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La adaptación de la Ley de Educación ministerial (LOMLOE) y su aplicación en Castilla y León está provocando encontronazos entre ambas administraciones, en especial en el aspecto más polémico de esta norma aprobada en 2020: la supresión de las calificaciones numéricas y la potestad de ... los consejos escolares de decidir la progresión de los alumnos. La consejera de Educación, Rocío Lucas, confirmó hace unos días la insumisión desde la región a estas normas apelando al margen del 40% de autonomía en la aplicación que tienen las comunidades autónomas.
La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, le lanzó un aviso este lunes para recordar a la Junta que «tiene la obligación de acatarla» y que debe cumplir los reales decretos sobre evaluación y promoción, ya que ordenan las enseñanzas mínimas en Primaria y ESO porque «tienen carácter básico y se dictan al amparo de la Constitución».
Asimismo, defendió que se deje a potestad del profesorado la decisión de si el alumno pasa de curso, ya que es el que más conoce al alumno. «En España estamos a la cabeza en abandono escolar de Europa y este es el objetivo último del Gobierno».
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Además advirtió de que la Alta Inspección de Educación «recurrirá la norma de la Junta de Castilla y León que los incumpla. Como es lógico en un Estado de Derecho», destacó.
Casi en tiempo real, Rocío Lucas, respondió que en su departamento «somos respetuosos con la ley y la cumplimos aún cuando no nos guste porque devalúa el sistema educativo».
Lucas insistió en que «precisamente por esa devaluación», la Junta no se va a «plegar a las exigencias de un Gobierno quiere llevar a los jóvenes a una enseñanza de muy baja calidad».
«El fracaso escolar no se arregla bajando el nivel. Tenemos un modelo educativo de éxito y para la Junta de Castilla y León es una prioridad inexcusable defenderlo y mejorarlo», afirmó. La titular de Educación recalcó que, en uso de sus competencias, «vamos a seguir apostando por la educación basada en el esfuerzo y en el mérito».
Y esa apuesta supone, según Lucas, «explicar a unos padres que su hijo ha sacado un uno y no un cuatro, por ejemplo. Y eso hace que en Castilla y León no pasen alumnos de primero a segundo de la ESO con más de dos suspensos».
Respecto a la no adaptación de los currículos educativos, aseguró que se ha incluido la Filosofía en cuarto de la ESO y la Historia de la Filosofía en Bachillerato para evitar que «una ley pésima había dejado fuera».
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