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El PP apura las horas para la Junta Directiva Nacional, que se celebra el lunes, y para cumplir el plazo que otorgó Alberto Núñez Feijóo para designar las principales candidaturas en las elecciones municipales: «Nadie se va de vacaciones de Navidad sin cerrarlas», vino a ... decir en el último cónclave. Y el PP de Castilla y León puede llegar a la cita muy justo, sobre todo en lo tocante a Valladolid. Al nombre de Ignacio Tremiño, que parecía destacarse como opción en las últimas horas, se ha añadido un independiente, Javier Garicano, exdecano del Colegio de Abogados de Valladolid. Una candidatura que ha cobrado fuerza inesperadamente, puesto que su nombre no ha figurado en las encuestas previas encargadas por el PP autonómico. De hecho, el propio letrado asegura estar al margen de este proceso, aunque fuentes populares insisten en que se valora su candidatura.
Garicano (Valladolid, 1968) es un abogado reputado en Valladolid, bien considerado en un gremio de por sí bastante competitivo y que ha sido defensor en causas como la de la Perla Negra, por ejemplo, donde representa a uno de los empresarios investigados. También forma parte de la Comisión Bioética que decide sobre las peticiones de eutanasia en Castilla y León. En las elecciones al Decanato del Colegio de Abogados -hay un millar de letrados en Valladolid- se enfrentó a Jesús Lozano y apostó en su programa por la formación y la transparencia. Venció con el 60,1% de los votos.
Mientras tanto, Ignacio Tremiño volvería a casa después de muchos años en Madrid, donde actualmente desempeña el cargo de director de Atención a la Dependencia en la Comunidad de Madrid. Tremiño, según confirman fuentes populares, se empadronó recientemente en Valladolid, lo que habla a las claras de su intención de ser el elegido para desbancar a Óscar Puente. Sin embargo, en las encuestas del PP no es de los que concitaba más aceptación entre los posibles votantes, con Jesús Julio Carnero o Mercedes Cantalapiedra situados en mejor posición.
Según fuentes populares, a la caída de Pilar del Olmo, que no repetirá, se añade la de Mercedes Cantalapiedra, que durante muchos meses parecía una opción sólida. Respecto a las opciones de Garicano, en las últimas semanas comenzó a sonar en el partido la posibilidad de contar con un independiente para un puesto clave como es el de candidato a la Alcaldía de Valladolid. Algo que en determinados sectores de la formación tampoco despierta mucho entusiasmo, porque se entiende que deja al descubierto las carencias del PP en la provincia. Un PP fracturado en varias corrientes. El grupo municipal, con los ex de la Junta Pilar del Olmo y José Antonio De Santiago-Juárez ya en retirada; el de los casadistas, con los senadores Mercedes Cantalapiedra y Alberto Plaza y los diputados Eduardo Carazo y José Ángel Alonso; el de Jesús Julio Carnero, aún con mucha influencia en el territorio vallisoletano aunque ahora sea mano derecha de Mañueco en la Junta; y el de Conrado Íscar, presidente provincial.
Hay, sin embargo, quien trata de minimizar ese impacto de no contar con un afiliado al frente de la lista municipal. Y ponen incluso el ejemplo de un rival: Pedro Arahuetes fue candidato y alcalde de Segovia por el PSOE sin pertenecer al partido.
«No está decidido aún», insistían ayer varias fuentes del partido consultadas por El Norte. Alfonso Fernández Mañueco tendrá la voz decisiva, ya que Núñez Feijóo se comprometió a dejar manos libres a sus barones territoriales para confeccionar las listas electorales. Y sobre la mesa tiene, además de estos nombres, otras opciones alternativas más complejas. Así, se habla de Paloma Vallejo, que ya fue concejala del Ayuntamiento entre 2011 y 2015 y directora de Gabinete de Javier León de la Riva desde 2003 a 2011 y es procuradora de las Cortes de Castilla y León. Incluso de Raquel Alonso, nombrada hace poco delegada territorial de la Junta en Valladolid. Tanto ella como Francisco Blanco, edil en la oposición del Ayuntamiento de Valladolid, tienen buena acogida como opciones de futuro, pero se considera que aún les falta experiencia para acometer este reto.
Con estas quinielas tan abiertas, el PP vuelve a la situación de 2019, las primeras elecciones en dos décadas y media en las que su cabeza de cartel no era Francisco Javier León de la Riva. Tras siete elecciones municipales, tocaba renovar el proyecto y al PP se le echó el tiempo encima. La designación de Pilar del Olmo llegó a 167 días de la cita con las urnas. La candidata no dejó su puesto de consejera de la Junta hasta casi el final. El resultado: nueve concejales. La mayoría está en 14. Hoy, aún sin candidato, quedan 165 días para las elecciones. Y en el PP autonómico insisten: «Hay tiempo».
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