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WILLIAM RUIZ
VALLADOLID
Lunes, 30 de julio 2018, 10:37
Es verano, un día cualquiera por la tarde. Todo transeúnte que ha pasado a lo largo de este mes por el Puente Mayor se puede haber preguntado el motivo de la gran afluencia de gente joven en la Playa de las Moreras –además de los bañistas habituales–. Y no es otro que la iniciativa que el Ayuntamiento ha puesto en marcha para dotar a la época estival de actividades deportivas que se erijan en alternativa de ocio, tanto para niños como para jóvenes, durante las tardes y noches de verano de este mes de julio. Se trata de una diversificación del programa conocido como Vallatarde y Vallanoche, una iniciativa que a lo largo del año se ha centrado en la organización de las actividades demandadas por los jóvenes de la ciudad para su tiempo libre y que ofrece otra forma de diversión frente al consumo de alcohol o de otras sustancias.
El embarcadero y la Playa de las Moreras fueron los sitios escogidos para el ocio alternativo de los más jóvenes. Sobre su superficie se han dado cita hasta el jueves pasado alrededor de 2.000 participantes para desempeñar actividades como el rugby touch, parkour, zumba, kinball, pádel surf, piragüismo, juegos de habilidad y estrategia, defensa personal y voley playa. Toda una oferta de ocio seleccionada tras realizarse una serie de encuestas entre los jóvenes –a través de las redes sociales– y analizar el resultado de temporadas anteriores, con el objetivo de realizar una apuesta por el ocio sano. «Este año los jóvenes respondieron en las encuestas que querían hacer actividades en la playa, ya que es un sitio que utilizan a menudo. Y a partir de ello nos pusimos a trabajar en el programa», señala el coordinador de Vallatarde y Vallanoche, Alfonso Martín, quien además cuenta que a lo largo de este año se ha visto muy buena respuesta por parte de la población con esta iniciativa.
La apuesta por el ocio «sano» es la base sobre la que trabajan los monitores. Esta forma de ofrecer una alternativa diferente viene a representar una «prevención indirecta» contra actividades insalubres entre la población joven, como el consumo de alcohol y drogas, circunstancia que en el último año dejó 132 jóvenes, de los cuales 112 fueron menores, bajo la dependencia de este tipo de sustancias. Además de ser frecuente la asistencia sanitaria por un consumo abusivo de alcohol en la celebración de botellones organizados en festividades veraniegas. Este es el caso de las Fiestas de San Lorenzo o la noche de San Juan, aunque la asistencia sanitaria por intoxicaciones etílicas superan la media de dos casos cada fin de semana, hasta llegar –algunos años– a las doce intervenciones en tan solo una noche, junto al centenar de jóvenes atendidos en las Moreras.
En Vallanoche señalan que el objetivo directo no es luchar contra el botellón, sino acercar a los adolescentes a un ambiente en el que pueden conocer a personas con sus mismas aficiones e incluso despertar alguna de estas en ellos. Y de esta forma contribuir al fomento de la construcción de vínculos, entre ellos, para explotarlos a lo largo de las actividades desarrolladas en el transcurso del año, las mismas que se alternan para acercar un plan variado a los jóvenes vallisoletanos. «Nos encanta ver que un joven, en lugar de estar en la calle haciendo cualquier cosa mala, puede estar aquí cuidándose, conociendo a gente nueva y haciendo deporte», señalan los monitores, quienes afirman que ofrecer alternativas de ocio sanas supone un vehículo de formación social entre la población.
Los planes que más éxito han tenido esta temporada, medido en afluencia, fueron aquellos que se desarrollaron en el agua. En esta línea, tanto el pádel surf como las piraguas se llenaron las cuatro semanas que duró la iniciativa, con un total de 40 personas por grupo. El resto de disciplinas, como el parkour, zumba y rugby touch, fueron bien acogidas por los jóvenes, ya que los grupos concentraron a 30 jóvenes cada día que también apostaron por este tipo de planes fuera del entorno acuático, aunque el voley playa fue «uno de los que despertó mayor afición» por su facilidad para practicarlo.
En el caso de los juegos de estrategia, la concentración de jóvenes fue menor que el resto, aunque «la afluencia no ha sido mala y ha funcionado bastante bien». «Como estamos en un sitio vistoso como la playa hay mucha gente que al pasar se ha sorprendido con lo que hacemos aquí», señala otro de los coordinadores del programa, Diego Alonso, quien reconoce además que «satisfactoriamente» han recuperado la actividad en esta zona de la ciudad, pues «hasta los socorristas nos han dicho que al venir aquí hemos aportado otro ambiente más dinámico a las Moreras», apunta.
Cada actividad que se ha desarrollado ha cumplido con las expectativas marcadas al inicio del programa, según matizan los monitores, quienes señalan que se han convertido en «un amigo más» de los jóvenes que día a día se apuntaban a las actividades. «Es completamente un acierto que se apueste por el deporte», afirma el monitor de parkour, Gonzalo Pérez, además de expresar que se siente privilegiado al ver que los chavales se van motivando solos tras transmitirles confianza para que se sientan capaces de «hacer ese salto» utilizando su propio cuerpo para generar una acrobacia de un punto a otro lo más «rápido posible», práctica común en el parkour.
En este sentido coincide también Rocío Manzano, una jugadora de Kinball Valladolid que ahora se encarga de dirigir a los participantes en este «deporte desconocido», pero «divertido», que consiste en jugar con una pelota de 1,22 metros de diámetro, cuyo objetivo se centra en evitar que el balón toque el suelo. «Es una experiencia satisfactoria», señala, ya que a diario ve cómo los chavales van convencidos a practicar deportes y a la vez a relacionarse con «gente nueva» que disfruta de la disciplina.
La celebración de los denominados botellones se ha convertido en una práctica muy habitual cada fin de semana entre la población más joven. Una circunstancia que choca con un estilo de vida saludable en consonancia con el deporte y el ocio responsable por el que, por ejemplo, apuesta Aarón Muñoz, un joven que desde hace tres años asiste a las actividades programadas por 'Vallatarde y Vallanoche', con especial inquietud por el Kinball. «Me apunté con mis amigos a Vallanoche, nos propusieron actividades muy dinámicas, nos divertimos y a partir de entonces sigo aquí», sostiene, además de reconocer que «desde el primer día» le gustó el programa precisamente por ofrecer una alternativa distinta a todos aquellos que prefieren evitar el contacto con el alcohol. «Cuantos más jóvenes conozcan esto es más posible que se reduzcan situaciones de riesgo vinculadas a estas sustancias», afirma.
Los nuevos participantes en Vallanoche también reconocen que las expectativas se cumplieron «con creces» e, incluso, fueron mejores de lo que esperaban. Alejandro Gómez, un joven que participa por primera vez en las actividades –sobre todo en las acuáticas– reconoce que se apuntó al programa porque le pareció una forma interesante de aprender diferentes deportes que nunca había conocido en un entorno en el que observa a sus compañeros muy ilusionados con ganas de repetir y participar en otras actividades. «Me parece que apostar por este entorno sano y potenciarlo entre los jóvenes mediante el deporte, es un acierto total», explica ilusionado.
Las actividades gratuitas continuarán en las fiestas de San Lorenzo, del 3 al 6 de septiembre. En ellas los jóvenes de la ciudad podrán repetir en algunas actividades –excepto las acuáticas– que se desarrollaron durante el mes de julio: tricking, parkour, kinball, skate, voley y una ruta de patines nocturna. Después, a partir del mes de octubre, se tiene previsto la vuelta de la segunda edición del programa de fines de semana de Vallatarde y Vallanoche.
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