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Manasés Ela Nsue tenía veinte años, nació en Guinea Ecuatorial y hace cuatro recaló en Valladolid junto a una hermana para unirse a su madre e iniciar juntos una prometedora vida que la fatalidad quiso truncar a primera hora de la noche del sábado. ... Su cuerpo sin vida fue localizado al filo de la una y media de la tarde de este domingo sumergido en mitad del cauce del Pisuerga, a quince metros de un embarcadero situado a la altura de la parte posterior del Seminario, donde fue visto por última vez la noche anterior. Los testigos que alertaron a los servicios de emergencia a las 21:55 horas informaron de qué habían escuchado cómo un joven pedía auxilio desde ese mismo punto unos segundos después de verle cómo intentaba regresar a nado a la orilla amarrado a un balón de fútbol. La pelota, al parecer, se la habían regalado esa misma tarde, acabó en el agua y todo apunta a que la víctima optó por lanzarse al río para cogerla. Su ropa fue localizada desde un primer momento en el embarcadero, situado a 250 metros del puente de la Condesa Eylo, donde fue visto por última vez.
21:55 horas (sábado). Un testigo alerta al 112 de qué ha visto a un joven intentando coger a nado un balón y que, después de oírle gritar, le han perdido la pista en un embarcadero detrás del seminario.
11:00 horas (domingo). Cuatro buzos participan en la búsqueda junto a tres lanchas de los Bomberos y del Grupo de Salvamento y Rescate.
13:24 horas (domingo). Los buzos localizan el cuerpo de la víctima, un joven de 20 años, sumergido en mitad del cauce a 15 metros del embarcadero.
«El río puede ser muy traicionero y muchas veces, aunque no lleve una corriente excesiva, aunque ahora viene algo crecido, puedes acabar enganchándote a una rama o ser arrastrado», lamentaron los especialistas del Grupo de Salvamento y Rescate (GSR), cuyos buzos localizaron el cuerpo del joven estudiante a las 13:24 horas y pudieron sacarlo a la orilla para desesperación de los familiares que esperaban noticias desde la orilla. «Desde el primer momento asumimos que Manasés había fallecido, pero siempre te queda ese puntito de esperanza», suspiraba minutos antes la hermana del fallecido, a quien los propios policías locales que participaron en el dispositivo de búsqueda intentaron ofrecer consuelo después de confirmarse la localización del cuerpo de su hermano.
La víctima, al parecer, había estado en el parque con unos amigos y posteriormente con una amiga, aunque podía estar solo en el momento de los hechos. Ella fue la última que le vio en el entorno del embarcadero, donde fueron localizadas su ropa, su teléfono y su objetos personales minutos después de la llamada de los testigos, lo que permitió identificar al entonces desaparecido desde el primer momento. «Parece que se quedó solo y después debió avisar algún testigo», lamentaba su hermana antes de recordar cómo poco después recibió la llamada de los agentes para informarle de la posible desaparición de su hermano. Ella, junto a amigos de la víctima y otros allegados, permanecieron junto al embarcadero hasta bien entrada la madrugada. «Sabíamos que iba a ser lo peor...», relató entristecida. A las lanchas en superficie se sumaron desde primera hora de la mañana los buzos del Grupo de Salvamento, que escudriñaron el entorno del embarcadero hasta que dos de ellos pudieron localizar el cuerpo de la víctima, que pudo ser identificado plenamente a expensas de la confirmación oficial una vez realizado el examen forense. Pocas horas antes había sido localizado por los participantes en el dispositivo de búsqueda el balón que, según todos los indicios, pudo causar el fatídico desenlace a primera hora de la noche del sábado.
Manasés Ela Nsue, al que sus amigos llamaban cariñosamente 'Iván', llegó a España junto a su hermana para reunirse con su madre hace cuatro años procedente de Guinea, su país natal. Ahora tenía veinte, estudiaba en el Instituto Galileo y juzgaba en un equipo de fútbol aficionado del Club Deportivo La Cistérniga. Tanto el centro, cuyos responsables anticiparon su intención de rendirle un homenaje, como el club mostraron su consternación por su muerte. El joven de veinte años era un «buen estudiante, muy querido» en el instituto, donde acababa de sacar un grado medio de telecomunicaciones e iba a comenzar el superior. Manasés, 'Iván', residía junto a su madre y su hermano en La Rondilla. «Su sueño era estudiar y poder regresar a su país para ayudar a levantarlo», lamentaron fuentes del centro educativo de Pajarillos.
«Los testigos explicaron que habían visto al joven amarrado al balón cuando intentaba regresar a la orilla y que en un momento dado escucharon sus gritos y le perdieron la pista», según confirmaron fuentes policiales. De manera que todo apunta a una muerte accidental. El informe definitivo sobre lo ocurrido correrá a cargo de los agentes de la Policía Nacional.
Los allegados de Manasés explicaron que el joven de 20 años era «muy deportista» y «sabía nadar perfectamente». No en vano jugaba al fútbol en un equipo aficionado de La Cistérniga y le gustaba practicar otros deportes. «Era alto y fuerte», destacaron. Pero el río, cuyas orillas ocultan en este punto de su cauce infinidad de trampas en forma de «ramas y objetos como carros de la compra», acabó convirtiéndose en una trampa mortal para el joven. Su cuerpo fue encontrado a más de cuatro metros de profundidad y a una distancia de quince metros de la orilla y del embarcadero en el que fue visto por última vez. El agua bajaba con «cierta corriente», esa noche hacía viento y la visibilidad era casi nula.
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