Las 'infraestructuras críticas' sin las que Valladolid no podría funcionar

Con motivo de la guerra de Ucrania, la Moncloa instó a los directores de estas infraestructuras (cuyo listado es secreto y abarca sectores como las telecomunicaciones, energía, transporte o finanzas) a tomar medidas para blindarlas ante posibles ataques o ciberataques.

¿Cuáles serían, a nivel local, las infraestructuras equivalentes en Valladolid en función de los sectores considerados estratégicos? ¿Aquellas sin las cuales no podría desarrollarse la actividad socioeconómica de la provincia y la población se vería gravemente perjudicada? Algunas están claras, y no hay más que ver dónde se despliega la Policía cuando se produce una huelga. Lo que sigue es un recorrido por las instalaciones vallisoletanas que podrían equipararse a los órganos vitales del cuerpo humano. Los que no pueden faltar.

Valladolid no tiene reactores nucleares ni tampoco centrales hidroeléctricas, pero sí cuenta con una instalación energética sin cuyo funcionamiento se paralizaría no ya la provincia, sino buena parte de la mitad norte de España. La subestación eléctrica de La Mudarra cuenta con capacidad para verter en la red tanta energía generada con renovables como la que puede producir una central nuclear o dos centrales térmicas.

Se trata de una de las mayores subestaciones del sistema eléctrico español y se encarga de distribuir la energía de todo el norte y centro del país. Recientemente, Red Eléctrica invirtió más de 10 millones de euros para incrementar la seguridad del suministro de los circuitos Mudarra-Renedo y Palencia-Renedo y para aislar la línea de cualquier incidencia y dotarla de la más moderna y fiable tecnología. En las obras, en el tramo que discurre sobre la carretera A-62, a la altura de Cigales, se utilizó por primera vez en España una grúa de 500 toneladas y un brazo de celosía de 100 metros de longitud.

Otra fuente de energía, los combustibles fósiles, tiene también en Valladolid un punto neurálgico del que la economía y la ciudadanía no pueden prescindir. Está en Santovenia de Pisuerga y hace un par de años cambió de nombre, de CLH a Exolum.

Sus gasoductos, por los que se distribuyen gasolinas, gasóleos y biocarburanes a toda España, conectan en la localidad vallisoletana con la instalación de almacenamiento de Hidrocarburos que se extiende junto a la carretera de Cabezón. Con una capacidad total de 105.609 m3, está abierta las 24 horas de los 365 días del año y allí acuden a cargar los camiones cisterna que abastecen las estaciones de servicio.

Por otro lado, la provincia vallisoletana se encuentra dentro de la Red Española de Gasoductos de gas natural, que gestiona Enagás. En concreto, pasan por Valladolid el tramo Aranda-Soria, que cuenta con 125,95 kilómetros de longitud; y el Lerma-Palencia-Valladolid, de 96,26 kilómetros. La red de gasoductos que cruza el subsuelo de Valladolid y de toda Castilla y León está conectada con el almacenamiento subterráneo de gas natural de Yela (Guadalajara).

Con motivo del paro de transportistas del año pasado (y de las huelgas generales de décadas anteriores) tanto los huelguistas como las fuerzas de seguridad siempre han tenido claro donde hay que estar; los primeros para intentar paralizar la actividad y lograr mayor impacto en su protesta y los segundos para evitar males mayores. La avenida del Euro, junto a los puentes del Cabildo, se convierte en uno de los puntos calientes de la capital.

Inaugurada en 1997, Mercaolid es una de las unidades alimentarias más modernas de España y el mayor complejo de distribución mayorista de productos perecederos del noroeste del país.

Su emplazamiento junto a las rondas perimetrales de Valladolid y frente al centro de transportes (Centrolid) conecta con la red de autovías de la comunidad a través de la Ronda Interior y se asienta sobre una parcela de 120.000 m2 en la que operan más de 145 empresas. Cuenta con mercados mayoristas de pescados, frutas y hortalizas, una nave de productos agrarios, un complejo cárnico y varias zonas de actividades complementarias.

Mercaolid tiene como socio mayoritario al Ayuntamiento de Valladolid (51%), mientras que el resto se lo reparten a partes iguales la mercantil Promotora Vallisoletana de Mercados y Mercasa, empresa pública que participa en 24 unidades alimentarias de toda España, lo que ya da una idea del carácter estratégico y esencial de la actividad que allí se desarrolla.

La red de infraestructuras de transporte, por su transcendencia para el funcionamiento del Estado, la sociedad y los ciudadanos, es considerada prioritaria por el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC), órgano del Ministerio del Interior que se encarga de la coordinación y supervisión de su seguridad en todo el territorio nacional.

Están incluidos aquí los aeropuertos, puertos, ferrocarriles y redes de transporte público y en el caso de Valladolid involucra al aeropuerto de Villanubla, las instalaciones ferroviarias y la red de carreteras principales.

El aeropuerto es estratégico, además de por su función en la movilidad de las personas, por alojar una instalación de turbocombustibles y gasolinas de Exolum. Las instalaciones que gestiona Aena no se encuentran en su mejor momento en lo que respecta a volumen de vuelos y tráfico de pasajeros, pero en sus buenos tiempos llegaron a mover medio millón de personas (2007). El año pasado trasladó a 172.000.

La red ferroviaria tiene dos puntos neurálgicos en Valladolid: la Estación del Norte y el Complejo Ferroviario de Adif, destinado a concentrar todas las actividades ferroviarias que durante décadas se han realizado en varios centros de la ciudad. Agrupa el nuevo taller de Renfe y una terminal de servicios logísticos en sustitución de las instalaciones de La Esperanza y Argales, así como Redalsa.

En cuanto a la Estación del Campo Grande, es una de las principales de la red ferroviaria española, ya que por su ubicación geográfica en ella confluyen varias líneas principales, incluida, claro, la de Alta Velocidad. Por ella pasan anualmente más de tres millones de viajeros.

Como capital de facto de Castilla y León, Valladolid es sede de algunas instituciones del Estado cuyas competencias abarcan a toda la comunidad autónoma. La Administración tiene rango de crítica por parte del CNPIC dado que gestiona servicios básicos. El Banco de España tiene en la Plaza de España su única sede en la región, mientras que Villa de Prado alberga la Delegación de la Agencia Tributaria en Castilla y León. El edificio del Instituto Nacional de la Seguridad Social en la calle Boston, donde trabajan 250 personas, realiza una labor esencial tanto para los trabajadores como los pensionistas, por más que conseguir una cita para acudir allí sea muchas veces tarea imposible.

El Ayuntamiento para la capital y la Diputación para los pueblos son estratégicos podría decirse que por definición y entre sus instalaciones las hay imprescindibles para la vida de las personas, como las potabilizadoras de Las Eras y San Isidro y la depuradora del Camino Viejo.

Por otra parte, Valladolid cuenta con un puñado de instalaciones del Ministerio de Defensa. El Palacio Real es la sede de la Jefatura de la Cuarta Subinspección General del Ejército Noroeste, que coordina, inspecciona y controla el área de Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, así como el funcionamiento de las unidades que dependen de ella.

A él se suman la Agrupación de Apoyo Logístico nº 61, en la Base Militar El Empecinado de Santovenia de Pisuerga y el Regimiento de Caballería Farnesio nº 12. También, por supuesto, la Academia de Caballería, centro de formación cuya principal instalación es el Acuartelamiento General Shelly del Paseo Zorrilla y que añade también el Acuartelamiento Teniente Galiana del Pinar de Antequera.

Tanto Caballería como el Palacio Real son, además, dos joyas arquitectónicas, monumentos merecedores de la categoría de 'estratégicos' no solo por su importancia histórica sino también por su valor como activos de atracción turística. Patrimonio Nacional, la institución histórico-cultural que cuida de más de 1.000 inmuebles, 170.000 piezas artísticas y 18.000 hectáreas de espacios verdes en España, solo gestiona un monumento en la provincia. Se trata del Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas, uno de los mejores ejemplos de arte mudéjar de España.

Pero qué duda cabe de que Valladolid cuenta con un buen número de tesoros de los que mejor no pensar en un posible ataque como, por ejemplo, el bombardeo que afectó a la Academia de Caballería el 1 de agosto de 1936. En esta lista, cada uno puede incluir sus favoritos, desde San Pablo al Museo Nacional de Escultura, La Antigua o el Pasaje Gutiérrez.

Por otra parte, dentro de la Administración pero con estatus propio, también el sector de la salud y las infraestructuras sanitarias tienen consideración de críticas, por motivos obvios y que no hace mucho que se han puesto más de manifiesto que nunca. Valladolid no podría vivir sin el Hospital Río Hortega y el Clínico Universitario.

No es una instalación industrial crítica porque no trabaja con materiales peligrosos como el uranio o las sustancias químico-biológicas. Pero nadie duda que hay una empresa que resulta estratégica, de importancia crítica e, incluso, vital para Valladolid. Se dice que cuando estornuda, toda la provincia se acatarra.

Emplea a más de 6.000 trabajadores en la salida de la ciudad hacia Laguna de Duero y, al ser del sector de la automoción genera un volumen de empleo indirecto en multitud de empresas auxiliares y de todo tipo que supera las 30.000 personas en toda la comunidad autónoma.

Echó a andar en en los años 50 del pasado siglo con una unidad de Motores y otra de Carrocería, a la que luego se sumó otra de Montaje, en 1972. Ahora tiene también un planta de Inyección de Aluminio y cuenta con un Laboratorio de I+D. Lleva un rombo en su frontispicio y ahora se llama Group Renault, aunque a los vallisoletanos les cuesta dejar de llamarla 'la Fasa'.