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«La verdad es que sentimos una alegría tremenda cuando nos confirmaron que el hombre estaba estable ya en el hospital y ojalá salga pronto», ... coincidieron en señalar Justi y Carlos, dos jóvenes policías, con cinco y un año de experiencia profesional, que el martes a primera hora de la mañana consiguieron reanimar y estabilizar a un hombre de 48 años que sufrió una parada cardíaca cuando caminaba por la calle Pasión. Ocurrió al filo de las nueve y media y los agentes, que se encontraban de patrulla en las inmediaciones, fueron los primeros en llegar al lugar.
«Lo importante es la inmediatez, ya que si llegamos a tardar cinco minutos en llegar ese hombre no sale», reconoce Carlos, quien aclara que los efectivos del 092 son preparados para este tipo de situaciones con cursos de reciclaje para realizar maniobras de reanimación y utilizar el desfibrilador portátil que llevan en sus patrullas. La suya fue la primera intervención de este tipo. Su compañero Justi, más veterano, suma ya tres. «Conocemos los protocolos y los aplicamos con muy buena coordinación hasta la llegada de los sanitarios», destaca el policía local.
Los dos compañeros de patrullas se encontraron a su llegada al hombre inconsciente y tendido sobre la acera, frente a Cubero, y enseguida comenzaron las labores de reanimación. «Primero despejamos un poco el lugar, ya que había varias personas junto a él, y después comenzamos con las compresiones torácicas alertándonos para ir preparando el desfibrilador y a la vez cortar la calle para evitar el paso de vehículos», recuerda Justi antes de aclarar que los actuales protocolos impiden realizar la maniobra respiratoria al entenderse que puede ser foco de contagio y no ser crucial como la torácica.
«Cuando intentan salvar una vida te olvidas del virus y solo piensas en sacarla adelante», apunta Carlos antes de aclarar, eso sí, que siguieron punto por punto el protocolo. Los agentes tuvieron que realizar finalmente una descarga con el desfibrilador al ver que podían perder a la víctima. «Notamos que reaccionaba, que quería vivir y finalmente parece que pudimos estabilizarle y su corazón latía cuando continuaron con las labores de reanimación los sanitarios», destaca Justi, quien relata cómo al hombre «le latía el corazón cuando le trasladaron al Clínico». Después les confirmarían que estaba estable. «Nos produce un orgullo tremendo saber que hemos podido salvarle –así se lo confirmaron posteriormente los sanitarios– y que hemos podido aplicar todo lo que hemos aprendido para salvar una vida», incide Carlos. Su intervención se sumó así a una larga lista de auxilios realizados por los policías locales.
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