![Miriam Fernández, madre del joven atropellado en el paseo Arco de Ladrillo, en el lugar del accidente.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202209/22/media/cortadas/miriam-madre-joven-atropellado-U120190549009c8E-U180143271060WtH-624x385@El%20Norte-ElNorte.jpg)
![Miriam Fernández, madre del joven atropellado en el paseo Arco de Ladrillo, en el lugar del accidente.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202209/22/media/cortadas/miriam-madre-joven-atropellado-U120190549009c8E-U180143271060WtH-624x385@El%20Norte-ElNorte.jpg)
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Lo que iba a ser una tarde en el Real de la Feria se convirtió, en cuestión de segundos, en un ingreso urgente en el Hospital Clínico de Valladolid con fracturas de tibia y peroné. El joven de 17 años Yeray Pardo, junto a ... otros dos amigos, atravesaba el pasado martes el paseo Filipinos con su patinete para continuar el trayecto por Arco de Ladrillo, donde se topó con un hombre que le recriminó que no condujera por la acera. Tras un «intercambio de pareceres», este hombre, que aún no ha sido identificado, empujó a Yeray a la carretera en el mismo momento que pasaba un vehículo que le arrolló a la altura de la pierna. «Mi hijo se dio cuenta de que iba por la acera y entre el número 2 y el 6 de esa misma calle se iba a incorporar a la carretera. Allí, le tiró a la calzada un hombre y menos mal que cayó con la rodilla», relata la madre de Yeray, Miriam Fernández, dos días después del accidente. «Si llega a caer de cabeza, no sé qué habría pasado», añade.
Un fatídico empujón mandó a Yeray al Clínico después del auxilio de la propia conductora. «La mujer se bajó del coche y socorrió a mi hijo. Llamó a la Policía y a la ambulancia. Ella no tiene ninguna culpa; mantenemos el contacto y aún está muy asustada», destaca Miriam.
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Mientras la conductora del coche telefoneaba al servicio de emergencias, el presunto autor del empujón se daba a la fuga en dirección al Campo Grande con la intención de despistar el amplio dispositivo que el Cuerpo Nacional de Policía y la Municipal desplegaban en el parque y en el número 9 de la Acera Recoletos. Una búsqueda que aún no ha dado resultado. «Los agentes tienen la descripción de este personaje, porque no se le puede calificar de ser humano, pero nos dicen que aún no han dado con él. Debe ser un hombre de mediana edad con barba y que llevaba una gorra. Al parecer iba acompañado», analiza Miriam Fernández.
Tras las infructuosas búsquedas hasta el momento, la madre del menor teme que no se dé con «el culpable», por lo que solicita la colaboración ciudadana para dar con el paradero del sospechoso. «Ya nos han dicho que esa calle prácticamente no tiene cámaras, pero ahora tenemos móviles que los utilizamos cuando pasan estas situaciones. Si alguien tiene imágenes de ese momento, que se ponga en contacto con la Policía. Estamos hablando de un intento de homicidio y de omisión de socorro, por lo que solo queremos dar con él para que pague por lo que ha hecho», recalca la madre de Yeray, que no entiende cómo alguien puede empujar a la calzada a otra persona.
«No hay ninguna justificación para que hayan tirado a mi hijo a la carretera y le hayan roto la pierna. Le podían haber matado. Da igual que circulara mal por la acera o que vaya bien por la carretera, no hay justificación para que alguien haga algo como lo que sucedió. Si esa persona es padre, que se ponga en mi lugar», afirma resignada Miriam, realista con la situación que afrontará ahora Yeray.
«En un momento le han cambiado la vida por una persona que no tiene corazón. Ahora lo importante es la recuperación, pero sabemos que no será ni de un día ni de dos. Yeray estaba apuntado a un curso de chapa y pintura y todo eso ahora se paraliza, pero lo importante es que salga bien la operación y no le queden secuelas», agrega.
Una intervención que tendrá lugar este viernes en el Clínico para seguir con una tediosa recuperación. «Lo importante es que lo está contando. Ahora evidentemente está con dolores y calmantes y a ver si todo sale bien. Ha llorado, ha reído..., pero ahora está más animado», concluye Miriam Fernández.
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