Entrada al centro regional de reforma Zambrana. En la imagen inferior, Eli. rodrigo jiménez
Valladolid

El juez deniega el permiso de salida al asesino de Eli, menor de edad cuando cometió el crimen

tribunales ·

Menores con delitos de sangre que cumplieron los 18 años en el Zambrana continúan condena en las prisiones de Villanubla y Topas

M. J. Pascual

Valladolid

Sábado, 27 de agosto 2022, 13:49

Cuando se cumple el cuarto aniversario de la agresión mortal de Eli en el entorno de Vallsur, su asesino acaba de pedir un permiso penitenciario que le ha sido denegado por el juez. Tenía16 años cuando le propinó a la transexual una paliza mortal ... tras mantener relaciones sexuales consentidas, confesó y fue condenado a una medida de internamiento al ser menor. Al alcanzar la mayoría de edad en el centro de reforma Zambrana, el juez de menores decidió que completara su condena en la prisión de Villanubla, donde se encuentra desde junio de 2021. Este mes de agosto, con 19 años y cuando apenas le quedan dos para completar su condena por el brutal asesinato, ha solicitado salir por primera vez de la cárcel. Un permiso que el juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid le ha denegado porque, según el auto, el reo no reúne «los requisitos favorables». Estos permisos, explican fuentes penitenciarias, «en el caso de delitos violentos, no solo tienen que ver con el buen comportamiento del interno, sino con que se alcancen determinados objetivos con la participación del recluso en programas específicos y que la evaluación por parte de la comisión penitenciaria que realiza el seguimiento del penado sea positiva».

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En 2019, el Juzgado de Menores impuso al autor de la paliza mortal a la transexual Eli, de 59 años, ocurrida en el entorno de Vallsur en agosto de 2018, una medida de seis años de internamiento terapéutico en régimen cerrado y libertad vigilada de tres años. Cuando se le condenó, el menor acababa de cumplir los 16. El chico arrastraba desde que tenía 13 un historial conflictivo y de violencia familiar, a pesar de los desvelos de la madre por corregir su conducta, según se reconoce en la sentencia. En el momento de los hechos no sufría enfermedad psicopatológica que mermara su imputabilidad ni se le encontraron rastros de alcohol y drogas en su cuerpo.

Condenas

  • 640 menores de edades comprendidas entre los 14 y 17 años (los de edad inferior a 14 son inimputables por Ley) fueron condenados por sentencia firme en Castilla y León en 2020 y están inscritos en el Registro Central de Sentencias de Responsabilidad Penal de los Menores (INE). Son el 5,69% del total de menores condenados en España, 11.238.

  • 1.105 infracciones penales fueron cometidas por menores en 2020, lo que representa el 5,43% del total de infracciones en España cometidas por niños y adolescentes (20.336 infracciones).

  • 968 medidas fueron adoptadas en 2020 para menores infractores, el 5,27% del total de medidas adoptadas en España.

  • Menos condenas, pero más delitos graves Respecto de 2019 desciende el número de delitos cometidos por menores, las condenas y las medidas, también como consecuencia del confinamiento por la pandemia. Sin embargo, a falta de los datos de 2021 de la Memoria Fiscal 2022, que se presentará en septiembre, los operadores jurídicos de Castilla y León detectan un incremento de los delitos más graves, como los de naturaleza sexual y también los homicidios.

Explican fuentes de la jurisdicción de menores que, en Valladolid, es «completamente excepcional» que un menor, cuando cumple la mayoría de edad, sea trasladado al penal «de mayores» para que termine su pena. Por lo general, el juez suele acordar que acabe de cumplir la medida de internamiento en el centro de reforma regional Zambrana. Sin embargo, reconocen estas mismas fuentes, que son muchos los jóvenes que solicitan ir a la cárcel, porque en el centro de reforma son «muy rigurosos» y, además, «se cumplen medidas como la libertad vigilada, que va aparejada al periodo de internamiento, una medida que en prisión desaparece». Así, la libertad vigilada de dos años queda extinguida si el que cometió el delito siendo menor de 18 años pasa del centro de reforma (Ley del Menor) a cumplir condena según la Ley General Penitenciaria. En todo caso, es el juez de menores quien tiene que decidir si continúa en el Zambrana o pasa a Villanubla. En el caso del asesino de Eli, «al evolucionar mal su conducta, se decide que termine de cumplir en prisión».

La otra posibilidad que contempla la Ley del Menor es que cuando el infractor cumple los 21 años «necesariamente» tiene que ser trasladado a la cárcel, salvo que un juez de menores determine lo contrario.

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Como el asesino de Eli, otros penados que cometieron delitos de sangre cuando eran adolescentes estan en estos momentos cumpliendo su condena en centros penitenciarios de la comunidad, como el hijo del pastor que mató a la profesora zamorana Leticia Rosino en la localidad de Castrogonzalo, en mayo de 2018, que está completando su condena de ocho años de internamiento en el centro penitenciario de Topas (Salamanca).

Actualmente, en el conjunto de las prisiones dependientes de la Administración del Estado completan sus condenas 38 reclusos que cometieron delitos graves cuando eran menores, según confirman fuentes penitenciarias.

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Eli, la transexual vallisoletana asesinada junto a Vallsur. el norte

El asesinato de Eli

Una bacanal de golpes y patadas

Poco después de la medianoche del 11 de agosto de 2018, «sin conocimiento ni consentimiento de su madre», con la que residía en Puente Duero, se marchó a casa de unos amigos ubicada cerca del centro comercial, donde estuvo desde las tres hasta poco antes de las seis de la madrugada. Hacia las cinco de la mañana recibió una llamada de su madre y este se negó a decirle donde estaba, aunque le aseguró que iría a casa sobre las siete, hora en que la familia tenía previsto salir para pasar un día de playa en Cantabria.

Sobre las seis de la mañana, el menor decidió regresar a Puente Duero. Al llegar a la altura de Vallsur se encontró casualmente con Eli quien, vestido de mujer, llevaba varios minutos por la zona, paseando arriba y abajo sin objetivo aparente. Al parecer, no se conocían de antes. Tras una breve conversación, acordaron mantener relaciones sexuales y se encaminaron, «de forma distendida y sin que medie coacción alguna del mayor sobre el menor», recorriendo toda la fachada del centro comercial que da a la avenida de Zamora-, hacia unas escaleras que comunican la calle con las salidas de urgencia del parking subterráneo del centro comercial.

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Conscientes de que había cámaras de seguridad, decidieron bajar las escaleras y allí mantuvieron relaciones sexuales. Eran las seis y veinte de la mañana cuando el menor se levantó del peldaño de la escalera donde estaba sentado y se situó a la espalda de Eli, que en ese momento estaba buscando algo en su bolso. De «forma sorpresiva, repentina e inesperadamente», saltó sobre las espaldas de la víctima y, tirando violentamente hacia atrás, la tiró al suelo. «El menor inmovilizó a Eli ayudándose con su propio cuerpo y sus piernas» mientras mantenía, con intención de provocar su asfixia, una fuerte presión sobre la garganta de la víctima que se prolongó durante unos dos minutos.

Al advertir que la víctima yacía en el suelo, inmóvil e inconsciente, el menor comenzó, «con el propósito de acabar con la vida de este, a golpearle reiteradamente, sin cesar». Cogió el bolso y lo registró, «con ánimo de apoderarse de él» y luego siguió golpeando y pateando «violenta y brutalmente» a Eli. Solo cesó cuando oyó las voces de uno de los vigilantes de seguridad del centro comercial, que había sido alertado por otro que estaba visualizando las cámaras, y entonces el menor huyó. Subió a la carrera escaleras arriba, cruzó la avenida de Zamora y llegó a la calle La Moraña, donde registró el bolso y tras apropiarse de los teléfonos móviles de la víctima (un Iphone 10 Plus y un Samsung Galaxy S9) lo abandonó junto a un portal del edificio Gran Villas Norte.

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Cuando el vigilante de seguridad llegó al lugar y vio a la víctima tendida inconsciente en el suelo, solicitó al 112 una ambulancia, que la trasladó al Hospital Rio Hortega. Eli falleció el 22 de septiembre de 2018 a las 19:45 horas como consecuencia de los múltiples traumatismos craneoencefálicos y la anoxia por compresión cervical que produjeron el daño cerebral.

El mismo día en que ocurrió la agresión, la madre del menor, al conocer que su hijo podía ser el autor, se dirigió a casa de una amiga donde se encontraba el chico y tras hablar con él le dijo que tenía que entregarse y confesar los hechos. Ambos se presentaron sobre las seis de la tarde en la comisaria de Delicias, donde el menor reconoció ser el autor de la agresión y entregó los teléfonos sustraídos.

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El juez le condenó como autor de un delito de asesinato de los artículos 139.1 del Código Penal al entender que queda acreditada la alevosía y de un delito de robo con violencia de los artículos 237 y 242. La prueba decisiva, además de los whatsapp que mandó a sus amigos, fue la grabación de las cámaras de seguridad del centro comercial, donde se aprecia «un intento de asfixia que se prolonga por dos minutos, en los cuales bloquea a la víctima con brazos y piernas, impidiendo todo movimiento defensivo, a lo cual sigue una bacanal de golpes y patadas, conducta que no cesa por voluntad propia, sino al percatarse de la presencia de un vigilante de seguridad».

El autor del crimen de Leticia Rosino, a su llegada a los Juzgados de Zamora. marian a. montesinos

El crimen de Leticia Rosino

El hijo que inculpó a su padre

En julio de 2020, el Juzgado de Menores de Zamora ordenó que el asesino de la joven Leticia Rosino, que desde que cometió el crimen estaba en internamiento en el centro de menores Zambrana de Valladolid, ingresara en prisión, al haber cumplido 18 años. Confirmada la resolución, el joven fue trasladado al centro penitenciario de Topas (Salamanca), donde permanece, cumpliendo el resto de la medida de internamiento en régimen cerrado impuesta por la muerte de la joven el 3 de mayo de 2018 en la localidad zamorana de Castrogonzalo. El juez motivó su decisión en que el reo, que admitió en su día la agresión sexual y el asesinato de de la joven, había alcanzado la mayoría de edad y «no haber respondido la conducta del interno a los objetivos propuestos en la sentencia». El menor fue condenado a ocho años de internamiento más otros cinco de libertad vigilada.

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Leticia Rosino, de 32 años, ingeniera agrícola, que había dejado un prometedor futuro en Londres para volver a su tierra y había hecho planes de boda con su novio, encontró la muerte a manos de este chico de 16 años, inadaptado y conflictivo. El autor de su asesinato a golpes en Castrogonzalo, a 43 kilómetros de Tábara, su localida natal, donde trabajaba y vivía con su novio, David Alonso. Aquel jueves 3 de mayo de 2018 tuvo la mala suerte de cruzarse en un paseo con Diego C. Ese día, ofuscado por la última bronca (al parecer también hubo palos) de su padre José Ángel Contero, un pastor conocido como 'el Fostrón'. Diego había hecho novillos del curso de Carpintería que seguía en Benavente. Cuando avisaron a su padre y este le encontró, le montó la enésima bronca. Dos horas después, una confiada Leticia Rosino se cruzó con él en las afueras del pueblo, cuando paseaba por el polígono cercano a su centro de trabajo. El menor la asaltó y la violó para después matarla, como él mismo reconoció ante el juez. El chico llegó a participar en las batidas de búsqueda e incriminó a su padre cuando apareció el cadáver.

Retirada del cuerpo de la fallecida en la calle Siglo de Oro. EFE

El matricidio de la Rondilla

Un crimen con muchas incógnitas

El último crimen protagonizado por un menor en Valladolid ha sido el 30 de junio pasado, cuando un adolescente de 16 años acuchillaba a su madre, Eva María Sánchez Villarreal, de 50 años, en el domicilio de la calle Siglo de Oro, en La Rondilla. El chico mantenía tan intensa relación emocional con su amiga de Barcelona, que inmediatamente después de matar a su progenitora le realizó una videollamada. En ella, el adolescente aparecía ensangrentado y hacía un barrido por el piso para que su novia comprobara que lo que le estaba contando era cierto, «que ya no la iba a insultar más». No fue ella, sino una amiga que la acompañaba en ese momento, la que alertó a los servicios de emergencia del drama en directo que estaba presenciando y que estaba ocurriendo en Valladolid. Esa misma mañana, madre e hijo estuvieron en el instituto Núñez de Arce, donde el chico cursaba estudios de 4º de la ESO, para encauzar su futuro académico, porque las notas habían sido malas. Y lo fueron, según indican fuentes de la investigación, porque «se pasaba hora tras hora y noche tras noche hablando por videollamada con su novia en lugar de estudiar».

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La Fiscalía de Menores prosigue con la investigación de la circunstancias que rodearon el matricidio, después de que el autor del crimen, que está desde entonces internado en el centro de reforma Zambrana a la espera de juicio, declarara que «había tomado la decisión». La evaluación de los peritos sobre el estado mental del menor será decisiva para determinar si la condena que le imponga el Juez de Menores (que se prevé larga por la gravedad del crimen cometido) termina de cumplirla en un psiquiátrico penitenciario cuando cumpla la mayoría de edad. La causa está abierta contra él como presunto autor de un delito de homicidio o, si el juez encuentra indicios de alevosía, de asesinato.

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