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El pasado 20 de octubre la compañía ferroviaria francesa Ouigo cancelaba varios de sus servicios debido al descarrilamiento de un AVE dentro de un túnel en Madrid. Entre esos servicios se encontraba la línea low-cost que conecta Alicante con Valladolid y que dejó ... atrapados, sin alternativa de transporte, a un grupo de 55 jubilados que disfrutaba de sus vacaciones en Benidorm. Ante la falta de soluciones, Goyo del Valle contrató 14 taxis a 1.000 euros cada vehículo más peajes desde Benidorm hasta la capital del Pisuerga. Diez días después, la compañía Ouigo se compromete a «asumir la diferencia del costo de los taxis que tomaron para llegar a su destino debido a la cancelación».
El grupo de jubilados ha recopilado todas las facturas -las del servicio de taxi y las de los peajes- para reclamar el reembolso a la compañía ferroviaria francesa Ouigo. «Vamos a intentar reclamar y que nos devuelvan el dinero. Es una vergüenza que una nueva empresa que ofrece servicios de tren en España no ofrezca soluciones. Hubiese sido tan sencillo como poner un autobús para los 55 y ya está», señalaba Goyo del Valle.
«Como consecuencia del accidente en las vías del tren que tuvo lugar el pasado 20 de octubre en Madrid, la compañía de tren llevó a cabo la cancelación del trayecto Alicante-Valladolid programado para el 20 de octubre de 2024, viaje que teníamos contratado para 55 pasajeros con una media de edad de 80 años, quienes nos vimos directamente afectados por el incidente y del cual se informó en diversos medios de comunicación», así comienza el comunicado emitido por la Asociación Cultural Recreativa de Jubilados de Renault.
La asociación también ha querido puntualizar que desde Ouigo «nos han informado que aplicarán el apartado 4.2.3.2 de las condiciones generales de transporte de su compañía y que adicionalmente, como gesto comercial, considerando que se trata de un grupo y la relación con la agencia de viajes, y dado que no pudieron ofrecer un medio de transporte alternativo hasta Valladolid en los días posteriores, la compañía asume la diferencia del costo de los taxis que tomamos para llegar a su destino debido a dicha cancelación».
Una devolución de 14.000 euros más los costes de los peajes que previsiblemente será devuelta a la agencia de viaje en un periodo corto de tiempo. Goyo del Valle, responsable del grupo de 55 jubilados que disfrutaba de sus vacaciones en Benidorm, asegura estar «enormemente agradecido por todo el interés mostrado por los medios de comunicación, así como nuestro más sincero agradecimiento a la operadora de tren por su pronta respuesta. También queremos expresar un agradecimiento especial a la agencia de viajes por el excelente trabajo y las gestiones realizadas durante todo este proceso».
1.000 euros por taxi: un precio razonable
«Un domingo o día festivo el precio por kilometro ronda los 0,75 euros, dependiendo de la provincia puede subir o bajar, céntimos arriba o céntimos abajo», confiesa Óscar Ordóñez, presidente de Radio Taxi en Valladolid. El grupo de más de medio centenar de jubilados vallisoletanos, todos ellos miembros de la Asociación de Jubilados de Renault, que disfrutaban de sus vacaciones en Benidorm y que víctimas del caos ferroviario decidieron contratar un servicio de taxi a 1.000 euros cada vehículo más peajes, «pagaron un precio razonable», aclara el presidente vallisoletano.
Teniendo en cuenta que la distancia que separa la capital del Pisuerga de Benidorm es de 678 kilómetros -que hay que multiplicar por dos al contratar el servicio, que cubre ida y vuelta del conductor-. La distancia total a recorrer y a pagar es de 1.356 kilómetros. Que se traduce en 1.017 euros multiplicando por 0,75 euros cada kilómetro recorrido.
«Es un precio adecuado para el servicio que realizaron los taxistas de Benidorm. Lo realmente sorprendente es encontrar catorce taxis que realicen ese servicio», puntualiza Óscar Ordóñez, quien añade: «Nosotros en Valladolid podemos tener dos servicios de este tipo al año a repartir entre los 368 taxistas que operan en la capital. Es algo raro. Y muchos taxistas no están dispuestos a hacerlo porque igual llevan ya seis horas trabajando o solicitan el servicio por la noche y no lo aceptan porque sería estar doce horas sin dormir».
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