministro al noroeste del país

Las comunicaciones en la provincia, eje de unión entre los ramales Extremadura-Asturias y Ciudad Real-Burgos, son la fuente energética de la industria local

Álvaro Muñoz

Valladolid

Lunes, 26 de septiembre 2022, 14:38

En plena crisis energética, las instalaciones de Enagas, compañía de transporte de gas natural y Gestor Técnico del Sistema Gasista de España, se han convertido de vital importancia. Ya lo eran antes, pero ahora han adquirido un cariz de necesidad ante, según vaticinan muchos expertos, « ... la que se avecina». Dentro del conglomerado nacional de kilómetros y kilómetros que discurren por el subsuelo del país (hasta 11.000 si se cuenta la conexión entre la península y las Islas Baleares), los que discurren por Valladolid tienen su relevancia para la provincia y la región, así como eje de unión para dar servicio al norte del país y quién sabe si al resto de Europa si se desarrolla el proyecto de un gran gasoducto entre Portugal y Alemania.

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Y todo lo que llega o pasa por Valladolid (Enagas no posee datos regionales ni provinciales) tiene como principal objetivo ser el soporte de la industria y del comercio, siendo las que más consumen las factorías de automoción como Renault y Michelin.

¿Pero cómo llega el gas hasta Valladolid? Desde África y de las planta regasificadoras, este fluido altamente comprensible, tiene su principal nexo de unión en Córdoba. Desde la ciudad andaluza salen varios ramales para todo el país. Uno conecta desde Extremadura hasta Asturias y el otro cruza las dos mesetas pasando por Ciudad Real, Toledo para alcanzar Burgos y así bifurcarse para dar soporte al País Vasco. Entre estos dos grandes gasoductos se encuentra Valladolid, eje de unión para suministrar ambas infraestructuras. De hecho, por la provincia pasan grandes conexiones también para conectar Valladolid-Palencia-Lerma y la línea entre Aranda y Zamora, a los que se suman otros más pequeños como el que discurre entre Collado Hermoso (Segovia) y Mojados.

A esos 158 kilómetros, se suman en la provincia 11 posiciones (instalaciones aéreas en las que se ubican las válvulas de los gasoductos), ocho estaciones de regulación y medida (son el inicio del proceso de adaptación del gas natural a la presión final a la que lo demandan las empresas y usuarios particulares, que puede bajar hasta 20 milibares) y un centro de mantenimiento ubicado en Cigales.

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Sin problemas de abastecimiento

Y todo esto en un ambiente en el que se garantiza el suministro. Aunque las cifras varían día a día, las existencias totales en los 20 tanques que conforman las seis plantas operativas del país (Barcelona, Bilbao, Cartagena, Huelva, Mugardos y Sagunto) rondan ya el 84% (a lo que habría que sumar los almacenamientos subterráneos). Es decir, España ya supera el objetivo del 80% de almacenamiento que Bruselas se había marcado alcanzar antes del 1 de noviembre.

Con estas cifras, el suministro nacional está garantizado. Pero la clave está en el uso de las plantas para aumentar la potencia exportadora. Hay que tener en cuenta que el camino que recorre el gas natural licuado (GNL) hasta llegar a las fronteras nacionales es complejo.

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Se transporta en enormes buques metaneros -capaces de transportar entre 100.000 y 250.000 metros cúbicos de GNL- que cuentan con una flexibilidad casi absoluta. Incluso pueden cambiar de rumbo en plena travesía para descargar en otro lugar si así lo consideran.

En total, España recibe ese gas en estado líquido de 14 países diferentes, reforzándose las importaciones tras la guerra en Ucrania, especialmente desde EEUU que se ha convertido en el principal 'proveedor', suponiendo un 32,9% del total entre enero y junio, según datos facilitados por Enagás.

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