Álvar del Prado, integrante del grupo de radio, edita el programa en su casa. EL NORTE

Jóvenes del instituto Pinar de la Rubia, en Valladolid, analizan en un podcast cómo viven el confinamiento

Un grupo de doce adolescentes, representantes de la generación digital, ensalzan la importancia de las relaciones cara a cara, aplazadas por la cuarentena

Víctor Vela

Valladolid

Lunes, 27 de abril 2020, 07:56

Cuando nos dijeron que el confinamiento iba a durar quince días no me preocupé. Pero cuando lo prolongaron quince más, me agobié un poco. No sabía qué hacer tanto tiempo en casa, sin poder salir a la calle», reconoce Sergio, alumno del Pinar ... de la Rubia, ante un móvil que es micrófono de la radio de su instituto. Sergio es una de las voces que pueden escucharse en el último programa (podcast de media hora disponible en ivoox) de Onda Pinar, la emisora del centro. Los jóvenes han querido reflejar en un documento cómo vive la cuarentena su generación, con entrevistas a sus padres, sus hermanos, sus profesores. Y testimonios personales en los que los doce adolescentes que forman el grupo de radio reconocen que las nuevas tecnologías con las que se han criado (Internet, los grupos de Whatsapp, las videollamadas) no pueden sustituir el contacto personal. Baño de realidad analógica en plena era cibernética.

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«¿Estamos tan conectados como creemos los de la generación digital?», se pregunta Álvar del Prado, estudiante de Primero de Bachillerato. Y, a continuación, reflexiona: «La clave está en si estamos todos igual de conectados. La mayoría tenemos móvil con Whatsapp, Instagram... pero no todos disponen, por ejemplo, de un ordenador personal para realizar las videollamadas estos días. Puede que sepamos manejar la tecnología, pero hay gente que no está en igualdad de condiciones. Estamos conectados, pero a lo mejor no lo suficiente como para seguir las clases 'on line' o mantener horas de videollamadas y entregas de ejercicios a diario. Y eso depende de las circunstancias familiares de cada uno», dice Álvar.

El manejo de las nuevas tecnologías puede ayudar a soportar mejor el confinamiento, pero nada supera el contacto directo. «Al principio me gustaba la idea de quedarnos en casa, pero soy muy inquieto y deportista. Necesito salir a hacer deporte», reconoce Samuel Muñoz. «Cuando acabe, lo primero que haremos será dar un fuerte abrazo a los seres queridos», comenta Luis Fernando García. «Y ver a la familia y quedar con los amigos», añaden Tábata y Zulema Guadarrama.

Tábata, Paula y Nicolás, durante la grabación del programa. EL NORTE

«Los primeros días no me aburría, porque había cosas que hace: limpiar el cuarto, manualidades, deporte en el patio (tiro una pelota de tenis contra la pared)», reconoce Nicolás. Pero los días ya pesan. «Haces videollamadas con los amigos, quedas 'on line', pero según pasan las semanas se hace más pesado», añade. Y eso, explica Paula, que se van buscando nuevas formas de entretenimiento para no aburrirse. Ayudan las series, las películas, los estudios a través de las clases telemáticas.

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«Tanto los alumnos como los profesores hemos hecho un gran esfuerzo para adaptarnos a la situación», explica Álvar, quien para el programa ha entrevistado a Soledad Cueto, profesora de Música en el instituto. «Los alumnos se han encontrado con que no tiene delante un profesor que les desbroce el camino, que les explique las cosas cuatro veces si es necesario, que insista en los puntos clave. Este es un aprendizaje que cuesta más, pero que a lo mejor es más sólido», asegura Cueto, quien recuerda que «los alumnos son más tecnológicos, en principio, pero según para qué». Porque, a la larga, prefieren la educación presencial. El contacto cotidiano con los profesores y sus compañeros de clase.

Vídeos explicativos de la pandemia

«La mayoría de los hemos nacido en la era digital preferimos la tecnología para el ocio que para el trabajo. Si nos mandasen un ejercicio de Física a ordenador, preferiríamos mil veces el papel. Lleva mucho tiempo escribir cada operación con el teclado», añade Tábata.

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Durante el programa, los estudiantes entrevistan a sus familias para saber cómo influye también el coronavirus en el mercado laboral. La madre de Nicolás tiene que teletrabajar y reconoce que aunque tiene grandes ventajas y «tal vez, cuando esto pase, se debería implantar varios días a la semana, es duro no ver a los compañeros de trabajo». El padre de Paula, técnico de reparación de máquinas recreativas, está en inmerso en un ERTE y aprovecha el tiempo que le ha quedado libre para colaborar como voluntario con Cruz Roja, donde hace la compra y lleva medicamentos a personas mayores que permanecen confinadas en casa y que no pueden salir a la calle. El padre de Sergio ha visto cómo su labor ha variado con la crisis del coronavirus. «Ahora no tenemos que ir todos los días, nos turnamos con los compañeros y se nos ha encomendado la desinfección de residencias y zonas comunes».

«Al final, con este programa hemos querido reflejar cómo vivimos los jóvenes esta situación. Y la radio es una buena herramienta. El programa quedará ahí para el recuerdo», dice Álvar, portavoz de un grupo de estudiantes que, en el instituto, usa las ondas como recurso educativo.

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