Sheila Guerrero del Páramo muestra el conjunto que lució Sara Carbonero en la celebración familiar. Alberto Mingueza

Las joyas vallisoletanas de 7.000 euros que lució Sara Carbonero en una boda

La periodista apostó por un conjunto isabelino del siglo XIX compuesto por un collar, una sortija y un par de pendientes de oro con vista de plata y diamantes

Berta Pontes de los Ríos

Valladolid

Jueves, 29 de julio 2021, 21:51

El pasado 17 de julio, Valladolid fue el escenario compartido por Sara Carbonero e Iker Casillas al acudir a una celebración familiar. En la boda, la periodista lució un vestido azul marino y para completar el estilismo se decantó por un conjunto de ... gargantilla, sortija y pendientes de la marca vallisoletana Del Páramo Vintage «muy difíciles de encontrar», en palabras de Sheila Guerrero del Páramo, propietaria del negocio familiar junto a sus hermanos, David y Rafa. El origen del conjunto de joyas está en la aristocracia española del siglo XIX y consta de un anillo, un par de pendientes y un collar isabelino de oro con vista de playa decorado con diamantes. «Su precio ronda los 7.000 euros en el mercado», precisa esta joven joyera.

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Detalle del conjunto que lució Sara Carbonero en la boda de su prima en Valladolid. Alberto Mingueza

Para la familia Guerrero del Páramo, propietaria del negocio situado en la calle Lencería de la capital, «no es nuevo» que personajes famosos contacten con ellos para lucir sus joyas. «Entre nuestra clientela tenemos a gente de la aristocracia, influencers, actrices y políticos, como Ana Obregón, Ester Expósito, Belén Cuesta, Carmel Lomana o Yolanda Ramos, entre otras», asegura orgullosa Sheila Guerrero del Páramo. Ella y sus hermanos, David y Rafa, decidieron dejar sus carreras profesionales en 2011 para dedicarse a un negocio «con futuro»: la joyería vintage.

Apuesta por lo antiguo

La historia de Del Páramo Vintage viene de la generación anterior a los hermanos Guerrero del Páramo. «Nuestra familia ha sido joyera tradicionalmente, con más de 40 años de experiencia en el sector. Siempre nos han interesado las antigüedades y dimos el paso a especializarnos en las joyas de antes, las que cuesta encontrar», relata esta joven. Debido a esto, el representante de Sara Carbonero se puso en contacto con ellos para solicitar un conjunto «único y especial que fuese elegante pero discreto» y lucirlo en la boda por la que acudió a Valladolid.

Con el cambio generacional la empresa experimentó un giro y los tres hermanos Guerrero del Páramo iniciaron una formación especializada en gemología, tasación y peritación para conocer más profundamente el mundo de las joyas y piedras preciosas. «Teníamos claro que necesitábamos empaparnos de todo lo relacionado con las joyas vintage y los primeros años nos centramos en eso, además de a buscar los mejores canales para la adquisición de piezas para la colección y la joyería», precisa Sheila. Así, visitaban anticuarios, ferias, mercados y cualquier tienda remota en los viajes que realizaban por España y el extranjero. «Nuestro lema es que nunca sabes dónde puedes encontrar un maravilloso tesoro vintage, así que cada vez que salimos de casa vamos con los ojos bien abiertos por si surge la oportunidad de poder adquirir alguna joya», explica. Los hermanos Guerrero del Páramo viven la búsqueda de joyas como una «auténtica pasión y obsesión» cada vez que realizan un viaje o visitan un anticuario.

Tras cuatro años de formación, decidieron dar el paso de abrir una tienda física en Valladolid. «El negocio tuvo una acogida espectacular entre el cliente local y descubrimos que a la gente le gustan las joyas antiguas porque son piezas únicas cuyo valor, a veces, es incalculable», destaca Sheila. Con un punto de venta físico en la calle Lencería de la capital, el negocio comenzó a florecer. «Vimos que se interesaba cada vez más gente y, entre ellos, aristócratas, políticos, actrices y gente de la alta sociedad, pero también personas de a pie que buscan una joya diferente y con algo de historia», comenta.

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Pero la pandemia supuso un punto de inflexión en su trayectoria profesional. «Con la gente en su casa, Instagram se coronó como nuestro principal canal de venta y, a día de hoy, lo sigue siendo. Las redes sociales sirven de gran ayuda y contamos con una amplia clientela que contacta con nosotros a través de esta plataforma», comenta Sheila.

Además de su especialización en la venta de joyas vintage, cuentan con una línea de relojes de alta gama que ya no están en el mercado y cuyo valor ha aumentado con el paso del tiempo. «Muchos clientes adquieren los relojes a modo de inversión porque saben que su rentabilidad será mayor en unos años», precisan. También tienen una línea de bolsos antiguos con «características únicas y que no se pueden encontrar en las tiendas de las firmas porque son tesoros del pasado».

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