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100 años de vida. Muchos de ellos dedicados al campo. Otros muchos, compartidos, al cuidado de sus padres y el de sus hijos. Así se ... resume la vida de Josefa Hortelano, la centenaria que ha soplado las velas hoy en la Residencia Riosol acompañada de sus familiares. «Somos cuatro hijos de Josefa y la familia no ha parado de crecer. Tiene cinco nietos y cuatro bisnietos», afirma Jose María Ruiz, hijo de la centenaria, quien ha querido acompañar a su madre en esta celebración de un siglo de vida. Aunque Josefa Hortelano nació en Canillas de Esgueva su vida ha transcurrido a medio camino entre Palencia, Fombellida y Valladolid.
Al ser la mayor «de siete hermanos» Josefa Hortelano tuvo que dedicarse desde muy pequeña« a ayudar en la familia y hacerse cargo de sus hermanos». José María Ruiz, hijo de la centenaria, confiesa: «Mi madre siempre ha sido una persona muy trabajadora. Hasta los cinco años estuvo con mis tíos en Palencia y después regreso a Canilla de Esgueva donde estudió en el colegio hasta los 14 años. Al ser la mayor tuvo que hacerse cargo de sus siete hermanos y ayudar en muchas tareas. Recuerdo que siempre no contaba que no había agua en casa y tenían que bajar al arroyo a lavar la ropa».
El amor llamó a la puerta de Josefa Hortelano a los 24 años «cuando conoció a mi padre», señala José María Ruiz, quien atiende a El Norte de Castilla junto a su madre, en silla de ruedas tras una rotura de cadera «que no se pudo operar debido a los riesgos de la intervención». «Mi padre era de Fombellida y allí vivieron dos años hasta que nació la mayor de mis hermanas y se volvieron a Canillas para cuidar de mis abuelos, los padres de mi madre», explica.
La agricultura, el campo y la cosecha se convirtieron en ese momento en lo primordial en la vida de Josefa Hortelano, que compaginaba su labor agrícola con la vida familiar y el cuidado de sus cuatro hijos. «En casa siempre tuvimos una maquina de coser. Mi madre siempre fue muy hábil y trabajadora para aprender nuevos oficios y cosía vestidos para sus hermanas e hijas», confiesa José María Ruiz, quien vivió durante 20 años con su madre en Valladolid.
«Cuando ya vivíamos juntos aquí en Valladolid ella me cuidaba a mi más que yo a ella. Me hacía la comida para ir al trabajo, limpiaba la casa y hacía la compra», recuerda su hijo. Una rotura de cadera obligó a la familia a que Josefa Hortelano viviera en la Residencia Riosol, donde ha celebrado su 100 cumpleaños en compañía de todos. «Si hay algo que nunca ha faltado en mi casa es El Norte de Castilla siempre me ha gustado mucho leer el periódico», confiesa Josefa Hortelano, emocionada con la celebración de su siglo.
Josefa Hortelano también ha celebrado su cumpleaños con sus compañeros de residencia. «Actualmente tenemos 156 residentes. Sorprende que entre las residentes de más de 100 años todas sean mujeres. Tenemos a Josefa con 100 años y a otras dos señoras, una de 101 y otra de 102 años. Esta última cumple 103 el mes que viene», explica Cristina Llamas, directora de la Residencia Riosol, ubicada en la Plaza Cuba número 1 de la capital vallisoletana.
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