Identificado el autor del incendio en La Victoria tras grabarle una cámara de un gimnasio

La Policía Nacional de Valladolid ha identificado al autor del incendio de La Victoria gracias a la cámara del gimnasio Victoria Fitness, que enfocaba al pasaje donde se originó el fuego en la madrugada de este domingo. Unas filmaciones que han utilizado los agentes para esclarecer la autoría del incendio, a pesar de que aún no ha habido ninguna detención al estar a la espera de la autorización judicial para utilizar los vídeos como prueba.

La ubicación del centro deportivo, en la calle Neptuno y a la altura del pasaje que conecta con la plaza de la Solidaridad, ha sido vital para esclarecer la autoría del incendio, descartando la hipótesis de que el fuego hubiera sido accidental.

Los restos del incendio seguían congregando este martes a vecinos del barrio, que se asomaban al pasaje afectado para ver en primera persona los efectos devastadores de las llamas, además de prestar ayuda a los negocios afectados de la zona. De esta forma, los empleados de la peluquería Alfredo se afanaban esta mañana en continuar con las reparaciones de su local. No saben cuándo volverán a reabrir su negocio, pero «al menos ya tenemos luz».

La puerta del local da precisamente al pasaje que comunica las dos calles, aunque este aún permanece cortado por los Bomberos de Valladolid y la Policía por el miedo a algún desprendimiento. «Nos dicen que no podemos pasar porque puede ser que haya restos con unas altas temperaturas. Además, ya nos han advertido de que cuando se enfríe pueden caer cascotes», apuntaba un vecino ante los restos de las llamas, que han teñido de negro el acceso y la fachada de varios inmuebles.

Al otro lado, en la plaza de la Solidaridad, el bar Bambú empieza a recuperar parte de la normalidad. Las sillas y las mesas de las terrazas se calcinaron en el fuego, pero han podido reabrir este martes su establecimiento hostelero gracias a la donación de San Miguel. «Nos han prestado nuevos veladores y estamos atendiendo en la terraza. Estamos muy agradecidos a los vecinos de la zona, porque nos han ayudado desde el primer momento», recalca aún asustado José Luis Vázquez, dueño del bar y que sospechaba desde el principio de que alguien estaba detrás del fuego de su terraza.

«En todos los negocios de cara al público hay rencillas por alguna situación, aunque no creo que hayamos podido hacer algo que merezca esta respuesta, es un delito de cárcel», recalcaba este lunes Vázquez.

Lo que tienen claro todos los afectados es que la desgracia podría haber sido «mucho más grande». La rápida y efectiva intervención de los Bomberos frenó lo que podía haber sido una tragedia. El incendio de 96 sillas de terraza apiladas en el pasaje obligó a desalojar el inmueble durante dos horas y desató la indignación en el barrio. «Esto no es vandalismo, esto es algo bastante más serio, se podían haber producido daños personales, esto te encabrona y mucho», subrayaba Miguel Puga, residente en el tercero B de la calle Neptuno.

A las 4:10 horas, el Servicio de Extinción recibía la alerta. Cuando llegaron al lugar de los hechos, se encontraron con unas virulentas llamas que salían por ambos lados de la conexión peatonal. Alguien había prendido el mobiliario del bar Bambú, unos elementos que cuando el local cierra se apilan en este espacio. «Esto con un mechero no coge fuego, aquí han utilizado un acelerador o algo», sospechaban ya los residentes el domingo.

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