Secciones
Servicios
Destacamos
Los 32 grados que golpeaban la capital vallisoletana en la tarde de ayer no mermaron las ganas de la veintena de menores de entre 3 y 10 años que participaron en el taller de cajón flamenco impartido en la plazoleta Segundo Montes, en el ... barrio vallisoletano de Las Viudas, a las siete de la tarde. Organizado por el Servicio de Intervención Social del Ayuntamiento de Valladolid en colaboración con la Asociación Gitanos en Progreso, este taller persigue la integración social y la defensa de la interculturalidad existente en la capital vallisoletana.
Los preparativos de la clase comenzaban con la antelación justa para que los niños saliesen en estampida para ver cómo los monitores colocaban los cajones, dispuestos a ayudar. «Venimos a tocar el cajón; bueno, a aprender», aseguraba una niña de tres años. Otras dos, a coro, entonaban un «yo también». Irene, Romeo, Rafi, Quique, Adrián y los demás niños se mostraban impacientes ante el inicio de la clase. La ilusión y las ganas brillaban en sus ojos cuando sonaron los primeros compases, procedentes de uno de los niños. «Él tiene ventaja, ya sabe tocar», señalaba otro de los menores en alusión al que iniciaba un pegadizo ritmo con el cajón. Una vez colocados mirando al profesor, comenzó el alboroto. Él marcaba el compás y ellos lo imitaban con sus pequeñas manos. Entre dobles, redobles, tresillos y caballitos los niños iban cogiendo el ritmo.
Los profesores, Rubén Borja y Elisa Gabarri 'Mimi', explicaban los movimientos bajo la atenta mirada de los alumnos. «Damos la clase con ilusión porque los gitanos, desde pequeños, aprendemos nuestro arte, pero las nuevas generaciones tienen que saber que se puede vivir de ello y adentrarse en la cultura gitana. Es un idioma que entendemos desde que nacemos», apuntaba Mimi. Con el transcurso de la clase los espectadores iban en aumento. Cerca de 30 ciudadanos observaban cómo las nuevas generaciones aprendían un arte que, según explicaban, «es tan nuestro como ser gitanos». Ellos también eran delatados por su sonrisa y en su mirada se veía la ilusión de «saber que esto no tiene que quedarse en casa, que se puede vivir de ello», sostenía Mimi, bailaora profesional.
Entre el improvisado público de la clase se dejaba ver uno de los organizadores y precursores de la idea, Esteban Jiménez, presidente de la Asociación Gitanos en Progreso. «La idea surgió con el objetivo de progresar, de hacer avanzar a los gitanos. Queremos crear un proyecto de reforma que tenga un sentido interno en nuestra comunidad. Para ello, lo mejor es empezar a trabajar desde abajo, con los niños del barrio, para que aprendan los valores desde bien pequeños;que conozcan que pueden estar en sociedad y sentirse niños normales, estar integrados, y que no se les excluya solo por ser gitanos, que es un orgullo», defendía.
Atenta a cada movimiento y saludando a familiares que pasaban por la plaza estaba también Carmen Jiménez, concejala delegada especial de Convivencia y Mediación Comunitaria del Ayuntamiento de Valladolid. «Este taller está dentro del Plan Municipal de Convivencia Ciudadana Intercultural, que tiene como objetivo trabajar la gestión de la interculturalidad y promover la participación de los colectivos más desfavorecidos», sostenía. Por ello, el taller de cajón entra en este marco en colaboración con la Asociación Gitanos en Progreso y con él se persigue formar una conciencia de ciudadanía capaz de afrontar la convivencia en una sociedad compleja y dinámica, así como contribuir a la construcción de un entorno más equitativo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.