«Yo soy prestamista, arreglador de problemas en las ferias y rentista de un bar y una vivienda». Así se ha presentado ante el tribunal el jefe del clan Varela, considerado por la Fiscalía como el cabecilla de la red más activa del menudeo de ... la droga en Valladolid y que ha sido el primero este martes en declarar en el juicio de la denominada Operación Rosado. Rafael Varela García ha negado que el contenido de las escuchas policiales sobre las que se basa la acusación y que han terminado con él y varios miembros de su familia en el banquillo tuviera nada que ver con la venta de drogas, sino con sus negocios de préstamo de dinero y los de compraventa de vehículos de su hija y su yerno, quien también está encausado en este proceso.
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Según ha declarado el primer acusado, la cocaína encontrada durante el registro de la casa familiar en Tudela de Duero no era suya, sino que se la dejaron allí los invitados a su fiesta de cumpleaños y su yerno la guardó para cuando hubiera otra fiesta porque «había sobrado mucha comida». «Se me revuelven las tripas, eso no era nuestro», ha subrayado. Y sobre la otra sustancia blanca en polvo que se decomisó, ha asegurado que era un insecticida. «Lo usa mi mujer para que no entren bichos en casa», ha explicado Varela. Este, a preguntas de su abogado, ha insistido en que tiene actividades que le permiten ganar dinero y no recurrir a la droga. «¿Usted es traficante de drogas?», le ha preguntado directamente el letrado. «Ni vendo droga ni la consumo, la odio. Nunca en la vida, ni nadie de mi casa. Además, tengo recuerdos muy malos de ella», ha afirmado el jefe del clan, quien ha indicado que en su día a día está siempre en la calle «para ganar para comer. A mí me conoce mucha gente, soy 'El Varela', el que deja dinero», ha reiterado respecto de como se gana la vida. «También hago cobros y me quedo con el cincuenta por ciento».
También ha aprovechado para criticar «el trato» recibido por la policía durante la noche de la gran redada en su domicilio de Tudela. «Siento unos ruidos, yo tengo unas cámaras, ¿sabe? y le digo a mi mujer, «chica, chica, que han entrado ladrones. Entonces vi a un tío, le tiré y él me pegó un patadón y me tiró a la chimenea de mañas maneras, como si fuéramos delincuentes». Sobre las armas que tiene en su casa, ha indicado que «le gustan mucho» las katanas, «que son de adorno» y las navajas, pero que «estaban en la cocina».
«Nosotros somos uno en casa». El segundo en declarar en la primera jornada del juicio ha sido su hijo y colaborador, Manuel Varela Menéndez, quien ha mantenido idéntica versión de su padre respecto de las escuchas realizadas de conversaciones mantenidas con otros de los encausados. «Nosotros, ninguno nos drogamos», ha indicado a las preguntas de la fiscal. Tampoco ha reconocido que ciertos materiales como tuberías, maceteros y otros elementos localizados por los agentes en su propiedad fueran utilizados para la producción de marihuana. «Estos materiales los recogimos de una nave».
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Seis acusados De los 23 acusados de la Operación Rosado, solo seis se sientan en el banquillo, la cúpula del conocido como clan Varela.
Delitos Se les acusa de delitos contra la salud pública de sustancias que causan daño a la salud, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas. Se les piden penas que van de los 13 años de prisión al año, según su rol en la organización.
Operación Rosado La operación arrancó en 2017 y acabó con redadas en Valladolid, Zamora y Cuéllar en 2018. Además de la droga, se intervinieron armas de fuego, más de 40.000 euros, chalés de lujo y vehículos de alta gama.
Respecto de los más de 30.000 euros encontrados en cajas de zapatos el tercero en declarar ante el tribunal, Ernesto Iglesias García, yerno del jefe del clan, ha afirmado que era de su mujer, producto de las transacciones de compraventa de vehículos.
De los más de medio centenar de detenidos en 2018 en la mayor macrooperación contra el supermercado de la droga en Valladolid desde los tiempos en los que Los Monchines dominaban el tráfico de estupefacientes, solo seis integrantes del conocido como clan Varela han acabado en el banquillo de la Audiencia de Valladolid. Los otros 16 encausados (el número 23 está en paradero desconocido) admitieron previamente ante el tribunal su culpabilidad en los delitos de tráfico de sustancias que causan daño a la salud, pertenencia a agrupación criminal y tenencia ilícita de armas y se han conformado con penas que van de uno a tres años de prisión, tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía para no ir a juicio. Todos ellos se han acogido a su derecho a no declarar como testigos contra los otros seis que sí van a ser juzgados estos días en la Audiencia.
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El proceso que ha arrancado este martes en la Sección Cuarta iba a ser el mayor macrojuicio de drogas de la historia del tribunal provincial tras una operación contra el clan de los Varela y su organización en Barrio España, Santovenia y Tudela para el supuesto cultivo y venta de marihuana y el blanqueo de capitales. En las macrorredadas y 31 registros de marzo de 2018 de la Operación Rosado participaron más de 220 agentes y funcionarios judiciales. El juicio, que estaba previsto que se celebrase en 2019, tuvo que ser suspendido por la pandemia.
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