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Tiene un curriculum tan extenso como intachable, difícil resumirlo. Su tenacidad y su curiosidad innatas han llevado al catedrático de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, a ser una figura de referencia a nivel mundial. Creador de ... varios programas inéditos para la identificación de personas desaparecidas –que han sido replicados en todo el mundo– compagina sus investigaciones en el laboratorio con el análisis del ADN de Cristóbal Colón, que le permitirá descifrar «próximamente» el enigma de su origen.
Con especial sentido del humor y notable humildad, el profesor ha hecho parada este sábado en el castillo de Fuensaldaña para ofrecer una conferencia sobre la desaparición de personas como parte del ciclo cultural Premios Caja Negra. «La ciencia forense no solo se dedica a resolver delitos, es fundamental su papel en su prevención de los mismos y obstaculizar que se comentan», ha comenzado diciendo el experto que ha colaborado durante años con el FBI.
Esa «sana obsesión» de Lorente y de su equipo por aplicar la genética al servicio de la sociedad le convirtió en el creador de un programa, pionero mundial, Fénix (1998), que consiste en una base de datos de ADN de restos óseos de cuerpos no identificados (había más de 4.000 en España sin incluir a las víctimas de memoria histórica y 8.000 familias) y que le ha permitido identificar a más de 1.500 personas desde su creación.
«Pensamos en cómo aplicar todos los avances del momento para ayudar a esas familias», ha señalado el presidente de la Fundación Europea de Personas Desaparecidas. Para Lorente el crimen organizado «ha cambiado mucho en los últimos años y mueven el negocio completo, cada vez está más territorializados y no es extraño que las organizaciones se dediquen a varios delitos distintos a la vez«.
En este contexto, buena parte de su ponencia ha estado centrada en la problemática de la desaparición de niños desde un punto de vista más global. «En España es muy puntual y no suele entrañar riesgo para la vida del niño pero en el mundo la trata de niños se ha convertido en una pandemia». Este extremo llevó a Lorente a crear el segundo sistema pionero de identificación de niños vivos en 2004, DNA-Prokids, que se ha extendido desde entonces a 14 países de Asia, Latinoamérica o África, entre otros territorios, y que ha permitido que 2.170 niños en todo el mundo vuelvan con sus familias, así como detectar 280 casos de adopciones ilegales.
Su kit de análisis de ADN se ha usado en más de 21.300 muestras en todo el mundo y ha sido especialmente útil para minimizar la trata ilegal de menores en mafias de la inmigración. «Es fundamental la prevención y la observación, así como la coordinación con los investigadores porque son casos reales que están entre nosotros».
Además de la desaparición de personas –ya sean víctimas de un delito o sin causa aparente– Lorente abordó la problemática del tráfico de órganos «algo creciente, que seguirá aumentando como no seamos capaces de prevenirlo y conforme envejezca la población en el futuro». Es el último gran programa en el que participa
Lorente presentó el último proyecto con vocación mundial en el que participa, DNA-Pro-Organ, que nació en 2016, y que está diseñado para luchar contra el tráfico de órganos. «Nos aseguramos de averiguar y garantizar la trazabilidad de los órganos recopilando información genética de los donantes y receptores de riñón, que suponen el 80% de los trasplantes en todo el mundo.
Hacia la parte final de la ponencia, Lorente explicó la importancia de seguir avanzando en políticas que ayuden y sirvan como una red de apoyo a las familias de las personas desaparecidas, así como la importancia del esfuerzo de los agentes e investigadores, «que se dejan la piel en cada caso, otra cosa es la disponibilidad y los medios de los que dispongan», puntualizó.
«En España hay una media anual de 20.000-30.000 denuncias y es cierto que casi el 95% se resuelven, pero hay denuncias que se van acumulando como las 5.411 que hay activas», puntualizó el investigador que destacó el análisis de 117 cadáveres identificados solo en 2021.
Destacó la concienciación de los últimos años con la creación del Centro Nacional de Desaparecidos en 2018, también el I Plan Estratégico de Personas Desaparecidas 2022-2024 y la utilidad de las aplicaciones como 'Familiy Red' para prestar asistencia integrar a las familias e informar de emergencias las 24 horas.
A la conferencia del experto le siguió una actividad práctica para resolver un caso de adopción ilegal y posteriormente, en este taller de desaparecidos tuvo lugar la intervención del Grupo de rescate en montaña del 112 en Castilla y León, que contó con la unidad canina para demostrar cómo intervienen en sus operaciones.
Así finalizó un ciclo cultural multidisciplinar que pretende acercar la Criminología a la sociedad y que el viernes entregó premios a personalidades tan relevantes como el actor Javier Gutiérrez, a la periodista Almudena Ariza, a Jon Sistiaga, al médico y antropólogo Francisco Etxeberria y al director del podcast 'El Señor de los crímenes', Francisco Pérez Caballero.
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