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En el recurrente y agitado debate sobre la movilidad en Valladolid, los que se mueven en transporte público parece que no cuentan. Solo se amplifican las quejas de los conductores que a hora punta tienen que aguantar algunas retenciones. Pues bien, esos carriles bus que ... tanto rechazo generan en algunos están mejorando sustancialmente la calidad del servicio para el que se diseñaron. Los datos de Auvasa reflejan un incremento de la velocidad comercial en las diferentes líneas que recorren la trama urbana y que se sitúa en los 16 kilómetros por hora de media para el conjunto de la ciudad (15,1 en 2019).
Este es uno los factores de calidad más importantes en esta prestación al incidir directamente en la regularidad de las rutas –el cumplimiento de las frecuencias– y en el tiempo de viaje, uno de los aspectos clave en la decisión de optar por el transporte colectivo.
De hecho, la encuesta realizada para la elaboración del Plan de Movilidad así lo avala. El principal motivo que los vallisoletanos esgrimen para no utilizar los autobuses es que tardan más en su viajes (16,9%). Le sigue el argumento de que es más cómodo realizar los desplazamientos en coche privado (16%).
El informe realizado por la empresa pública arroja que la VA-10 en su conjunto –5,7 kilómetros de canales exclusivos para el autobús y el taxi dibujados en 21 calzadas del centro (el 1,4% de una red de 393 kilómetros)– ha incrementado el 17,6% la agilidad de estos vehículos en su circulación en la zona por la que discurren estos viales desde su implantación en verano de 2020. Traducido, se ahorran 1,57 minutos en completar sus desplazamientos por la almendra central, lo que supone una reducción del 20% en el tiempo de viaje.
Esta mejora en el cogollo repercute en el conjunto de la red, donde los valores obtenidos reflejan un incremento de la velocidad de 3,5% frente a la que se registraba en el año prepandemia. La principal consecuencia: ha permitido ajustar la regularidad de las líneas al 96%, es decir los autobuses, siempre según este estudio de Auvasa, están solo a cuatro puntos del cumplimiento estricto de sus frecuencias, algo que los usuarios agradecen a la hora de planificar sus rutas.
Que los vehículos colectivos cuenten con vía libre en las principales arterias de tráfico del casco histórico está siendo determinante para la explotación de la red. Un dato. Solo por López Gómez circulan un día laborable 593 autobuses, que ahora no se tienen que enfrentar al resto del tráfico, con lo que el cumplimiento de sus horarios aumenta.
Es importante recordar, además, que los viajeros que transitan por la VA-10 en transporte público son más a los que lo hacen en vehículo privado. Actualmente, recorren esta red en Auvasa unas 37.000 personas al día frente a las 24.000 que lo hacen en vehículo privado. Gana el bus, con el 61%, frente al 39% del coche particular.
Los métodos de pago en el autobús han sido también determinantes para que Auvasa gane velocidad. Fue en 2014 cuando se implantó la tarjeta sin contacto. De tener que meter el plástico en la canceladora a posarlo sobre la máquina hay un mundo, que se tradujo en un ahorro de tiempo en el embarque de pasajeros, que influye en el cumplimiento de horarios. Ahora ha pasado algo muy parecido con la eliminación de la posibilidad de pagar en metálico. Frente a los que han criticado que ya no se manejen monedas en los autobuses –probablemente porque no los usen habitualmente– esos minutos que dedicaban los chóferes al cambio también se ahorran, lo que provoca que el acceso de viajeros sea más rápido y el vehículo puedan continuar antes su ruta. Además, se han habilitado nuevas fórmulas de abono –tarjeta bancaria o código QR– que ha ofrecido alternativas al dinero. Auvasa cerró 2021 con 16,7 millones de viajes, lo que supone el 21,7% más que en el año de la covid, pero lejos aún de los 26 millones de 2019.
Por franjas, las mejoras más significativas se observan en las horas punta –de 7:00 a 9:00 y de 14:00 a 15:00–, con incrementos de la velocidad del 3% respecto a 2019. Van más ligeros precisamente cuando más importante es su regularidad y con más vehículos tienen que compartir la calzada. Si se realiza un análisis por días de la semana, son los sábados, domingos y festivos las jornadas más ágiles para circular en bus urbano, con subidas por encima del 4% respecto a los valores prepandemia, algo que parece más obvio por la caída del tráfico. Por líneas, las cifras constatan que las principales –1, 3, 6, 7, 8, – han experimentado mejoras superiores al 3,5% para el conjunto de su recorrido. Todas ellas discurren por la controvertida para algunos VA-10.
Las tablas fijan el récord de velocidad en Auvasa en el año 2020, pero estos datos están mediatizados por los efectos de la covid ese ejercicio. La brutal reducción de la circulación desde marzo de ese año sumada a la caída en el número de pasajeros del transporte público permitieron que los buses circularan más veloces.
La empresa de movilidad Auvasa espera estrenar los primeros nuevos autobuses que ha adquirido dentro de dos meses, en abril. La operación renove diseñada por la compañía conllevará un cambio de calado en su flota. Este año llegarán a las cocheras once vehículos articulados eléctricos, otros 22 estándar de GNC y ocho autobuses dobles, con el mismo combustible.
Estas incorporaciones permitirán rebajar la edad media de este parque móvil de los 13,66 años actuales a los 9,04 al final de ejercicio. Para el año 2023, se incorporarán otros catorce nuevos buses y en el 2024, doce, según las previsiones de compra de la mercantil.
En total, se estrenarán 35 autobues rígidos y 22 articulados, con los beneficios que eso supone para la explotación de las diferentes líneas y para la mejora del confort de los viajeros. La inversión asciende a más de veinte millones de euros. Según los datos facilitados por la empresa pública, este proceso culminará en 2024 cuando se prevé contar con una flota rejuvenecida, de 7,69 años de edad media.
La última compra importante se remonta al periodo de 1997 a 1999, cuando se sumaron 70 nuevos coches. Desde entonces, la renovación fue a menos hasta el punto de que de 2013 a 2015, los años duros tras la crisis del ladrillo, no se adquirió ninguno. Ya con el nuevo gobierno municipal, desde 2016 hasta 2020, se han incorporado 36, los últimos: cuatro Mercedes Citaro impulsados por gas.
A diario Auvasa saca a las calles 98 vehículos para cubrir los servicios de las líneas ordinarias que dan cobertura a la ciudad, un despliegue que sube hasta los 125 con las rutas matinales y a los polígonos.
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