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En la foto, varios bomberos del Ayuntamiento de Valladolid acceden a un garaje de Aldaia; con Jaime Vidal en el círculo | En el vídeo, el chef José Andres comenta la actuación de los efectivos vallisoletanos en Bonaire. El Norte

Jaime Vidal, bombero de Valladolid en Aldaia

«No te imaginas el nivel tan grande de catástrofe hasta que pisas el barro»

Uno de los efectivos movilizados cuenta cómo han sido las jornadas «sin descanso» para ayudar en la localidad valenciana y se muestra agradecido por la «enorme solidaridad de la gente»

Eva Esteban

Valladolid

Lunes, 4 de noviembre 2024, 15:18

Cuando el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, descolgó el teléfono para ponerse a disposición y ofrecer a su homólogo en Aldaia la ayuda que precisara, en los parques de bomberos de la ciudad no tardaron en llenarse las listas de voluntarios. En cuestión de minutos ya estaba cubierto el primer turno que viajaría -el pasado día 1- hasta la localidad valenciana. También se completaron varios listados de reservas, para dar relevo a ese primer equipo cuando regresara. Llevaron incluso a un perro de rescate.

Uno de los primeros bomberos en pisar la denominada zona cero de la catástrofe es Jaime Vidal. De regreso, al mediodía de este lunes, del corazón de la tragedia junto con otros cinco compañeros, atiende a este medio a través de una breve llamada. Mientras trata de recomponerse física, pero sobre todo emocionalmente, después de prácticamente tres días en el epicentro de la tragedia. «Queríamos ayudar en todo lo que estuviera en nuestra mano. Hemos estado todo lo que hemos podido; hemos trabajado sin descanso, desde que salía el sol hasta que anochecía», cuenta exhausto Vidal, con una más que perceptible voz consumida.

Porque en los casi tres días que han estado en Aldaia han parado para descansar lo justo y necesario, cuando «ya no podíamos más», tras horas y horas sumergidos en barro y lodo, retirando y apilando vehículos completamente destrozados y achicando garajes. «Nos hemos encontrado un nivel de catástrofe bastante grande, muchos coches cruzados por las calles, montados unos en otros, barro por todos los rincones... Un nivel de desastre importante, pero al final vas un poco a ayudar y aportar tu granito de arena para intentar salir cuando antes de esta tragedia», afirma Vidal, que reconoce que «hasta que no lo ves en directo con tus propios ojos y pisas el barro, no te imaginas el nivel tan grande de catástrofe que hay».

Sus tareas encomendadas han sido «muy variadas». Evolucionaban conforme lo hacían las necesidades del momento y se iba conociendo el alcance real de las lluvias torrenciales. «Los primeros momentos movíamos coches que estaban cruzados o volcados en medio de las calles y que teníamos que bajar por el riesgo que corría de que pudieran caer; hemos estado desaguando garajes y sótanos que estaban llenos, abriendo locales a los que los propietarios no podían acceder, valorado la estabilidad de algunas estructuras...», en un intento en vano de enumerar las incalculables actuaciones que han llevado a cabo.

En el parking de Bonaire

Una de sus últimas funciones fue rastrear, el mismo domingo, «varios sectores» del aparcamiento subterráneo del centro comercial de Bonaire. Uno de los, a priori, puntos críticos, ante la posibilidad de que pueda haber víctimas mortales en su interior. «Era un punto de especial preocupación; fuimos registrando los coches que nos íbamos encontrando y la verdad que vimos que el número de vehículos que había era reducido, no era tan elevado como se podía esperar, y en los que registramos, por suerte no localizamos nada», sostiene Jaime Vidal.

Sin duda, uno de los aspectos que permanecerá para siempre grabado en la retina de los bomberos vallisoletanos es la «enorme solidaridad de la gente». Incluso habiendo perdido sus casas, sus coches, su vida y muchos de ellos a seres queridos, les han hecho sentir como si estuvieran en su propia tierra. «La gente nos ha tratado de forma espectacular; no nos faltaba de nada, estaban continuamente ofreciéndonos agua, comida, agradeciéndonos que estuviéramos allí... Sin duda la solidaridad de la gente es lo que nos ha marcado a todos. La colaboración, el desplazamiento masivo de gente de otras zonas para colaborar en la limpieza de calles o en cualquier tarea que se encomendara para ayudar allí», asegura Vidal.

Regresan a casa agotados, después de que el domingo por la tarde seis compañeros les dieran el relevo. Este lunes por la tarde, otros seis bomberos del Ayuntamiento de Valladolid harán lo propio con los que también llevaban en Aldaia desde el viernes. Han dado el máximo, y aunque les hubiera gustado seguir aportando todo lo que está en su mano para afrontar las consecuencias de la tragedia, se muestran «agradecidos» por la rápida colaboración entre Valladolid y Aldaia para permitirles desplazarse «tan rápido» y ser uno de los primeros Cuerpos de Bomberos de España en pisar la zona arrasada por la DANA.

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