

Secciones
Servicios
Destacamos
berta pontes de los ríos
Valladolid
Domingo, 7 de febrero 2021, 08:21
Con 80 y 79 años, respectivamente, Vicente Pascual y Carmen Román tratan de recuperar la normalidad en su vida, pero «muy poco a poco». El pasado mes de septiembre ella ingresó en el Hospital Clínico de Valladolid con una neumonía producida por el coronavirus mientras él permanecía en su domicilio siendo asintomático. Tras dos meses ingresada y uno de ellos intubada y sedada, las secuelas del virus se han cebado con ella, que se llevó la peor parte.
Vicente es el encargado de contar la historia de ambos por la dificultad que presenta Carmen para articular palabra. «Tiene que respirar por el hueco que le ha dejado la traqueotomía y estamos pendientes de lo que nos diga el otorrinolaringólogo», señala. Además, asegura que apenas puede hablar y «entenderla es muy complicado porque tiene que taparse el agujero y no puede respirar mientras lo hace».
Todo comenzó a finales de agosto. «Cuando surgió el brote en Pesquera de Duero saltaron nuestras alarmas porque habíamos estado el fin de semana en el bar; el viernes siguiente fuimos a hacernos la PCR y dimos positivo», relata Vicente. Se confinaron en el domicilio que tienen en la localidad y el médico recetó a Carmen tomar Paracetamol para bajar la fiebre, pero pasados dos o tres días sin mostrar mejora alguna y con el termómetro indicando cada vez más temperatura corporal el médico decidió ingresarla. Una ambulancia esperaba en la calle para trasladarla al hospital en Valladolid. «Ahí empezó el calvario, porque se la llevaron y no volví a verla en dos meses, que estuve solo y muy preocupado por cómo estaba ella porque su situación era muy grave», asegura.
Carmen ingresó el nueve de septiembre con una pulmonía bilateral producida por la covid-19 y durante el primer día le hicieron pruebas, pero ya el segundo tuvieron que intubarla y sedarla. Así pasó un mes. Boca abajo y con un tubo atravesando su sistema respiratorio para mantenerla con vida. A los treinta días, Carmen despertó del coma inducido, pero no podía moverse ni hablar y su familia no podía visitarla. «Lo pasamos muy mal porque, aunque ya estaba despierta, no sabíamos si iba a recuperar la movilidad y el habla».
«Fueron días muy complicados para todos», recuerda Vicente. Él tuvo que ir al hospital a llevar enseres de aseo personal pero no pudo ver a Carmen. En planta estuvo un mes más recuperándose y recibiendo la medicación que necesitaba. «Cuando se podía hacíamos videollamadas y ella nos enseñaba cómo caminaba desde la cama hasta el armario, algo que nos parecía un logro y que celebrábamos toda la familia». Durante el tiempo que estuvo ingresada, Carmen perdió cerca de 14 kilos. El día 5 de noviembre le dieron el alta y volvió a su domicilio. «Cuando llegó era como empezar de cero, porque no podía hacer nada por sí misma, pero poco a poco fue mejorando y ahora ya sube escaleras», explica su marido con optimismo.
«No perdemos la esperanza de que mejore, pero es un proceso lento porque no nos han dado fechas y los doctores no pueden decirnos nada seguro». Con la esperanza de recuperar su vida de antes y tener cierta normalidad, el matrimonio continúa visitando a los doctores para recibir instrucciones de la rehabilitación y tratamientos que ha de seguir Carmen para conseguirlo. También tiene pendiente la recuperación del gusto y del olfato, pero sin poder respirar por nariz y boca se antoja complicado. «Los médicos nos han dicho que puede que pasen seis meses hasta que recupere la función de las cuerdas vocales, porque tiene una parte de estas muy afectada. Además, nos han dicho que en dos o tres meses nos darán la próxima cita. Ahora nos toca tener paciencia y esperar», sostiene Vicente.
Él, a sus 80 años y con patologías previas, apenas sufrió los efectos del coronavirus. Ella, un año menor y sin problemas anteriores, «se ha llevado la peor parte aunque es optimista y tiene mucha fuerza de voluntad. Tiene ánimo y quiere hacer cosas». Ahora, Vicente asegura sentirse «muy molesto con el comportamiento inconsecuente de algunos que se toman esta situación como una broma, porque no lo es en absoluto. A nosotros nos dijeron que de la situación en la que estuvo Carmen apenas sale un diez por ciento, así que de broma tiene muy poco. Ya nos relajamos en verano y pasó lo que pasó, parecía que la cosa mejoraba pero ahora parece que no hemos aprendido nada».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.