Los dos investigados por injurias a Óscar Puente niegan ante el juez que le insultaran

Los investigados han sido citados a declarar este lunes por el magistrado que investiga la causa, en la primera diligencia realizada por la misma, que surgió a raíz de que el propio regidor alertara a la Policía Local de lo ocurrido y los agentes procedieran entonces a identificar a los dos ahora investigado por el citado delito, castigado con una pena menor de tres a siete meses de multa salvo que dichas injurias, en este caso ante una autoridad públicas, sean consideradas graves.

El atestado policial, que obra ya en poder del magistrado y de los abogados de los investigados, recoge que a las 16:45 horas de aquel 17 de julio (un domingo) el alcalde paseaba ante la terraza del bar La Antigua, situado en la esquina de Paraíso y Marqués del Duero, en compañía de otras personas y que un grupo de clientes que allí se encontraban comenzaron a proferir insultos contra él: «Hijo de puta, golfo...» y un largo etcétera de improperios.

El encontronazo con los presentes acabó con el regidor alertando de lo ocurrido al 092 y con los policías locales identificando a dos de las personas que se encontraban en ese momento en la terraza, los ahora investigados. Estos, asistidos por sus abogados (en la causa no está personado por ahora el alcalde), del bufete Atrio Legal, han reconocido ante el juez que sí estaban allí aquella tarde, han negado que insultaran al regidor y han declarado que se rieron de la situación. Sus letrados, en este sentido, defienden la inocencia de sus patrocinados.

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El insulto al político

El juez tendrá que decidir ahora si continúa con la causa y tendrá que llamar al alcalde, en calidad de perjudicado, para que comunique si va a a personarse en la instrucción o si mantiene la denuncia. Después, en caso de que se acuerde continuar con las diligencias, tendría que prestar declaración, al igual que sus acompañantes y el resto de posibles testigos de lo ocurrido. La causa, en el caso de llegar a juicio, sería por un delito, en principio, leve de injurias, que está castigado con penas menores de multas.

El atestado policial recuerda, en este sentido, que el receptor de aquellos insultos fue el alcalde y primera autoridad municipal. La causa, si se llegará a considerar esta condición de autoridad, podría continuar si el fiscal acuerda ejercer la acusación al margen de que el propio regidor decida personarse a su vez como acusación particular.