Isailovic, exjugador del Real Valladolid, llena su nuevo bar de Argales de amantes del deporte

Pese a que las carreras tienen su público, cuando más gente suele acudir al Eleven es durante los partidos del Pucela, y no solo para ver el pobre espectáculo del equipo de Pezzolano, también para degustar los platos típicos de la ciudad del rival blanquivioleta. «Hacemos un catering que tiene que ver con el partido. Cuando jugamos contra Alavés, pusimos queso Idiazabal; cuando nos tocó con el Osasuna, pusimos pochas a la navarra y en el próximo partido, que jugamos contra el Getafe, vamos a poner callos a la madrileña. La idea es merendarse a los contrarios», explica Isailovic, sabedor de que en el campo suele ser el rival el que llena el estómago a costa del débil conjunto vallisoletano. «Ojalá lo arreglemos. Yo conozco a los chicos, coincido mucho con Javi Sánchez, y es muy duro lo que está pasando este año», reconoce.

Este no es el primer negocio hostelero que regenta en la ciudad Isailovic, que abrió hace años el primer restaurante japonés de Valladolid, el Nippon, frente a la Catedral –el actual Medel–, luego tuvo un italiano en la misma zona y ahora ha abierto este nuevo local junto al Ingoal, un negocio de alquiler de campos de fútbol indoor que abrió en 2017 y que cuenta con la primera pista de padbol (fútbol tenis) de Castilla y León. «Me casé aquí y tengo dos hijos, Alexander y Cristina. Tengo a los dos cerca, que para mí es una alegría porque he estado mucho tiempo viajando cuando jugaba al fútbol. Es una ciudad en la que siempre me he sentido muy a gusto», recalca el exjugador serbio, que fue hasta hace bien poco el fichaje más caro de la historia del Valladolid. «Siempre decía que me quería quitar ese peso de encima. Tampoco jugué tanto y me daba hasta palo que se recordara eso», concluye este exjugador y empresario, que ya está pensando en los callos a la madrileña que se comerá el viernes 22 durante el partido del Pucela en tierras madrileñas, en el que espera que el Pucela se meriende al Getafe.