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Jueves, 26 de noviembre 2020, 17:55
Si bien el Centro Municipal de Igualdad lleva abierto desde 2018, durante este 2020 se está llevando a cabo ya la cuarta fase del Plan de Inserción Laboral que se encamina a la mejora de la empleabilidad y a la inserción laboral de víctimas de violencia machista y de personas en riesgo de exclusión por cuestiones de género. Este plan, pese a desarrollar activamente un marco normativo, se realiza de manera individualizada y con adecuación a las necesidades de cada participante, todas ellas voluntarias en esta búsqueda de un mejor entorno o de un contexto laboral, derivadas frecuentemente por los servicios sociales o por entidades del tercer sector. Este plan complementa habitualmente recursos propios de la red de 'Violencia Cero' y facilita o colabora con la autonomía de la persona, a menudo sesgada durante el proceso traumático vivido.
En cualquier circunstancia, aunque se trata de un servicio profesional, que recae sobre las trabajadoras del centro, no se trata de un servicio estandarizado, sino que busca la cercanía entre profesional y usuaria y es adaptativo a cada caso concreto, aunque, entre otras opciones, suela desarrollar sesiones conjuntas de diferentes áreas y temáticas. En este contexto, es habitual la transmisión en grupo de diferentes formaciones como una reciente en la herramienta digital de moda para reuniones o entrevistas telemáticas, 'Zoom', u otras relacionadas con este entorno, ya sea por el enriquecimiento de cara a esa búsqueda de empleo o incluso en materia de seguridad digital si, por ejemplo, la mujer ha sido víctima de acoso mediante esta vía.
Estas sesiones conjuntas, que complementan las personalizadas a las que asiste cada participante en el PIL, sirven, además, para tratar de cohesionar al propio grupo y para reforzar su ánimo, intentando abandonar el aislamiento sufrido en los malos tratos sufridos previamente. Un detalle tan nimio como contar con un grupo de WhatsApp durante el confinamiento, ayudó a las participantes a despejarse y sobrellevar mejor dicha época de este 2020. Esta cuestión, por ejemplo, no aparece recogida en ninguna de las áreas, y sin embargo surgió de manera espontánea y redundó en el beneficio de las usuarias.
Lo común para todas ellas son las cinco áreas de las que consta el Plan de Inserción Laboral, usado en función de las necesidades de cada usuaria. El primero y común para todas es el que esboza un itinerario con la participante y con aquello que pueda necesitar. En función de la valoración que se realiza con ella, cabe un apoyo emocional o psicosocial de cara a la búsqueda de empleo a través de la psicóloga del centro y, en paralelo, se realiza una prospección de empleo y se llevan a cabo dos bloques de formación: de competencias digitales y la meramente formativa. Junto a ello, el contacto estrecho con entidades de tipo diverso hacen que, en caso de necesidad, se pueda complementar la asistencia a otros centros o el apoyo de otras entidades al mismo tiempo, de tal modo que, por ejemplo, una mujer puede asistir a un curso de informática en un centro cívico y no necesitar las formaciones en competencias digitales de este centro.
Junto al Plan de Inserción Laboral, otra de las bases que vertebra el Centro Municipal de Igualdad tiene que ver con el asesoramiento que realiza a personas y entidades en materia de igualdad de género. La idea con la que nació fue con la de ser una referencia en esta materia también para profesionales, lo que permite, por ejemplo, el acceso del profesorado a este asesoramiento para aprender a detectar desigualdades en edades tempranas. De la misma manera, asesoran a otras entidades como empresas, pudiendo realizar un asesoramiento específico o talleres de igualdad, en los que, partiendo de la observación, se pueden detectar indicadores que señalan que puedenexistir ciertas desigualdades. Este asesoramiento puede ser también al individuo, con un mismo fin: la igualdad y/o la detección de violencia de género.
En definitiva, se trata de poner recursos al servicio de la mujer para la búsqueda de empleo, que parte del deseo y de las expectativas de la propia mujer, y que tiene la duración que esta necesite. Durante todo este proceso, el itinerario continuará de la mano del Centro de Igualdad con el refuerzo de las demás áreas, y las sesiones se desarrollan tanto en horario de mañana como de tarde, para poder adaptarse a las necesidades de conciliación de las usuarias, que siguen teniendo el apoyo de las profesionales incluso en circunstancias extrañas como las que vivimos por mor de la pandemia. Durante esta, no obstante, la actividad ha continuado, aunque fuera mediante vía telemática, apoyándoles en cuestiones como mejorar un currículum o ayudarles a registrarse en portales de empleo.
En todo caso, y para favorecer la conciliación en las citas y en las actividades presenciales, el centro cuenta con un servicio de acompañamiento de menores bajo demanda, con una sala habilitada para salvar una de las dificultades mayores con las que se encuentran estas mujeres a la hora tanto de desarrollarlas como, también, para encontrar empleo.
El trabajo que desarrolla este recurso del Ayuntamiento de Valladolid, en tanto en cuanto cuenta con este Plan de Inserción Laboral, necesita del respaldo de las empresas. Estas se pueden ver beneficiadas con subvenciones y bonificaciones por la contratación de mujeres víctimas de violencia de género, igual que sucede con otros colectivos y grupos sociales. El trabajo de prospección es arduo y cualquier voluntad de colaboración es bienvenida por parte de las profesionales del centro, pues esto se traduce en oportunidades laborales para mujeres o para otras personas en riesgo de exclusión por cuestión de género que lo han pasado mal.
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