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Los operarios han concluido este jueves los trabajos de rehabilitación llevados a cabo a lo largo de los últimos ocho meses en el lateral de la iglesia de La Magdalena que mira a la calle Ramón y Cajal y en la torre de la esquina ... con Colón. El templo renacentista, cuyo enorme escudo pétreo ya fue limpiado hace dos años, acaba de liberarse definitivamente de los andamios para mostrar todo su esplendor en una intervención en la que se han saneado, limpiado y pintado sus paños de ladrillo y mortero para evitar las caídas de cascotes registradas en 2016 y que motivaron las dos intervenciones casi consecutivas para asegurar el escudo y el lienzo norte.
Los andamios del lateral se retiraron a mediados del mes de mayo y hace unos días se hizo lo propio con los que cubrían la torre. Así que solo faltaba por rematar los paños situados a pie de calle, en los que este jueves mismo se ha extendido «una fina pátina o veladura más oscura para proteger y oscurecer el mortero entre los ladrillos e igualarlo con el resto», según han explicado los propios operarios antes de anticipar que con su intervención se daban por concluidos los trabajos de rehabilitación del templo, que comenzaron a finales de septiembre del año pasado y en los que se han invertido más de doscientos mil euros.
El Ayuntamiento ordenó la realización de los trabajos a raíz de los incidentes de hace tres años, si bien es cierto es que tanto la torre como el lateral que da al parque situado frente a la Facultad de Medicina llevaba años pidiendo a gritos una rehabilitación conforma a la calificación de Bien de Interés Cultural (BIC) de una iglesia construida entre 1538 y 1570.
La parroquia tendrá ahora que buscar vías de financiación para acometer una futura rehabilitación del interior del templo y la reparación de la escalinata de piedra de la fachada principal, que no se tocó cuando se limpió el escudo. Dos intervenciones que el párroco, Francisco Javier Martínez, lleva años advirtiendo de la necesidad de afrontarlas. El problema es que las obras en la fachada y el lateral se han comido literalmente el presupuesto de una parroquia que tuvo que endeudarse para afrontar el pago de la obra.
El resultado de la rehabilitación casi integral del exterior de La Magdalena, en cualquier caso, ha permitido poner en valor la propia iglesia del siglo XVI y, de paso, el rincón ajardinado que linda con su lateral y con el monasterio de las Huelgas Reales.
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